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Como los vestidos, hay canciones que solo les quedan a ciertos cantantes, que exigen cierta personalidad para salir a defenderlas en disco y en escenarios. Una podría ser Me gusta, me gusta, el mayor éxito reciente de Silvestre Dangond Corrales cuyo estribillo se pegaba hasta en los oídos de sus detractores.
 
Y a Silvestre le gustan esas canciones que son un reto a su osadía, en su nuevo disco, que sale a la venta el 4 de junio hay otra canción, esta vez parece un trabalenguas, muy acorde con su título: La tartamuda.
«Yo, yo, yo, yo / tú, tú, tú, tú /Qué, qué, qué fue / que no entendí fue na / te pusiste tartamuda / empezaste a sudar frío / y empezaste fue a gaguear», dice una de sus frases. Y Silvestre se ríe al hablar de esta canción. «Son canciones que para cantarlas hay que tener personalidad -dice-. Gracias a Dios tengo la gracia para expresarlas. Hay que tener personalidad y convicción de lo que se puede hacer con las canciones. Es una particularidad que tengo a la hora de escogerlas: me gusta coger las cosas chiquitas y volverlas grandes».

Tampoco lanza un disco alardeando que se trata del mejor de su carrera y, desde el tercero que sacó a la luz, juró que no volvía a apostarle a la canción se convertiría en éxito. No promete una revolución dentro de su estilo ni poner su bandera en el extranjero.
 
«Ya hay un estilo -dice del disco que estrena junto con el acordeonero Juancho De La Espriella-. Hemos impuesto ante el público una forma de cantar, de escoger las canciones y arreglar los discos. Este disco ratifica nuestro buen momento y trata de escalar un poco más, posicionarnos un poco más en Colombia, porque el sueño de nosotros no está en los premios internacionales ni en los aviones ni en las grandes capitales…
 
¿Entonces?

El sueño es convertirnos en juglares que son grandes, como Diomedes Díaz, Poncho Zuleta y Jorge Oñate.
 
¿Cuál fue la intención de incluir en el CD una canción como ‘El cuchicheo’, de Alejo Durán?

Una vez, un amigo, Ricardo Gutiérrez, me llenó el Ipod de canciones y me dijo que había una carpeta de Alejandro Durán llena de canciones exclusivas que él tenía. Me puse a oír el repertorio y me gustó esa canción porque era una canción de hace 40 ó 50 años que parece que fuera compuesta en el 2010, con un tema muy juvenil.
 
Ahora que comienza otra etapa, ¿qué balance hace de El original, su disco anterior?

Me siento agradecido con ese disco. El balance fue positivo, nos dejó una enseñanza musical única: fue punto de partida para muchos intérpretes y grupos que asimilaron nuestra forma de grabar y nuestro estilo. Eso nos llena de regocijo, porque cuando te copian y quieren hacer algo parecido a lo tuyo hay admiración.
 
Usted recibe admiración y, a la par, críticas. Con Me gusta, me gusta, no faltó quien se quejó de la falta de letra en esa canción…

Siempre he sido tan criticado que ya aprendí a vivir con eso. La música es más universal y entre más boba, más pega. Bueno, entre más sencilla más pega, porque el público la asimila más rápido.
 
¿Previó el éxito de Me gusta, me gusta?

Desde el tercer CD para acá dije que más nunca iba a decir que votaba por alguna como éxito, porque los éxitos son impredecibles: uno cree una cosa y el público escoge otra. Así que prefiero decir que cualquier cosa puede pasar.
 
Este este es ya el séptimo disco de su carrera y es una figura nacional. ¿En qué han cambiado sus sueños en comparación con el Silvestre que comenzó?

Uno va creciendo como persona, musical, sentimental, física y laboralmente. Han sido nueve años y no puedo decir: «Ya llegué». La verdad, pienso que la música no tiene fin ni límites. Tampoco puedo decir que estoy en el mejor momento porque todavía estamos comenzando, no puedo decir otra cosa si estoy viendo el espejo de la carrera de los grandes: Oñate tiene más de 40 años de carrera artística.
 
Sin embargo, hay otros que sí están arrancando, a ellos ¿qué les diría?

Que uno tiene que hacer las cosas con el corazón, nunca pensar primero en la parte económica. Cuando grabé el primer CD decía. ‘Cuando pegue en Urumita, mi pueblo, voy a ser feliz’, lo decía porque después de pegar ahí podía sentirme hijo de mi tierra, porque hacía las cosas con el corazón. Nunca busqué la música, la música nació en mí, no me puse a estudiarla ni a hacer las cosas a la fuerza. Esto fue naciendo en mí solito y así hago las grabaciones, me tomo el tiempo, año y medio tratando de escoger canciones que pueda expresar bien.
 
… Como ‘Habla con ella’, en el que pone a la amiga de la novia a disculparse por usted…

Bueno, en el caso de esa canción, de Tico Mercado, la embarraron los dos: Ella por ser amiga de la novia y él, por besarse con ella. Entonces, ya te puedes imaginar. Pero, gracias a Dios, tuvieron la decencia de decirle a la novia que solo fue un beso. Aunque… Queda la duda. Escogí esa canción no tanto por la historia, sino por el sentido de la canción con su melodía.
 
Otra de las que solo puede cantar Silvestre…

Bueno, apenas escuché ‘La tartamuda’ dije: «Ahí está Silvestre Dangond pintado».

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