«Estoy bailando con la más fea», dice Juan Piña sobre su nominación
Juan Piña ya les ganó una vez a Jorge Celedón, a Diomedes Díaz, a Silvestre Dangond y a Omar Geles juntos. Considerado una leyenda de la música tropical con orquesta -más identificado con ritmos como la cumbia, el chandé, el porro, el mapalé y el merecumbé- ya pasó por la experiencia de ser «el menos opcionado», no ir a la ceremonia y quedarse con el Grammy Latino que, según las cábalas iba para Silvestre.
«A mí ya me ganó -dice Jorge Celedón, uno de los artistas con los que vuelve a competir en las nominaciones 2014, en la categoría de vallenato/cumbia– así que no me sorprendería que ganara otra vez».
Y Juan Piña, anuncia, desde Barranquilla, que esta vez sí va a ir a Las Vegas. «En esta ocasión estoy preparado para ir, porque me atrae mucho el ambiente y lo que se vive en ese momento personalmente».
Piña nuevamente está entre los cinco. Se debe a su trabajo discográfico ‘Cantándole a mi Valle’, un CD del que apenas se prensaron mil copias (aunque está disponible en iTunes), tal como el otro, el que ganó en el 2012. El álbum, dice el cantante y músico nació de una crítica que le hicieron cuando se alzó con el gramófono aquella vez sorprendiendo al mundo vallenato, con un álbum en el que retomaba clásicos sabaneros acompañándose de acordeón.
«Cuando gané el primer Grammy, en el 2012, por ‘Juan Piña le canta a San Jacinto’, lo hice en honor al maestro Adolfo Pacheco Anillo, a Los Gaiteros de San Jacinto y a muchos compositores. Entonces, los guajiros y vallenatos me dijeron: ¿Por qué a San Jacinto y no al Valle? Entonces me dieron la gran idea de seleccionar varias canciones de las mejores que tiene el folclor vallenato y fue así como se me ocurrió ‘Cantándole a mi Valle’, porque a la música vallenata le debo muchos de mis triunfos», dice el músico que reside en Barranquilla.
Pero su trabajo musical no se limitó a grabar clásicos adaptados a su estilo. Piña también hizo sus duetos, tuvo invitados musicales de peso que aceptaron el reto de acompañarlo a cantar en versiones muy ajustadas al corte típico vallenato. «Valledupar, te va a cantar Andy Montañez», anuncia Juan Piña al finalizar la primera estrofa de El mejoral, de Escalona. Montañez, tan salsero como es, se ajusta perfectamente al estilo de caja guacharaca y acordeón.
«Hablarte de este álbum sería de mucho tiempo -dice Piña- Tendría que hablarte, por ejemplo de la forma como logré ubicar al maestro Johnny Ventura, en el Edificio de las Naciones Unidas, ya que en su país, República Dominicana, es un político de mucha importancia». Y los dos juntos le dan un tono más tropical (en esta hay más fusión de estilos) a la versión de La hamaca grande, composición de Adolfo Pacheco Anillo. Es quizás una versión muy sabrosa, agradable y que de entrada invita a bailar.
«Es un honor cantar con Gustavo Gutiérrez», canta Piña al comienzo de ‘La Espina’. Y afirma que podría decir muchas cosas de la personalidad y las canciones del maestro compositor que «es uno de los pioneros de la música vallenata romántica, en cantarle a la mujer y a los paisajes. Entonces, hablarte de la verdadera esencia de estas personas nos tomaría mucho tiempo. Ellos hicieron posible la grandeza de esta grabación».
Piña, que también interpretó versiones de ‘La negra’ y ‘Mírame fíjamente’, reconoce la importancia del premio al que aspira por segunda vez. «Ya les gané a los grandes y eso fue demasiado grande para mí. Todavía gozo de esa alegría y de esa nominación. Ahora, de igual manera estoy metido: estoy bailando con la más fea, porque me toca otra vez con Jorgito Celedón, Diomedes Díaz, Alejandro Palacio y Jimmy Zambrano (con Dubán Bayona), cantantes y compositores de mucha grandeza en el vallenato. Entonces, esta nominación me tiene a la expectativa, porque otra vez toca luchar, pero está en manos de Dios».
‘Cantándole a mi Valle’ es, de los cinco, el álbum más difícil de conseguir. Pero vale la pena buscarlo. Es un placer para quienes aman el sonido tradicional y las canciones clásicas como ‘La muerte de Abel Antonio’ o ‘El almirante Padilla’ (en la que el sonido de vallenato con guitarra tiene su protagonismo). Quizás, los nominados, es el de sonido más cercano al de un festival. La pelea sigue siendo dura y quizás si gana volvería a ser sorpresa, pero la calidad del álbum (en medio de su sencillez), lo haría un premio justo.
«Por eso reitero, a la música vallenata le debo lo más grande que he logrado en la vida como son estos premios Grammy Latinos».
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