La firma de los acuerdos con las Farc es el paso más importante para empezar a construir la paz. Es un punto de partida, no de llegada. Y en el proceso que viene nos debemos preocupar más por qué va a pasar con nuestros campesinos y no tanto por lo que vaya a pasar con los desmovilizados.
Por supuesto que debemos estar atentos a que los guerrilleros de las Farc cumplan, que sean juzgados por el Tribunal de Justicia, que empiecen a hacer política sin armas, y debemos estar atentos a lo que ocurra con ellos.
Sin embargo, lo que se viene ahora es nada menos que la construcción de un nuevo país. Es el trabajo intenso por recuperar el campo, por darle esperanzas a quienes la perdieron, por reparar a las víctimas pero también por asegurarles un futuro. Lo que viene es la verdadera construcción de la paz, que se hace con presencia del Estado, con trabajo, salud, vivienda, justicia, con oportunidades para todos.
Uno de los acuerdos con las Farc es nada más ni nada menos que la transformación del campo. Y de hecho se debe dar no porque sea un acuerdo, sino porque sin la presencia de esa guerrilla se podrá recuperar la paz en las regiones en donde actuaba y estas podrán convertirse en modelos de desarrollo, porque ya no tienen la amenaza de las armas pero sí la atención del Estado y de la comunidad internacional que prometió ayudar en esta labor.
Un ejemplo: el alcalde de Tibú (Norte de Santander) anunció la semana anterior en el Foro de empresarios por la paz que se desarrolló en Cúcuta, que ya tiene 650 familias para iniciar un proyecto de siembra de sávila en su región. Y lo hizo porque hay un empresario extranjero que quiere procesar la sávila y necesita del campesino para ello.
Pero estas 650 familias no serán solo cultivadoras de sávila, sino que también serán socias de la empresa. Y así no solo ganarán por lo que producen, sino por el provecho que los demás saquen de ello.
Y esas familias y esa empresa tendrán la ayuda del Estado, con la construcción, por ejemplo, de vías terciarias que les permitan sacar sus productos.
Eso es hacer paz. Y eso es lo que están buscando el Gobierno y las Farc en los acuerdos. Por eso es que dicen que la paz debe nacer de las propias regiones. Porque son estas las que saben qué necesitan y qué pueden hacer.
La paz no se hará desde Bogotá. Se hará desde las regiones que hoy deja libres de violencia las Farc.
Por eso es que hoy celebramos con júbilo que se firmen los acuerdos con las Farc, pero también advertimos que empieza la verdadera construcción de la paz. Y usted puede ayudar a ello. Desde donde esté, con solo pensar ¿qué puedo hacer para construir paz? Y empezar a actuar.
Lo podría hacer proponiendo ideas. Se reciben en www.mesadeconversaciones.gov.co También actuando desde su hogar, desde su trabajo, desde donde se encuentre. Proponga ideas, pase proyectos, opine de manera crítica, analítica, no llevado por los demás; vote sí al Plebiscito para que todo se pueda hacer realidad, abrace a sus hijos y a sus nietos y dígales que sí, que usted está feliz, porque ellos y los hijos de ellos, sí podrán vivir lo que nosotros no pudimos: un país en paz.
@VargasGalvis