Lo más divertido
-La competencia tuvo como tendencia la llegada de acordeoneros con canciones hechas a su medida y muchos trataron de sumarse puntos demostrando que además de tocar bien el acordeón y cantar una canción, sabían componer. Fue el caso de Julián Rojas, de Jimmy Zambrano y muchos otros. Sin embargo, el rey vallenato, Christian Peña, triunfó con clásicos como Alicia Adorada.
Lo inolvidable
-El concierto de Calle 13, que se lució en Valledupar. La agrupación puertorriqueña se conectó inmediatamente con la gente y presentó uno de los mejores conciertos del Festival.
-El show de Jorge Oñate después de que su acordeonero se coronara como Rey Vallenato. Oñate traía una puesta en escena espectacular con baile folclórico, confeti y mucha energía. Además, celebró como si él mismo fuera el rey vallenato y prendió al público como nunca, en la madrugada del 5 de mayo.
Lo inesperado
-Los minutos de stand up comedy con los que Jorge Celedón abrió su show el 2 de mayo. Antonio Sanint, Julián Arango y Alejandra Azcarate parodiaron a los cachacos que llegan al festival. Fue un experimento riesgoso que alcanzó a divertir al público.
-Los 60 inscritos para la competencia de acordeonero profesional. Se esperaban siempre entre 40 y 45 y esta vez se rompió el récord en todas las categorías.
-La proliferación de eventos paralelos al festival se sobredimensionó. Esperaban tal vez la misma cantidad de público que hubo en el Rey de Reyes. Pero, aunque hubo mucha, algunas fiestas en casetas se cancelaron por falta de público.
Lo nuevo
-La presencia del Grammy Latino que esta vez se hizo sentir en Valledupar para aclarar las dudas sobre la inscripción de los músicos y discos en la Academia que otorga el premio. El Grammy también celebró su parranda en Valledupar.
-La presencia de un reguetonero como Don Omar entre los artistas invitados a las fiestas paralelas al Festival.
Lo que debería cambiar
-La falta de planeación a la hora de facilitar vías de acceso al Coliseo del Parque de la Leyenda durante el día de la inauguración. La logística todavía parece empeñada en alejar a la gente del parque, en vez de ayudarle a llegar. Por lo mismo, los taxistas se niegan a llevar a la gente hasta el Parque.
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