Volteé la mirada y vi a mi hijo durmiendo a mi lado, con una carita de ángel, y le di las gracias a Dios por hacerme feliz. Por permitirme esos segundos que lo llenan a uno de amor.

Y es que desde hace un tiempo tomé la decisión de ser feliz. Sí, la decisión. Porque uno no solo es feliz por algo que le pase en la vida, sino también por aquellas cosas que nosotros decidimos que pasen.

Con los años uno se da cuenta de que desperdició muchas oportunidades de ser feliz en el pasado. Y comprueba que aquello que era prioritario para uno no lo debió ser. Y es cuando uno empieza a corregir la situación. Muy tarde para algunos, a tiempo para muchos más.

Escribía una vez en el computador, haciendo un trabajo en el que estaba enredado, y mi hijo empezó a contarme algo. ‘Sí’, le contestaba una y otra vez, mirándolo pocas veces y sin entender siquiera lo que me estaba diciendo. Pero de un momento a otro me detuve. ¿Qué es lo más importante?, me pregunté. Mi hijo, respondí. Dejé lo que estaba haciendo, le puse plena atención, nos reímos y luego sí continué con lo que estaba haciendo.

Y es que los que nos consideramos adultos vemos la vida como adultos y no se nos ocurre verla con la misma mirada de los chiquillos, para quienes las cosas importantes son otras. Para un niño es muy importante que le escuchemos lo que le pasó con Picachú, por ejemplo, porque es parte de su vida cotidiana. Y debemos saber que eso es importante para él y escucharlo, porque cada vez que lo hacemos en verdad le estamos brindando una caricia de amor.

¿De qué le sirve a uno ponerse a pelear en el trabajo porque uno quiere que una cosa se haga de una manera y no de otra? Nos indisponemos, manoteamos, nos dañamos el día o se lo dañamos a otro. Y al cabo de los años ni siquiera nos vamos a acordar de eso porque realmente no fue importante. ¿De qué nos sirvió restarnos esos minutos o esas horas de felicidad?

Nos pasamos la vida trabajando y trabajando para vivir lo mejor que podamos, pero se nos olvida esto último: vivir.

Para algunos ganar más dinero es su meta. Y para ello viven. Hacen todo lo que esté a su alcance para ganar más y más cada día, aunque ya hayan acumulado lo necesario. Pero al final de su vida se pueden dar cuenta, amargamente, de que se la pasaron buscando el dinero y se les olvidó vivir, se les olvidó ser felices.

Hay quienes creen que la felicidad va de la mano con el dinero. Entre más dinero, mayor felicidad. Y al final de sus tiempos se dan cuenta de que con mucho menos hubieran podido ser felices, pero desperdiciaron el tiempo soñando con una riqueza que creyeron que estaba en el papel o la moneda que cada uno depositó en el banco o se gastó en placeres desbordados, pero que a la final estaba era en el corazón de cada uno de sus familiares.

¿Por qué cada persona que estuvo al borde de la muerte dice prácticamente lo mismo: que les cambió la vida y que ahora la ven distinta?

Eso es porque se dieron cuenta de que la verdadera riqueza estaba en su corazón, en el de sus familiares, en el de sus amigos, que la vida es tan rica y tan hermosa que no vale la pena desperdiciarla en peleas inútiles, en asuntos de poca monta. Que la vida hay que vivirla segundo a segundo.

¿Por qué el 2017 podría ser el año de la felicidad? Porque usted podría tomar la decisión de ser feliz. Eso hay que hacerlo de manera consciente. No simplemente tratar de vivir feliz cada día. No. Hay que decidir ser feliz segundo a segundo. Y regañarnos cada vez que nos encontramos con que estamos desperdiciando un segundo o un minuto en una pelea, en un sinsabor, en algo que nos aparte de esa felicidad.

Debe convencerse de que el pasado es pasado y de que este ya no nos debe preocupar. Lo podemos olvidar. Nosotros vivimos el hoy y el ahora. Y podemos decidir que ese hoy y ese ahora sean felices.

Estemos haciendo lo que estemos haciendo. Y debemos entender que el futuro es todo aquello que construyamos ahora, en este segundo, en este minuto.

Por eso, seamos felices ya y acumulemos felicidad por montones, para repartírsela a los demás. Vivamos la vida cada segundo, al lado de los nuestros, y hagamos de nuestra familia la más feliz: no por tener dinero, sino por disfrutar de nosotros hoy.

@VargasGalvis