Ante todo debo aclarar que esta nota no busca que voten por Juan Manuel Santos o por Óscar Iván Zuluaga. Solo quiero que pensemos en un país sin guerrilla. ¿Qué pasaría?

Si las Farc se desmovilizaran, muy pronto lo haría el Eln. Con este grupo ya hay acercamientos, como los anunció el Gobierno, y lo más lógico es que al refrendar por parte de los ciudadanos los acuerdos con las Farc, se pudiera hacer lo mismo con los del ELN.

Pero los dos procesos tienen dinámicas distintas y, si lo anterior no se da y se demora un poco más el acuerdo con el Eln, este podría llegar a su fin pronto, porque ese grupo no se puede arriesgar a que, sin las Farc, toda la fuerza militar vaya por ellos.

¿Se reduciría el número de militares?

No creo, ni sería conveniente. Porque a todos esos hombres que han dado sus mejores momentos de la vida por la Patria, les quedarían otras labores por hacer: acabar con las bandas criminales, como los Urabeños, los Rastrojos y las otras que en este momento están atacando directamente a la población con extorsiones y asesinatos en calles y poblados.

Me dirán que esas son las funciones de la Policía. Pero necesitamos de nuestro Ejército para consolidar las zonas que han tomado estos grupos, llamados bandas criminales y que nacieron de los grupos paramilitares.

Y les quedaría otra función, que han descuidado los últimos gobiernos, que es la lucha contra el narcotráfico. No la estamos afrontando como debería ser, porque estamos dedicados a combatir a la guerrilla.

Además, a esas Fuerzas Militares las necesitamos también para consolidar la paz. Para hacer presencia (ya sin el temor de una mina o una emboscada), en todos esos municipios del país en los que en este momento no hay presencia del Estado.

A las Fuerzas Militares les debería corresponder también garantizar el regreso de los campesinos a sus parcelas y acompañarlos durante todos los años que durará la consolidación de la paz.
Y también las necesitamos para cuidar nuestras descuidadas fronteras que se han convertido en líneas de impunidad para muchos delincuentes que actúan en Colombia y se refugian en los países vecinos.

Veamos otras cosas que pudieran suceder:

Ya se comprometieron a acabar con los cultivos ilícitos. Está en los acuerdos firmados, pero solo serán realidad hasta el día en que se firme la paz total. Los acuerdos llegados hasta el momento no se harán realidad sino hasta que se firme el pacto completo por la paz. Y más allá de eso, hasta que los colombianos, en unas votaciones en las urnas, digamos sí o no.

Si acabaran con los cultivos ilícitos, el Gobierno tendrá que dar una alternativa viable a todos aquellos campesinos que viven de ello. Y se podría hacer creando parcelas productivas y dándoles lo necesario para que tengan futuro, con la ayuda de la Comunidad Internacional, que ya dijo estar dispuesta a ello.

En el campo

Si se acabaran las Farc, sin reducir un solo peso a lo que ganan los militares, el dinero que hoy se dedica a bombas, transporte de heridos, armas, combustible para bombarderos y demás, se podrían utilizar en ayudar a los campesinos, e incluso a los mismos guerrilleros rasos, a hacer parcelas productivas.

Si esto se hiciera, se podría revivir el campo, lo que hoy no es posible del todo porque muchos de esos territorios que deberían estar cultivando o produciendo, están tomados por las Farc.

Si se desmovilizaran las Farc podría haber un resurgimiento del agro y de la industria en los sectores en los que tradicionalmente han actuado.

La corrupción

Si se acabaran las Farc se reduciría de manera importante la corrupción, porque uno de los más grandes factores para que esta se dé es la guerrilla, que tiene en su nómina a alcaldes, jueces, y cuanta autoridad quieran, en una gran parte del territorio colombiano e incluso en los grandes centros del poder.

Ya al alcalde de un municipio no le tocaría repartir las regalías con los guerrilleros, por sus amenazas, sino que podría dedicar ese dinero a lo que debe ser: salud y educación.

Algunas multinacionales que financian a la guerrilla pagándoles por sus extorsiones podrían dejarlo de hacer y dedicar esos dineros a mayor productividad, que a la vez significa mayor empleo.

Las víctimas

Si se acabaran las Farc, sus víctimas deberán ser indemnizadas. La ley ordena que deben pedir perdón, indemnizar y restituir las tierras a quienes se las han quitado. Debe haber reparación. Y las Farc ya reconocieron que son victimarios. Hasta el momento habían dicho que todo era culpa del Estado. Ahora tendrán que responderles, cara a cara, a sus víctimas.

Y, mucho más importante, deben acabar con su dolor, por lo menos diciendo en dónde quedaron los familiares de esas víctimas, de tal manera que puedan hacer su duelo y reconciliarse con la vida.

Si se acabaran las Farc, se podría invertir más dinero en educación, salud y vivienda, porque esa plata ya no se iría para una guerra que ya no existiría.

¿En el Congreso?

Si se acabaran las Farc, puede que en una primera instancia, algunos de ellos llegaran al Congreso o a las Asambleas. Pero eso dependerá de los colombianos de bien, si votan a favor de ello o no en el referendo en el que deben aprobar o negar los acuerdos con ese grupo guerrillero.

Hay quienes dicen que no se debe aceptar que guerrilleros que han cometido delitos de lesa humanidad lleguen a cargos de poder. Y tienen razón. Pero hay un problema: Si a Iván Márquez, por ejemplo, lo cogieran preso y lo llevaran ante la justicia, el Estado tendría que comprobar que ese hecho de lesa humanidad por el que lo acusan, lo cometió él. ¿De dónde sacarán las pruebas? ¿Nos enfrentaríamos a un caso en el que Márquez, siguiendo el ejemplo, pudiera quedar libre, o con una mínima pena, porque el Estado no le pudo comprobar lo que hizo?

Las Fuerzas Militares han dicho siempre que tal atentado o el otro, lo cometieron las Farc. ¿Pero quién de las Farc? ¿Cómo le comprobamos a Iván Márquez que él fue quien lo ordenó? ¿O el que lo hizo?

Por eso es que se necesita que ellos mismos reconozcan lo que hicieron, como lo están haciendo los paramilitares, y que funcione la justicia. Una justicia que además puede ser de transición, según la ley. E igual podría quedar en la cárcel. Pero se necesita que ellos mismos confiesen.

La Policía

Si se desmovilizaran las Farc, la Policía se podría dedicar más a los problemas más directos que atentan contra la población, que son aquellos por los que les da miedo salir a la calle, o decir algo, o denunciar algo.

¿Y las armas?

No se vaya a dejar enredar entre quienes dicen que las Farc no se van a desarmar. El asunto es que ellos dejarán las armas. Como lo hizo el M-19. No las entregarán al Gobierno, porque esto, para ellos, significaría una rendición. Pero sí se las dejarían en manos de una comisión internacional que las funda y haga un monumento, o las destruya. El hecho es que guerrillero desmovilizado no podrá llevar armas consigo.

Los colombianos

Si se desmovilizaran las Farc podríamos ver más sonrisas en los campesinos y más acción de estos, porque serán libres.

Si se desmovilizaran las Farc, los colombianos podríamos sentir, por fin, que estamos libres de la violencia que nos ha ‘apresado’ dentro de nuestro propio territorio y podríamos ver en vida a un país en paz, en el que nuestros hijos tengan un futuro asegurado.

@VargasGalvis