Entre más permanezca aislada una persona, menos posibilidad tiene de contraer Covid-19. Imagen tomada de El Tiempo.

No hay duda de que los colombianos estamos enfrentando uno de los desafíos más graves que se nos haya presentado en nuestra historia. Y por la manera como ha evolucionado la situación, es obvio que se sienta miedo, que haya preocupación, incertidumbre y mucha ansiedad.

Ver que se cierran fronteras, que se niega la llegada de vuelos internacionales, que no hay clases, que les piden a las personas que se queden en la casa, que les dicen a los empresarios que cambien horarios y permitan el teletrabajo, que cierran bares, discotecas y hasta iglesias, que se decretan toques de queda…. Ver todo eso asusta y lleva a temer por la seguridad de cada quien y de su propia familia.

Sin embargo, tenemos que hacer una pausa y reflexionar un poco: ninguna de esas medidas se tomó porque haya muerto una sola persona, ni porque la mayoría de los colombianos esté contagiada. Todas son medidas de prevención que buscan, precisamente, evitar muertes y que no haya tantos colombianos contagiados de un momento a otro.

El actual es un aislamiento que intenta que el virus no se propague tan fácil. Es como tratar de cortarle las alas. Es para frenarlo lo más que se pueda, aunque sepamos que no lo vamos a poder frenar del todo. Pero entre más se sigan las medidas, menos personas van a sufrir las consecuencias.

Este, como sé que cada uno de ustedes entiende, no es un problema del Gobierno, o del Estado. Lo es de cada uno de nosotros. Cada persona lo debe enfrentar por sí misma, siguiendo al pie de la letra todas las recomendaciones que han hecho las autoridades sanitarias.

Y como cada uno de nosotros lo debe enfrentar, lo que no debemos hacer es entrar en pánico. Porque cuando eso ocurra no podremos pensar bien, cometeremos errores que nos pueden afectar personalmente o a nuestras familias.

Tenemos que pensar con cabeza fría. No olvidar ni una sola de las recomendaciones sanitarias y aplicarlas para nosotros y hacer que las cumplan aquellos que veamos que no lo están haciendo. Esa es la mejor forma de protegernos. Si todos actuamos de la misma manera, vamos a generar una fuerza incontenible, una muralla que nos protegerá.

Habrá cada día más contagiados y veremos en unas semanas cómo personas que conocemos ya tienen el virus. Pero también veremos cómo se van recuperando. Y llegará el día, ojalá no tan lejano, en el que dejaremos atrás el coronavirus y retomaremos nuestra vida normal. Todo esto, si cada uno de nosotros se compromete y sigue a la letra lo que nos dicen que hagamos.

En sus manos está permanecer sano y proteger a los demás, porque si se cuida y logra no contagiarse, estará cuidando a su familia, a sus compañeros, a sus vecinos. ¡Ánimo, que entre todos lo lograremos!