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Un día después de su nominación al Grammy, José Zequeda, manager de Diomedes Díaz llamó para pasarme al cantante. Me iban a dar la primera entrevista como nominados y la primera sobre el álbum Listo pa’ la foto que estaba listo pa’ salir a las discotiendas.

Del album nuevo, que fue ansiosamente esperado por los ‘diomedistas’ durante más de un año, afirmó: «Fue un trabajo hecho a consciencia, de esos que permiten volver a rescatar las serenatas, dedicarle la canción a la niña, rescatar parte del folclor. No quise empañarlo con aditamentos modernos: ni computador ni nada. Hay canciones de Gustavo Gutiérrez. Yo pensaba ponerle El Bachiller, pero al final quedó Listo… Listo pa’ la foto'».

Sobre su estado anímico y de salud, el polémico artista dijo de sí mismo: «Diomedes se compuso, porque en el pasado tuvo muchos problemas sentimentales, morales y judiciales. Fueron 15 años. Pero gracias a Dios y a la Virgen, salí de eso. Me siento bien de salud y se va a notar en el disco. Estoy hasta más simpático, me miro en un espejo y me veo bonito».

Y casi un mes más tarde, Alvarito López, su acordeonero llamó para hablarme de su experiencia al lado del cantante vallenato. A lo largo del año, López me ha recomendado varias veces el álbum en el que estaba trabajando con especial cariño. Al hablar del álbum que fue para él un gran reto, me hizo pensar que es uno de los acordeoneros más sencillos y humildes que conozco. Aquí va su relato, próximo a publicarse en EL TIEMPO.

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Por más polémico que sea Diomedes Díaz, tocar a su lado sigue siendo un gran reto y un punto alto en la hoja de vida de un acordeonero vallenato. Así lo hace ver Álvaro López, rey vallenato 1992, que llegó a formar parte del conjunto de ‘El Cacique de la Junta’ a comienzos del año pasado, cuando Iván Zuleta se fue con Iván Villazón. Desde entonces, López soñaba con la salida del álbum Listo pa’ la foto, para poder tocar canciones que no tuvieran el sello de sus antecesores.

 

Y el voto de confianza de Diomedes fue total. Lo dejó producir el disco de 12 canciones, del que suena en emisoras la que tituló todo el trabajo: Listo pa’ la foto, un paseo romántico que tiene la misión de mantener la vigencia del cantante vallenato. Sin embargo, el acordeonero afirma que ya el público se inclina hacia La enganchá, otra canción jocosa.

 

El álbum se grabo el año pasado, entre agosto y septiembre, y pudo salir entonces -explicó López-, pero Diomedes tuvo un problema de salud que lo obligo no solo apartarse de las presentaciones, sino de todo. «Paramos en noviembre y él recomenzó labores en febrero. Son cosas que uno no puede dejar de hacer cuando saca un disco nuevo, así que tuvimos que esperar. Ahora, que ha vuelto a escenarios y está cumpliendo se decidió que era el momento».

A pesar de su tono pausado, se siente que López ve la salida del álbum con gran alegría. «Gracias a Dios, en el álbum sale solamente mi acordeón. Diomedes hizo este disco solo conmigo porque se murmuraba que iba a meter otros acordeoneros». De hecho, cada cierto tiempo se murmura que va a cambiar de pareja musical.

 

«Son inventos -responde López-, porque yo estoy muy contento y él está contento con mi acordeón. La unión ha sido un éxito, la forma como toco el acordeón en el CD ha sido elogiada y me motiva a seguir. Le dediqué mucho a ese trabajo, a darle a cada canción el tratamiento que merecía. Me concentraba con dos o tres músicos del grupo y duraba dos y hasta cuatro días montando una sola canción, así sucesivamente. Lo dejé listo para que él lo cantara».

López afirma que incluso estuvo al lado de Diomedes en los momentos en los que puso la voz, «para darle ánimo».

 

¿Acaso estaba desanimado?
No. Uno como músico, que trabaja con un compañero de escenario, sabe dónde va una caída que le conviene a él y a la canción. Entonces, como conocía el repertorio, era bueno que estuviera al frente del cañón cuando se le fuera a poner la voz.

¿Entonces, hizo el papel de productor?
Mi consigna era que recibieran bien el trabajo, porque si un álbum no sale o no pega, le echan la culpa al acordeonero. Pero esto ha sido diferente. Dios tenia algo grande para mi carrera. Además, Diomedes está gustoso de mi estilo y de cómo lo recibe el público.

¿Cómo ha sido acoplarse al trabajo conjunto?
Creo que ha nacido una amistad muy profunda. Hay un respeto del público y del grupo, sobre todo ahora que está el CD. Eso era lo que me faltaba, porque yo venía tocando canciones ajenas, grabadas por Juancho (Rois) e Iván Zuleta y Listo pa’ la foto me acentúa más en el grupo. Ahora sí puedo interpretar algo mío.

 

¿Y lo más difícil de la grabación?
Cuando yo grababa una canción, Diomedes me decía: ‘Póngamela a ver cómo quedó, cómo la tocó’. Era cuando se la mostraba para ver si le gustaban los arreglos o la velocidad del disco. Pero nos comprendimos, me preparé bien.

¿Sintió demasiada presión?
Más que eso, había una responsabilidad con él, conmigo y con un público. Diomedes tiene un público cautivo que, después de oírlo con Rois, con Zuleta, con Colacho (Mendoza) y con El Cocha Molina, iba a estar pendiente de cómo sonaba. No es que sienta que fueron mejores que yo, aunque a todos los admiro, pero el temor estaba en que mi acordeón pudiera gustarle a ese público que está cautivo.

 

Y ahora que ya está el disco, ¿Cómo se siente?
Ya estoy tranquilo, emocionado, feliz.

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