Las vacaciones de los colombianos son algo más que sol, playa, mar y piscina. Por lo menos así lo sugieren las estadísticas que hace poco divulgó la Registraduría Nacional, según las cuales la mayoría de los niños y de las niñas nacen en septiembre.

La oficina de comunicaciones de la Registraduría se anotó un golazo al dedicar su edición digital de diciembre a buscar lo más curioso que pudieran hallar en los registros de la entidad.

Y encontraron, por ejemplo,  que septiembre es el mes en el que más cumplen años los colombianos. Entre cerca de 10 millones de registros,  960.109 celebran en ese mes. Otros 933.264 cantan su happy birthday en octubre. Un poco por encima de octubre está diciembre con 934.354. Reste nueve meses y las fechas le van a coincidir con diciembre, enero y marzo.

Las cifras, más que poner a volar la imaginación, deberían tomarlas muy en serio las entidades encargadas de decirles a los colombianos que usen modos de protección, por si acaso muchos de esos embarazos son producto del relax de unas vacaciones.

Febrero es el mes en que menos cumplen años los colombianos, lo que puede indicar que en mayo la gente está pensando en otras cosas. Coincide con el pleno furor del trabajo, con la época en la que el país está en plena producción económica.

Es la primera vez que unas estadísticas de una entidad oficial nos dicen en qué épocas se supone que los colombianos se dejan llevar más por la pasión.

Pero los datos de la Registraduría no se quedaron allí. Encontraron que 1’691.862 colombianos tienen un nombre único. Pero quién sabe si eso vaya a ser un privilegio si usted se llama Teotriste, abalgamar o Hildari. Por ejemplo, doña Migleyxy tampoco tiene tocayo.

¿Por qué les  ponen esos nombres? ¡Vaya uno a saber! Hay que respetar esas decisiones. Como la de una familia que no se podía poner de acuerdo para bautizar a una niña y decidió darle por nombre la primera consonante de cada una de las personas más cercanas. Nunca me aprendí el nombre de esa joven, que era practicante de periodismo, y que cuando firmaba sus artículos lo hacía con seudónimo.

Si uno ve ese caso concluye que cualquier cosa puede pasar para que a una persona la llamen, por ejemplo, Leonerso o Mingris Mengris, como muestran los datos de la Registraduría.

En cambio, hay otros que tienen la mayor cantidad de tocayos. La Registraduría dice que hay 34.175 personas que tienen el mismo nombre y el mismo apellido. Entre los más conocidos están Luis Alberto Rodríguez, María del Carmen Rodríguez, Luis Eduardo Rodríguez, José Antonio Rodríguez y Luz Marina Rodríguez.

Luz Marina y María del Carmen son, además, los nombres femeninos más comunes en Colombia. Y entre los hombres están José, Luis, Carlos, Juan y Jorge.

Pero hay quienes no tienen un solo nombre. El nombre más largo entre las mujeres es Adriana Clemencia del Corazón de Jesús y de la Santísima Trinidad. Y entre los hombres, Fabio Augusto Luis Felipe de Gonzaga y San Mauricio.

Si su nombre es uno de esos sin tocayo y le gustaría tener uno más común, o es demasiado común y quiere un sin tocayo, no se preocupe. Se lo puede cambiar. 673 colombianos lo hicieron en el 2009 y 301 en el 2010. Lo puede hacer mediante escritura pública ante un notario, por una sola vez, si lo hace siendo mayor de edad. Así lo establece el artículo 6 del decreto 999 de 1988. No se dé por vencido. O por vencida.