Foto tomada de Kaboompics.com

A veces se sienta uno frente al computador y no sabe qué hacer. Abre el correo, Twitter, Facebook, de pronto Linkedin y aún no sabe qué hacer.

Acabo de abrir el correo y Twitter. El Hotmail está lleno de mensajes que realmente no me sirven. Me siguen llegando a pesar de haber iniciado una depuración.

Entré a Twitter y vi tantas cosas a la vez, unas importantes, otras de campañas publicitarias, otras muy buenas, que comparto, esencialmente de los temas de periodismo; redes sociales y posconflicto.

Una cosa me va llevando a la otra y resulto metido en páginas interesantes que no conocía o en otras a las que no había vuelto a visitar. Y ahí empieza uno a divagar, a centrarse en la lectura de muchas cosas casi que a la vez.

No suelo abrir Facebook, porque para mí es sinónimo de nostalgia. Empiezo a ver fotos y videos de gente a la que quiero, de mi familia, mis amigos, de compañeros, y me devuelvo en el tiempo a pensar qué buenos tiempos aquellos o a lamentar no poder estar más cerca de unos u otros.

Y entonces me dedico a Twitter, a opinar o a compartir las buenas cosas y se me puede ir la mañana en eso. Cuando termino me pregunto qué he logrado y es cuando me doy cuenta de que no estoy cumpliendo con un objetivo, sino que voy, como el picaflor, de flor en flor degustando su sabor, sin un plan, sin un propósito, sin una razón.

Eso suele ocurrirme cuando estoy deprimido. Es como cuando uno se sienta a escribir, ve la página en blanco y no le sale ni el párrafo de entrada porque la mente está peleando entre el ‘quiero escribir’ y el ‘no quiero hacer nada’.

Hoy ganó el ‘quiero escribir’ y logré sacar estos párrafos que son, más que una introspección, un llamado a que nos planteemos un objetivo cuando vayamos a entrar a las redes sociales.

A mí suele moverme mucho el tema del posconflicto y siento una necesidad inmensa de empezar a construir la paz que vendrá luego de la firma de los acuerdos con las Farc. Y ese es el objetivo que me planteo muchas veces cuando me siento frente al computador. Y cuando hago eso, al final de la mañana siento como un fresco, como si hubiera cumplido con un deber. Y sonrío.

Pero es por eso: porque me he trazado un plan al sentarme en el computador. No necesitamos hacer un plan de social media para ello. Solo es trazarnos una meta, aunque sea pequeña, y trabajar en torno a ella todo ese día. Y veremos al final que no solo vamos a sonreír, sino que vamos a dormir tranquilos sabiendo que hoy se hizo algo por los demás.

 

Twitter: @VargasGalvis