La Voz Colombia’ no es solo voz, sino también corazón. Un
corazón que se arruga algunas veces, que llora, que palpita al salir al
escenario y que ríe, canta y baila en los máximos momentos de alegría.
del reality, yo diría que está en ello. Más que en la voz, en el corazón.
Porque es un programa que transmite belleza, amor, trabajo en equipo,
solidaridad de grupo y respeto, mucho respeto por los demás.
La noche del martes fue trágica. La más dura de todas las
que hemos visto en el programa. La primera en la que se tenían que ir cuatro de
los participantes, que a estas alturas del programa no son solo eso, sino que
son parte de una familia que conformaron cada uno de los equipos y estos entre
sí.
Por eso es que algunos de ellos decidieron ir al camerino de
quienes iban a defender su estadía esa noche, para llevarles flores y
chocolates y hacerlos pasar un momento rico, en medio de esa gran tensión.
Lo dijo uno de los concursantes, Daniel Lema: «Somos como
una misma familia acá. Cada uno tiene su alma, sus pasiones y nos duele porque
venimos por el mismo sueño y nos duele que algunos se tengan que ir».
Pero el show habría de empezar y lo hizo con Daniela. Desde
que pisó el escenario, los televidentes supimos lo duro que iba a ser ese
capítulo. En los balcones, los concursantes que están salvados casi que
trataban de cantar con ella. La aplaudían y le daban ánimo, pero más que todo,
reflejaban en sus rostros el dolor.
El turno fue para Nicoyembe y en este momento, dos de sus
compañeros ya estaban aferrados a la baranda del balcón, casi llorando, con la
cabeza gacha, mientras otros bailaban, pero de esa manera como cuando uno lo
hace llevando un nudo en la garganta.
Carlos Vives escogió a Diana y sus compañeros quedaron
sentados, llorando. Una de ellas ocultó su rostro entre las palmas de su mano,
pero su respiración comprobaba que no podía parar de llorar. Igual hubiera
pasado si hubiera quedado Nicoyembe. Porque ellos estaban llorando era porque
se iba uno de sus compañeros, cualquiera que fuera. Porque partía una parte de
su familia.
Shadia, desde sus 18 añitos, salió al escenario con todo, a
cantar ese exitazo que es ‘Fama’ y sus compañeros le daban fuerza desde el
balcón. Todos parecían querer ayudarla de alguna manera. Al punto que uno de
ellos, por ejemplo, abría sus brazos, con las palmas arriba, y las subía, como tratando
con eso de ayudar a subir el tono que en ese momento debía alzar Shadia. Otro
simplemente lo hizo con un puño al aire, como afirmando con ello que había dado
la tonalidad.
Carmen Antolinez empezó a cantar ‘Desde que te conocí’,
mientras Joan, arriba en el balcón, a quien había abrazado momentos antes de
salir para agradecerle las flores, ponía sus manos en forma de oración, frente
a sus labios, como pidiéndole al Todopoderoso esa nueva oportunidad para ella.
Fanny Lu terminó llorando al escoger a Shadia y se confundió
en un abrazo con Carmen, quien levantó su mirada y su voz para decirles a sus
compañeros ‘los quiero mucho’, con lo que ellos rompieron en llanto desde allá.
Ricardo Montaner lo dijo entonces: «Este momento no nos
gusta a nosotros demasiado. Cuando ustedes pusieron al aire el video de esos
muchachos preparándose con esa ilusión, nosotros no pudimos evitar, teníamos
todos una especie de nudo en la garganta. Para nosotros esto es muy complicado
y no nos gusta para nada. Yo sé que este es un show, que hay que entretener al
público, hay que poner cara sonriente, pero esto no me hace ninguna gracia.
Esto que está pasando ahora, lo que va a pasar en los próximos minutos, no me
hace ninguna gracia».
Entró a la tarima Orlando y se robó el show con una
exquisita salsa, momentos después de que hubiera confesado fuera del escenario que
su madre tenía problemas de memoria, pero cuando lo vio la vez pasada en
televisión, lo reconoció. Eso nada más, le dijo Montaner cuando terminó de
cantar, justifica tu presencia en este programa. Ese es el gran premio, como
también lo son los 800 alumnos de baile que tiene en su región.
‘Sola otra vez’ empezó a sonar en la voz de Johana Alvarado,
quien hizo una hermosísima presentación. Y desde el balcón, uno de sus
compañeros abría sus brazos y los iba subiendo a medida que ella iba subiendo
la voz, como si con eso pudiera ayudarla a hacerlo mejor.
Montaner, quien ha dado muestras absolutas de tener un
corazón muy grande, le dijo al terminar que sus padres viven a 6 horas más adelante
que la hora colombiana y que aún así se quedan despiertos para verla, «porque
eres el centro de la familia y ellos están orgullosos de ti. Y mandan a decirte
que no les importa nada lo que pase esta noche porque ya para ellos, en su
corazón y en su sangre, ya tu eres ganadora».
El escogido fue Orlando, pero cuando mencionaron su nombre,
él y Johana se fundieron en un abrazo inmenso, inmenso, de esos en los que uno
deja su alma entera, hasta que el presentador tuvo que separarlos y mientras en
el balcón sus compañeros ocultaban sus rostros entre sus manos, dando rienda a
su dolor y luego se abrazaban todos entre sí, en señal de solidaridad.
Cuando Steven Arenas estaba cantando, sus compañeros del
equipo de Cepeda estaban abrazados entre sí, todos, como en una cadena, y
llevaban el ritmo de la canción. Le tocó el turno a Angelo y él dirigió a sus
compañeros su cantar, se fajó una excelente presentación, pero no le alcanzó
para quedarse. El escogido fue Steven. Angelo partió dejando, en verdad,
corazones partidos entre sus compañeros, que lo quisieron de manera especial,
como contó Andrés Cepeda.
Cuando el programa daba sus acordes finales, todos estaban
allí, con esas emociones encontradas, con una profunda tristeza, pero con algo
que no tiene precio: el ejemplo de hermandad que le dieron al país.
Twitter: VargasGalvis