No recuerdo haber visto a una señora y mucho menos a un señor con un canasto haciendo mercado en Carrefour, Éxito o cualquiera de esas grandes superficies.
Esas eran las buenas costumbres en las plazas de Bogotá (y que aún se conservan en muchos pueblos), pero que fuimos perdiendo en la medida en que las plazas se fueron opacando y las grandes superficies se fueron levantando como amos y señores de la venta de mercado en la ciudad (aunque nunca reemplazarán a la tienda de la esquina).
Recuerdo que en la panadería le daban a uno talegos de papel, costumbre que fueron perdiendo muchas de ellas en la medida en que los fabricantes de plástico fueron invadiendo el mercado.
Por décadas nos acostumbramos a esas bolsas de plástico y no caímos en cuenta de que cada vez que recibíamos una estábamos aportando un grano de arena para que los peces se murieran o para que se formaran inundaciones en la ciudad.
Ahora, según Greenpeace, cada segundo llegan más de 200 kilos de basura al mar y se estima que hay más de 5 billones de fragmentos de plástico en los océanos, sin contar los que están en el fondo.
En el caso de las bolsas de plástico de un solo uso, según Greenpeace, se estima que se utilizan en promedio unos 12 minutos y que tardan más de 50 años en descomponerse.
Cuando botamos esas bolsas, viajan por quebradas y ríos hasta llegar al océano, o se quedan por el camino hacia el basurero y se alojan en las alcantarillas.
Es decir que cuando usted hace mercado, por cada bolsa que le dan, si no es reciclable, está haciendo un aporte de 50 años a la suciedad del mar (tiempo que demora en desintegrarse una bolsa) y al peligro de que especies marinas desaparezcan por cuenta de la contaminación.
Hipermercados, a comprometerse
Pero así como es cierto que tenemos que irnos acostumbrando a usar elementos distintos a las bolsas de plástico, también es cierto que los supermercados y las grandes superficies deben buscar la manera de que sus usuarios tengan en qué llevar lo que compran.
Cuando algunos o algunas empacadoras de almacenes dicen que está prohibido entregar bolsas, seguramente se refieren a que el administrador o el gerente del almacén lo prohibió. Pero no porque lo haya determinado una ley o una resolución.
La resolución 0668 del 28 de abril de 2016 establece que desde el 30 de diciembre del año pasado, los almacenes de cadena, grandes superficies comerciales, superetes de cadena y farmacias de cadena que entregan bolsas plásticas a sus clientes, deben “Entregar en los puntos de pago bolsas plásticas que cumplan con: a) dimensiones cuya área sea igual o superior a 30 cm x 30 cm b) calibre igual o superior a 0.9 milésimas de pulgada o que el calibre de la bolsa sea suficiente para atender la capacidad de carga indicada en la bolsa. Las bolsas plásticas deberán incluir un mensaje ambiental relacionado con el uso racional de bolsas en un tamaño mínimo del 10% del área de una de sus caras”.
También deben tener recomendaciones para la reutilización de la bolsa e información sobre su capacidad de carga, expresada en kilos.
Y la misma resolución determina que esas cadenas deben “poner a disposición del consumidor como mínimo una alternativa de transporte de mercancías como bolsas reutilizables, carros de mercado, canastos, morrales, etc.”.
Todos esos distribuidores deben implementar el Programa de Uso Racional de bolsas plásticas y la meta es reducir en 10 por ciento el número de bolsas plásticas distribuidas en los puntos de pago.
Hasta el 15 de abril de 2017, hacia el medio día, y según el fabricante Biobolsa, 8.664’025.320 bolsas habían sido consumidas este año en Colombia. En su página web tienen un contador que va subiendo cada segundo.
Desde el 30 de diciembre de 2016 quedó prohibido distribuir bolsas prescindibles en los puntos de pago, lo que tampoco quiere decir que esté prohibido dar bolsas verdaderamente biodegradables, o de papel o de tela.
Luego entonces, lo que tenemos que exigir los consumidores es que nos den en qué empacar (en caso de comprar varios productos), o irnos a otra parte a hacer las compras. Y debemos exigir que el supermercado cumpla con el medio ambiente, sin aprovecharse del usuario para ahorrarse una plata en bolsas o para hacer negocio con las bolsas de tela.
Las bolsas de tela son una excelente alternativa. Al hipermercado le cuestan mucho más que una bolsa de plástico, pero las puede vender a un precio razonable, o regalar, en el caso de las que llevan la propaganda del almacén.
Porque no hay derecho a que nos cobren unas bolsas para que uno vaya por la calle haciéndole propaganda al almacén. Si quieren publicidad, que la paguen. Y la pagarán regalando las bolsas de tela con su logo.
Reutilicemos
La resolución del ministerio del Medio Ambiente establece como obligaciones de nosotros los consumidores las siguientes: “No exigir bolsas plásticas adicionales a las requeridas para el transporte de las mercancías adquiridas; reutilizar las bolsas plásticas recibidas; y atender las instrucciones suministradas por los distribuidores de bolsas plásticas sobre el manejo que se les deben dar.
Es decir que en esta ‘batalla’ por las bolsas de plástico, todos tenemos que asumir una estrategia. La de los distribuidores debe ser entregar bolsas biodegradables o dar otras alternativas reales a los consumidores para llevar sus productos. Pero la solución no es dejar de dar bolsas. Es dar lo que necesita el consumidor para llevar sus productos, sin que se haga daño al medio ambiente.
Y los consumidores, además de llevar demasiadas bolsas, podemos hacer unos pequeñitos esfuerzos, de grandísimas utilidades: por ejemplo, llevar los productos en la cartera, o andar con una bolsa entre el bolsillo y utilizarla cada vez que le dé el impulso de comprar algo; o reciclar la bolsa utilizándola para la basura o utilizar las bolsas de tela que no tengan distintivos comerciales de los almacenes.
Pero eso sí, siempre exíjale al establecimiento que le dé en qué llevar los productos, porque no podemos dejar que ahora decidan ahorrar el costo de las bolsas a costa del consumidor, sin poner de su parte para contribuir al medio ambiente.
Twitter: @VargasGalvis