Nadie se las sabe todas. Menos una aplicación como Waze, que se basa en una información satelital que no es del todo cierta y que lo puede llevar hasta los sitios más insospechados o a la dirección que usted no está buscando.
Ya me pasó. Cansado de pedir un taxi a través de una aplicación sin que nadie tomara mi solicitud, recurrí a Beat.
Esta vez entré a la aplicación de Beat, puse como partida mi lugar de trabajo y, como no sabía la dirección exacta a la que iba, solo puse en el destino la palabra Audifarma, para que la misma aplicación me mostrara las alternativas. Y ahí estaba. Decía: ‘Farmacia Audifarma. Avenida 68 # 45 – 14 Bogotá”. Opté por esa opción, llegó el vehículo y nos dirigimos por donde el Waze le decía al conductor que cogiera.
Llegamos a un sitio y el conductor se detuvo. ‘Aquí es’, me dijo. Miré alrededor y estaba en una zona residencial que no conocía. Le expliqué al señor que en el destino puse ‘Farmacia Audifarma’ y le pedí que mirara alrededor a ver en dónde había una. Todos eran edificios residenciales.
Pero él insistía en que estábamos en la dirección correcta, porque Waze así se lo decía. Le pedí que mirara en el primer edificio y en la pared decía carrera 69 con calle 29. “Ve, no estamos en la avenida 68 con 45”, le dije. Pero él me levantó su celular y, plenamente convencido, reiteró que Waze decía que ahí era Audifarma y que esa calle residencial era la avenida 68. Por supuesto tuve que tomar un taxi para que me llevara al verdadero destino.
El conductor nunca entendió la diferencia entre la realidad y lo que le decía Waze. Para él, la aplicación era la verdad y nada más que la verdad, y me dejó allí.
Cuando usted solicita un servicio a cualquier aplicación en la Avenida Ciudad de Cali (carrera 86) con calle 55, si el conductor que viene se guía por el Waze, llegará a la carrera 85, justo detrás del edificio por donde usted está esperando. Porque ahí le dan las coordenadas.
En una ciudadela del occidente de Bogotá, los taxistas que se guían por el Waze quedan locos cuando llegan a una cuadra larga que hay y la aplicación les dice que a 100 metros giren a la izquierda. Cuando van a hacerlo se dan cuenta de que justo allí queda la entrada al parqueadero de un conjunto. No se fijan en el aviso grande que hay en la entrada con la dirección exacta, sino que solo miran el celular para ver a dónde van. Entonces deciden, usualmente, ir hasta la esquina para hacer el giro y ahí ya quedan perdidos, porque están en otra dirección.
Un conductor me hizo caer en cuenta de otra cosa: quienes solo le creen a Waze pueden gastar más tiempo en llegar a su lugar de destino, por estar siguiendo ciegamente las instrucciones de la aplicación, porque esta les indica es por dónde hay menos trancón, pero no siempre por dónde es más cerca.
Le ocurrió a uno de ellos. Desesperado por el trancón en la Avenida Ciudad de Cali, le obedeció a Waze y tomó la Avenida de La Esperanza. La aplicación lo fue llevando de recoveco en recoveco, hasta que lo hizo bajar muchas cuadras, para luego entrar en una avenida y volver a subir, con lo que gastó mucho más tiempo del que el mismo Waze le decía que iba a utilizar cuando estaba en la Ciudad de Cali.
Otro conductor me contó que hicieron una medición con su padre y se dieron cuenta de que para salir de Bogotá a su destino era mejor irse por la Autopista del Sur que por donde les decía Waze. La aplicación leía el trancón de la autopista y los llevaba desde Plaza de Las Américas hasta la calle 13, para que bajaran por allí y los iba llevando. Comprobaron que era mejor tomar el trancón porque, aunque se movían poco a poco, iban avanzando y llegaban más rápido a Soacha que por el otro lado.
En un sector del centro occidente de la ciudad, los conductores no entienden por qué Waze les dice siempre que cojan a la izquierda en una calle en donde se meterían en contravía y luego, a 100 metros, les dice que tomen la derecha, cuando ellos saben que deben tomar la izquierda para llegar a donde van o para salir a la avenida que están buscando.
No digo que Waze sea mala o no sirva. Es una muy buena herramienta. Pero no se puede creer en ella ciegamente. Y mucho menos hacer (estoy seguro de que usted no lo haría), lo del conductor aquel que seguía diciendo que la verdad la tenía Waze, cuando la placa del edificio que tenía en frente le estaba diciendo lo contrario.
Twitter: @VargasGalvis