Torrenciales aguaceros cayeron sobre 28 de los 32 departamentos de Colombia y se llevaron de un tajo la vida de 312 personas, dejaron a 290 más heridas y a 2 millones 240 mil 218 damnificados, en su mayoría niños y niñas, en la peor tragedia que haya vivido el país por acción del invierno.
Las aguas y las avalanchas que estas originaron derrumbaron 5.325 viviendas y dejaron averiadas a 335.411 más, lo que significa que cerca de más de 300 mil hogares quedaron sin un techo en dónde vivir y otros más se vieron afectados de manera directa, hasta sumar 462.223.
Las aguas también colapsaron 751 vías principales y secundarias y afectaron de manera importante 263 acueductos, 16 alcantarillados, 224 hospitales y puestos de salud, 1.433 escuelas a lo largo de todo el país y dejaron sin dónde estudiar a 556.761 niños y niñas.
En total 115.300 bovinos y 300.000 aves perdieron la vida y un millón 430 mil bovinos fueron desplazados de sus hatos y muchos de ellos aún deambulan sin rumbo fijo.
Los bomberos, la Cruz Roja, la Defensa civil, en unión con efectivos del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la Policía hacen frente a la situación, unidos a las autoridades políticas nacionales, departamentales y municipales; y se mantienen activados los comités de emergencia.
Los hechos ocurrieron entre el 9 de abril de 2010 y el 19 de enero de 2011, razón por la cual es que creo que muchos colombianos no se han dado cuenta de la gravedad de la situación, a pesar de la declaratoria de emergencia, de los decretos, de los llamados de ayuda del presidente Santos, de su gabinete y de los mismos damnificados, muchos de los cuales aún siguen esperando a que bajen las aguas para poder regresar a sus casas a recuperar lo que se haya salvado.
Los colombianos tienen un corazón solidario. Y se volcaron a los puestos de la Cruz Roja y a la Teletón, para dar sus ayudas humanitarias.
Sin embargo, la tragedia está aún viva. La primera fase declarada por el presidente Juan Manuel Santos, la humanitaria, no ha terminado. Y hoy más que nunca, esos más de 2 millones de colombianos necesitan de sus compatriotas, porque los alimentos se agotan y las urgencias crecen.
Hasta el miércoles 26 de enero, a través de Colombia Humanitaria, se habían recibido apoyos por un poco más de 88.553 millones de pesos, se habían entregado 486.149 mercados; 47.489 colchonetas, 29.411 catres, 28.051 hamacas, 355.954 toldillos, 42.803 sobrecamas, 160 cobijas térmicas, 134.533 kits de aseo, 65.160 kits de cocina, 5’977.005 sacos, 35.660 tejas y 3.336 plásticos negros ver ficha ola invernal
En donaciones a Colombia Humanitaria, al miércoles 26 de enero se habían recibido 50.313 millones de pesos, entre los que se cuentan más de 10.000 millones de pesos recibidos en especie y donaciones de otros gobiernos.
A través del fondo de Calamidades se habían girado, hasta el 19 de enero, 155.347 millones de pesos.
A pesar de todo eso, la emergencia es tan grave, que se necesita mucho, pero mucho más. Y los colombianos tenemos que saber que seguimos en emergencia. Que el país sigue viviendo una tragedia. Y tenemos que volcarnos nuevamente a la Cruz Roja o a los bancos, a hacer nuestras donaciones para esta fase humanitaria y para lo que será la reconstrucción del país.
Para quienes quieran donar, el listado de los elementos que se necesitan lo pueden encontrar aquí. Los pueden llevar a la Cruz Roja.
Quienes quieran hacerlo en dinero, encontrarán aquí los números de las cuentas.
También pueden donar 20.000 pesos para entregar un kit escolar a los niños afectados por el invierno, llamando al call center 018000 952525 o al 5953525 en Bogotá.
Recuerde: el país aún está viviendo la tragedia del invierno y más de 2 millones de personas están clamando por nuestra ayuda. No las dejemos solas.