Jimmy Zambrano anunció su decisión de participar en el Festival de la Leyenda Vallenata hace un año, cuando él y Jorge Celedón llegaron a Valledupar, convertidos en superestrellas, para el concierto de cierre del Festival Vallenato número 40.
Frente a medios de todo el país, en una rueda de prensa en la que se habló de Grammy y de internacionalización del vallenato, Jimmy afirmó que no se había presentado antes a la competencia por falta de tiempo, pero que si las cosas se daban, estaría en Valledupar en el 2008.
Después de aquella rueda de prensa, Zambrano -al lado de Celedón- siguió cosechando éxitos, incluido el Grammy que recibieron en Las Vegas. Sin embargo, cuando se suba a la tarima, el premio no será garantía de nada.
Jimmy llega como un primíparo y lo sabe. Es un novato, porque mientras otros de sus contendores ya se conocen el Festival, han alcanzado a descifrar a los jurados y han venido cultivando la interpretación folclórica exigida, Zambrano se ha pasado la vida produciendo, integrando sonidos modernos a la música, interpretando vallenato comercial.
Y es bien sabido que a la hora de competir en el festival, ese estilo comercial que suena en discos y que se toca en las ‘casetas’ o conciertos, es todo lo contrario a un aliado. Aún así, cuando me habló de su inscripción en el Festival, Jimmy me dijo que estaba cumpliendo un sueño: "el sueño de todo acordeonista": presentarse en festivales y ojalá quedar en los primeros lugares. A continuación, sus respuestas a la entrevista que me dio para EL TIEMPO.
¿Teme perder?
No me da miedo el Festival. La verdad, me gustará estar ahí participando porque ya es tiempo. Porque tuve la oportunidad de prepararme, porque el grupo iba a parar durante un mes. El anhelo mío era tener tiempo para participar y llenarme de esa gran experiencia. He estado en muchos conciertos en el mundo, pero nunca concursé ni sentí lo que es tener los ojos de un jurado puestos en ti y menos ante un público exigente como el de Valledupar.
¿Es muy difícil evitar el ‘pase de caseta’?
Soy acordeonista de vieja guardia. Es decir: toco vallenato. No como otros que a la hora de tocar música comercial no saben distinguir entre la esencia del vallenato y los patrones del merengue, la puya, el paseo y el son. Una cosa es tocar en caseta y otra subirse a la tarima del festival. En este último hay que dejar de lado los arreglos que se usan en los conciertos y tocar lo más auténtico. Uno puede agradar al público con la nota pícara que es propia del vallenato, pero el jurado es quien tiene la palabra.
¿En este caso la fama y el Grammy son ventajas o desventajas?
No sé… la verdad, la verdad a lo mejor desventajas, porque es una responsabilidad muy grande pararse ahí después de todo eso. Y si de pronto uno la embarra: "Ajá". Pero, igual, no me dolería mucho que otros ganaran, porque es la primera vez que me presento al festival y creo que mi carrera es un aval que tengo. Aunque voy con gente ganadora y con mentalidad positiva, indistintamente del resultado. Sé que muchos de los que se presentan han hecho carrera dentro del Festival y se merecen el premio. Pero igual, estaré preparado.
¿Convertiría uno de los éxitos de Jorge Celedón al formato tradicional para presentarlo?
Cualquiera podría hacerlo, sería posible, pero tomando un riesgo muy grande. Sería un arma de doble filo innovar con esas canciones modernas. De pronto si ya hubiera ganado un Festival Vallenato y fuera a presentarme otra vez, quizás me pondría a innovar con eso. Pero es mi primera vez y haré las cosas de la manera más autóctona y criolla posible.

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