Los colombianos debemos acostumbrarnos, durante estos diálogos de paz, a que las Farc no van a decir ya lo que nos gustaría escucharles decir.
A todos nos gustaría que decretaran el cese unilateral del fuego, que liberaran a los secuestrados, que dijeran que van a dejar las armas y que de una vez se desmovilizaran. Pero eso no va a ocurrir durante esta etapa del diálogo, porque no está previsto. Esos son temas para más adelante.
En la rueda de prensa desde La Habana, las Farc dijeron que no tienen nada que ver con el narcotráfico. Otra cosa piensan el Gobierno, las Fuerzas Militares y de Policía, los organismos de inteligencia y el pueblo colombiano. Pero una afirmación como estas, en este momento, lo que deja claro es la distinta concepción que se tienen de los asuntos y es por eso, precisamente, que las partes se sientan a hacer un acuerdo: porque piensan diferente.
Dijeron las Farc que no tienen a ningún civil secuestrado. Alias Rodrigo Granda dijo que habló con todos los frentes y ninguno le reportó tener ‘retenidos’, como ellos llaman a los plagiados. Entonces, ¿dónde están los cerca de 400 colombianos que se calcula que tiene ese grupo? ¿Mienten las Farc? Eso lo sabremos en su momento. Por ahora, no debemos esperar que la guerrilla diga otra cosa.
Las Farc también quieren que alias Simón Trinidad y alias Sonia, extraditados a los Estados Unidos, estén sentados en la mesa de negociaciones con ellos. Esto significaría que la justicia de Estados Unidos les permitiera hacerlo. Yo no creo que esa solicitud le haya llegado de improviso al presidente Juan Manuel Santos. Él debió estar enterado antes y supongo que habrá analizado el asunto.
En cualquier caso, no está claro si eso se puede hacer. Si bien el gobierno de Estados Unidos ha estado enterado de los acercamientos de paz, ni el presidente Barack Obama puede intervenir para que liberen a los dos guerrilleros, porque los poderes Ejecutivo y Judicial son autónomos allí. Pero se pueden buscar fórmulas. Por ejemplo, ¿aceptarían las Farc que participaran Trinidad y Sonia vía teleconferencia? Yo no creo, pero se pueden buscar otras fórmulas.
Este podría ser uno de los primeros escollos en el proceso que, debemos esperar, tendrá muchos más, que serán superados con la paciencia de las partes y del pueblo colombiano.
Mauricio Jaramillo, alias ‘el Médico’, miembro del secretariado de las Farc, dijo en la rueda de prensa en La Habana que apenas se sienten a la mesa plantearán el cese del fuego bilateral. Era de esperarse que lo hicieran. Siempre lo han querido. Y ahora más, que están siendo asediados por las Fuerzas Militares y de Policía. Pero eso no va a ocurrir en el corto plazo. Y ellos lo saben. Como quedaron planteadas las cosas en el acuerdo inicial, ese será el tercer punto de la agenda.
El primer punto será el desarrollo rural, en el que se pueden demorar meses; el segundo, el de las garantías a la oposición y el tercero es el del fin del conflicto armado, que incluye la dejación de las armas y la integración a la vida civil. Luego entonces, solo cuando se llegue a este punto, se deberá hablar de cese del fuego. Hacerlo en otro momento sería entorpecer los diálogos. Y no quiere decir que agotado este punto, vayan a desmovilizarse las Farc. Aquí se pactaría la forma de hacerlo. Y se concretaría al final del proceso, cuando se firme el acuerdo definitivo.
Después del tema del fin del conflicto armado se analizarán los puntos del narcotráfico y los derechos de las víctimas. En este último, las partes podrían pactar la participación de algunas víctimas en la mesa, como lo quiere doña Clara Rojas, por ejemplo.
La rueda de prensa de las Farc en La Habana nos deja claro cómo piensan las Farc en algunos aspectos y cómo están de distantes las partes. Pero no debemos pensar que el proceso no tiene esperanzas porque ellos piensen y digan cosas distintas. Repito: por eso es que se sientan las partes a negociar, porque piensan y actúan distinto y deben encontrar el punto medio que lleve al anhelado día de la paz para Colombia.