Si las Farc firman un acuerdo de paz con el Gobierno ¿qué podría pasar en Colombia? ¿Qué van a hacer las Fuerzas Militares? ¿Veremos a Timochenko sentado en una curul en el Congreso? ¿Iván Márquez, Jesús Santich, Romaña, se codearán con senadores y representantes para hacer las leyes colombianas?
Las respuestas dependen de a quien se le formulen las preguntas, en un país que está dividido entre los amigos y los enemigos de la paz.
Pero vale la pena que nosotros mismos reflexionemos y pensemos qué se nos ocurriría que pudiera pasar y, mejor aún, qué vamos a hacer si la guerrilla firma el acuerdo de paz.
Para eso nos tenemos que imaginar a un país sin guerrilla, porque tan pronto se firme la paz con las Farc, el Eln entrará en un proceso rápido o se acogerá a este, porque no le queda otra cosa qué hacer.
Es como si se hubiera dado un terremoto de grandes dimensiones y tuviéramos que empezar la reconstrucción. ¿Qué vamos a levantar de debajo de esas ruinas?
Por eso el país debe empezar a pensar desde ya en el postconflicto. Aunque no sepamos cuáles van a ser los resultados de los acuerdos, ya hay muchas cosas en las que podríamos empezar a trabajar.
Por ejemplo, si se acaba la guerrilla, todos esos grandes territorios en los que por décadas no ha podido ingresar el Estado, o lo ha hecho pero no ha podido permanecer allí, podrían empezar a normalizarse y a convertirse en prósperos territorios agrícolas, ganaderos e industriales y se les podría devolver a esos habitantes la tranquilidad de desarrollar sus trabajos sin el miedo a los fusiles que los han acallado históricamente.
Pensar en un país sin guerrilla es imaginarse un Ejército igual de fortalecido como el de ahora, pero con nuevas y altísimas responsabilidades, que serían asegurar la presencia del Estado en todos los rincones de la Patria, enfrentar, ahora sí, con todo, a los otros enemigos que son las bandas criminales, cuyos miembros crecen como conejos; y, además, enfrentar a los narcotraficantes en el interior del país y en las fronteras.
El acuerdo de paz puede que se logre en menos de un año, o en dos, si las cosas se complican, pero el desarrollo de esos acuerdos y el trabajo del postconflicto puede llevar décadas, en las que no habrá pasado la hecatombe que anuncian los enemigos de la paz y en las que, con la colaboración de la comunidad internacional, que ya la ha anunciado, tendremos que consolidar los acuerdos, desarmar los espíritus, reparar a las víctimas e invertir en esa nueva Colombia más próspera que todos soñamos.
¿Usted, cómo se imagina al país sin guerrilla?
Twitter: @VargasGalvis