‘El boom del momento’, quinto disco de Martín Elías Díaz, primero con Juancho De la Espriella, no cumple ni un mes en las tiendas, pero fue disco de oro desde el primer día (salió con 13 mil copias vendidas).
El nuevo dúo resultó del ‘intercambio’ que se generó cuando De la Espriella pasó a tocar on Martín Elías y Rolando Ochoa, que estaba antes con el hijo de Diomedes, pasó a acompañar al cantante Silvestre Dangond. Ahora, Martín Elías y Juancho promocionan el álbum con el que debutan como dúo musical.
Y no era poca la expectativa: entre los hijos de Diomedes Díaz que se han lanzado a cantar, Martín Elías, de 23 años, es el que (no sin trabajar por años) ha logrado un impacto más mediático y una fanáticada juvenil muy fuerte. Podría decirse, que en un par de años puede llegar a ser de los cantantes top del vallenato. Y, por su parte, el experimentado Juancho De la Espriella es uno de los acordeoneros más mediáticos del momento, de los más reconocidos porque su década al lado de Silvestre Dangond no fue en vano.
Martín Elías estrena su quinto álbum, pero solo despegó con proyección nacional en su disco anterior, ‘El terremoto’…
Martín Elías: Pienso que mis discos anteriores fueron abriendo un camino. Hicieron que la gente en la Costa se hiciera una idea más o menos de lo que venía haciendo. De pronto se escuchaba un disquito como ‘La soyadera’ o como ‘¿Quién te crees tú?’, pero cuando grabé El Terremoto, mi disco anterior, hubo ya éxitos que se pegaron más fuerte, porque la gente ya me venía oyendo. Ahora, cuando empecé a grabar discos, la gente decía: «Este es hijo de Diomedes y todos los hijos de Diomedes quieren cantar».
Le faltaba convencer a la gente…
Martín Elías: Me imagino. La gente me fue conociendo, se iba regando la música y me empezaron a contratar para alternar con artistas grandes como Silvestre, Peter Manjarrés, Iván Villazón, que ya tenían su trayectoria y llevaban mucho público a sus conciertos, era un público al que le podían ir gustando mis presentaciones. Con El terremoto se convencieron de que tenía madera y hoy, con Juancho, la fanaticada creció. Ya saben que Martín Elías puede hacer muchas cosas y dar mucho en la música.
¿De dónde salió el mote de ‘El Gran Martín Elías’?
Martín Elías: La sangre musical de mi papá viene desde los ancestros. Él tenía un tío llamado Martín Elías. Tenían casi la misma edad o él era mayor que mi papá como tres o cuatro años. Eran uña y mugre. El tío que era acordeonero era el que acompañaba a mi papá en las parrandas en el pueblo y las fincas…
¿Es el Martín Maestre acordeonero del que se dice que le ayudó a pulirse como cantante cuando Diomedes era adolescente?
Martín Elías: Ese mismo. Una vez iban en un carro, mi papá iba manejando y tuvieron un accidente. Mi tío murió y a mi papá le dolió mucho eso. Después, cuando yo estaba por nacer, mi mamá iba a dar a luz y mi papá estaba lejos. Cuando le avisaron, él le mandó decir: «Dígale a Patricia que se va a llamar El Gran Martín Elías». Mi mamá decía: «Pero, ¿cómo le voy a poner así en el Registro Civil?». Finalmente, a escondidas de él, me puso solo Martín Elías. Cuando él se dio cuenta, le entró una rabia.
Y quedé así. A veces le digo: «Papá, a mí me preguntan en las entrevistas por qué ‘El Gran’ y no sé que decir». Él me responde: «Usted no más escuche y cállese», porque en los saludos de sus canciones nos nombra a mis hermanos y a mí y siempre me ha dicho ‘El Gran Martín Elías’.
Es una anécddota muy vallenata…
Martín Elías: Si te pones a analizar, en los discos viejos, siempre saluda así. Seguro será por el cariño al tío, de pronto.
¿Y cómo ha sido la convalescencia de Diomedes?
Martín Elías: Sigue recuperándose, aprovechamos la promoción en Bogotá para visitarlo. El iba a grabar Fiesta Vallenata, pero no se pudo. Quiere un tema con Juancho, no una canción sino algo más. Ahora está como celoso, me lo quiere quitar…
¿Cómo encajó Juancho De La Espriella, un acordeonero experimentado, en las letras juveniles de Martín Elías?
Martín Elías: Juancho tiene cara de peladito…
Juancho: El estilo no nos dio problema, porque mi acordeón es alegre. Vengo de trabajar con Silvestre que tiene un estilo bastante alegre. Me siento feliz por la reacción de los seguidores, que son quienes hacen un grupo vallenato. Cuando nos unimos, había un moviento inmenso alrededor que cada vez crece más. No damos abasto en las presentaciones. Dios sabe cómo hace sus cosas.
Así que resultó más sencillo de lo esperado pasar de Silvestre a Martín Elías…
Juancho: Musicalmente sí. Una separación no es fácil, ni la de Martín con Rolando Ochoa ni la mía con Silvestre. Pero, musicalmente fue más suave. En cambio sí hubo una tensión entre los seguidores que quedaron en medio de las dos agrupaciones. El uno cogía allá, el otro peleaba con los otros.
Me causa curiosidad que hay artistas vallenatos cuyos seguidores son bastante celosos…
Martín Elías: Conozco bastante gente en Valledupar que me dice: «Yo sí te admiro a morir» y luego los ves en un concierto de Jorgito.
Pero no necesariamente tiene uno que «casarse» con un solo artista…
Juancho: Es la idea. Pero en el vallenato hoy en día nos manejamos como si fuéramos equipos de fúbol, ni más ni menos. Pero esto no es cosa de los artistas sino de los seguidores.
Martín Elías: Eso comenzó desde Moralito con Emiliano. Y le pone picante a la tarima.
Juancho: Desde que no se pase del límite, eso también anima a esforzarnos por hacer buena música.
Antes Juancho grabó con Diomedes el disco ‘Pidiendo vía’, ¿Qué recuerda de esa grabación?
Juancho: se grabó cuando Diomedes estaba en la cárcel. Allí le hicieron un mini estudio. Omar Geles venía y revisaba. Eso fue para mí lo más grande. Yo estaba con Silvestre, pero pude grabar con Diomedes porque al estar en la cárcel se sabía que no iba a salir de gira. Creo que si no hubiera grabado con Diomedes mi carrera sería distinta o no me verían de la misma forma. Porque había grabado con cantantes de la nueva generación: Peter y Silvestre, pero yo necesitaba un soporte y qué mejor que grabar con el más grande.
Mi nombre es Liliana Martínez Polo. Soy comunicadora social con énfasis en publicidad de la Universidad Javeriana y especialista en medios de comunicación de la Universidad de Los Andes. Desde 1998, trabajo en la redacción de Cultura de EL TIEMPO y descubrí mi afinidad con las historias vallenatas y la cultura alrededor. A lo largo de años de trabajo observando el vallenato y en general la cultura colombiana he asumido como compromiso la labor de destacarla, desde sus músicas regionales y, en últimas fechas, desde la gastronomía. Sin embargo, de todos los temas, el vallenato es mi favorito. Por lo mismo, comparto este espacio de observación y promoción de esta música con ustedes. .
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