Antes de que los cinco aspirantes al título de Rey Vallenato Profesional  -corona que fue para Wilber Mendoza Zuleta- hicieran la presentación definitiva ante el jurado, habían pasado ya los finalistas en la categoría de rey aficionado y canción inédita.
El rey aficionado fue el riohachero Delay Magdaniel, estudiante de música de la Universidad Javeriana. Y en canción inédita el premio -celebrado con emoción por el público del Coliseo del Parque de la Leyenda Vallenata- fue para la canción El cuentico Chino, una puya de Álvaro Pérez Vergara, que versaba sobre la reciente polémica en torno a la llegada de sombreros vueltiados hechos en China. Fue una puya -pocas veces este aire llega a la final- de letra pegajosa e interpretada con gracia por su propio autor que salió del Coliseo aplaudido por el público.
La final profesional, por su parte, tuvo como protagonistas a los acordeoneros Mauricio De Santis Villadiego, Javier Matta Correa, Gustavo Osorio Picón, Alfonso Monsalvo Baute y Wilber Mendoza. En la zona de prensa, varios periodistas apostaron a que la corona podía estar entre De Santis y Matta -que vienen haciendo la fila en el festival desde la infancia-. Sin embargo, el cuadro de honor quedó integrado por Mendoza, en el primer lugar; Monsalvo, en el segundo, y Osorio, en el tercero.
Tal como ocurre por reglamento, cada acordeonero tenía un tiempo limitado para cada una de sus cuatro interpretaciones -paseo, merengue, puya y son-. La puya tenía más tiempo, precisamente para dar espacio a que cajero, guacharaquero y acordeonero pudieran lucirse en sus solos instrumentales. Y un reloj, en las pantallas iba marcando el tiempo.
Wilber Mendoza -hijo del primer rey de reyes, Colacho Mendoza- interpretó el merengue Las amenazas de Emilianito, de Lorenzo Morales; el paseo de Rafael Escalona: La creciente del Cesar; la puya juepaje, de Julio Oñate Martínez, y el son Letras de oro, de Calixto Ochoa. Lo acompañaron en el escenario el cajero Aníbal Alfaro y el Guacharaquero Wilman Jaimes.
Casi media hora antes de que se anunciara la victoria de Mendoza en la tarima, la fundación notificó al acordeonero de 48 años, que había intentado llegar al trofeo en seis ocasiones. Mendoza, ya ganador, y en espera de que el público supiera que el título era suyo, esperó bajo la tarima del Coliseo a que terminara el concierto del guatemalteco Ricardo Arjona, para encontrarse con los aplausos de la victoria.
Sentado junto con sus músicos acompañantes y algún amigo, atendió la entrevista que le hice para EL TIEMPO (entrevista con el Rey Vallenato 2013). En una mesa cercana, el rey aficionado compartía la espera. Más delante empezaron a llegar periodistas que empezaban a enterarse. Un momento conmovedor ocurrió con la llegada del fotógrafo de la Fundación, que no paraba de abrazar a Mendoza y de decir. «Él es como un hijo para mí, yo estuve en su bautizo, en su primera comunión, en todo. Yo lo vi caer y levantarse, superar el vicio». Quizás por esa cercanía, el nuevo rey vallenato le pidió la bendición al fotógrafo emocionado y se arrodilló para recibirla.
Mendoza Zuleta recordó también que hace algunos años (2006) grabó un álbum -que círculo sólo en la zona cercana de valledupar- con canciones clásicas de su padre, acompañado de diferentes cantantes del folclor vallenato. En las entrevistas que siguieron las alusiones a continuar y ocupar el puesto de  ‘Colacho’ fueron frecuentes en la celebración del nuevo rey, al que por fin presentaron ante el público, en medio de una lluvia de confeti y serpentinas.
Fotos: Carlos Capella / EL TIEMPO