Me pregunto si el triunfo de Martha Lucía Ramírez en la convención conservadora se convertirá más bien en la tabla salvadora del uribismo, en donde no sería raro que se convirtiera hasta en su candidata presidencial.

Para nadie es un secreto que la candidatura de Óscar Iván Zuluaga no ha despegado y no se le ven visos de que lo vaya a hacer. No ha servido siquiera el acompañamiento del propio expresidente Álvaro Uribe en su gira por varias ciudades, en algunas de las cuales los han recibido a tomatazos.

Y entre los hombres más felices por el triunfo de la exministra en la Convención figuran nada menos que el propio Álvaro Uribe y su escudero José Obdulio Gaviria, quien incluso se apresuró a decir que se debe actuar rápido y pensar en una unión entre el Centro Democrático y el conservatismo.

Y es que esta podría ser la carta salvadora para la propia Martha Lucía Ramírez, que de seguir su candidatura sola, con el apoyo de los convencionistas que la eligieron y el desprecio de la mayoría de los parlamentarios de su partido, podría convertirse en otra Noemí Sanín.

La excanciller Noemí Sanín, en las elecciones de hace cuatro años, también ganó la candidatura, pero en una consulta popular. Esa vez el gran derrotado fue Álvaro Uribe, quien estaba apoyando a Andrés Felipe Arias, a quien ya lo tenía como su candidato presidencial.

Ante la derrota de ‘Uribito’; como llamaban a Arias, todo se le desbarajustó a Uribe y al propio Partido Conservador, que no había pensado en que Noemí Sanín tuviera la fuerza necesaria para vencer a Arias.

El directorio del Partido y los parlamentarios del mismo, ante el triunfo de Sanín, se comprometieron públicamente a apoyarla, a sacarla adelante, a acompañarla durante toda la campaña. Pero eso no sucedió nunca.

La verdad es que mientras Noemí Sanín se partía el alma viajando de ciudad en ciudad (una vez con rosario en mano en un vuelo en avión privado entre Barranquilla y Bogotá que tuvo tantos problemas por turbulencia que hasta sus acompañantes pensaron que iban a morir allí), los parlamentarios y dirigentes conservadores de las regiones ‘se hacían los locos’.

El expresidente del directorio conservador, Carlos Holguín Sardi, los llamó una vez al orden y les pidió que le organizaran manifestaciones a Sanín en cada región. Eso no ocurrió sino en ciertas ciudades. La de Barranquilla fue grandísima, y a ella asistieron grandes caciques conservadores, muchos de los cuales, mientras gritaban vivas a Sanín, tenían su corazón con la campaña uribista.

La verdad es que a Sanín le hicieron la vida imposible sus mismos copartidarios. Y pienso que lo mismo le va a ocurrir a Martha Lucía Ramírez, a quien Sanín le entregó las banderas de la mujer conservadora el día de las elecciones presidenciales en el que se selló su derrota.

A Martha Lucía Ramírez no le va a caminar la maquinaria conservadora, que está con Juan Manuel Santos. Pero sí le podrían caminar los uribistas. Y mucho más si es su candidata presidencial o vicepresidencial. Por algo ya han estado hablando el expresidente Andrés Pastrana (amigo de que el conservatismo tuviera candidato propio) y el expresidente Álvaro Uribe. Algo se está cocinando allí.

¿Usted qué cree?

 

Twitter: VargasGalvis