Me preguntaron una vez en cuál de todos los noticieros se puede confiar, en medio de tanta desinformación y manipulación, y respondí sin pensarlo: CM&.
El 14 de noviembre de 2024, cuando el telón iba cayendo para el noticiero, empecé a sentir algo así como angustia. Una sensación de desazón tremenda, que culminó en el mismo llanto que ese día debieron haber tenido muchos de los televidentes que, como yo, nos acostumbramos a la independencia, a la calidad, a la veracidad de un informativo que se hacía con verdadera pasión periodística.
Con la salida del aire de CM& La Noticia, el país pierde un gran faro de independencia y profesionalismo periodístico sin igual. Es la partida del campeón de campeones. Del que se la jugó por la verdad hasta el final.
Antes de que Caracol y RCN ‘aplastaran’ al Canal 1, cuando adquirieron sus frecuencias, CM& era de los noticieros más vistos. En 1997, por ejemplo, cuando existían casi una decena de informativos, tenía el primer lugar de sintonía, según la encuestadora Nielsen, por encima de TV Hoy, 24 Horas, el Noticiero Nacional, el Noticiero de las Siete y AM PM, entre otros.
Yamid Amat, el hombre sin igual que le cambió el rostro a la radio y que conquistó la televisión con su noticiero, se la jugó desde un comienzo con una propuesta de periodismo de calidad, con una alta exigencia, con independencia. A su lado aprendieron muchísimos, pero muchísimos periodistas que hoy son grandes figuras. Un verdadero maestro de maestros.
El informativo hizo historia, fue testigo de ella, nos la mostró, nos la explicó y nos cautivó por su independencia, como dije atrás, y por seguir los valores de la vieja guardia que hoy añoramos, la de la pasión por la profesión, por el servicio a la audiencia, por la entrega a esta sin sesgos.
“En este tiempo servimos con amor, con pasión, con honestidad y con complitud”, le dijo Amat a todo su equipo en el último consejo de redacción que hizo.
CM& tenía el único noticiero internacional de la televisión colombiana. Abría con un breve resumen de titulares nacionales y de inmediato entraba a contarnos y a explicarnos lo que está pasando en el mundo y sus consecuencias.
Cuando Claudia Palacios decía algo así como “entramos a nuestra segunda hora de información”, empezábamos a saber de la realidad colombiana, a veces muy cruda, a veces sin esperanza, a veces positiva, pero siempre con las voces de protagonistas reales que no eran puestos para manipular políticamente al televidente.
Y siempre sorprendía el bloque de ‘Pregunta Yamid’. Si ese día la noticia era económica, el maestro tenía al frente al protagonista del hecho, fuera de la corriente que fuera, como muestra de pluralismo y objetividad.
Gerardo Aristizábal, cuando reemplazó a Amat, mostró su profesionalismo, su conocimiento de la realidad del país, de los intríngulis de la política y de la economía, y lo hizo con lujo de detalles. Luisa Fernández Soto lo hizo también con sagacidad y buen manejo de los distintos temas. Y Germán Arango tenía el turno cuando la entrevista era deportiva. Un periodista de deportes al que no se le subieron los humos, un profesional que se entregó a su audiencia con un cautivante estilo, respetuoso, claro, sin soberbia alguna.
Me disculpan por favor tanto adjetivo, pero todos los buenos se le podrían aplicar a CM&. Y por tanto énfasis en la independencia, pero esa era una de sus principales características. Con su salida del aire, lo dijo certeramente Luisa Fernández, “pierde la democracia, el país, el periodismo colombiano”.
Esperemos ahora que se hagan realidad esas últimas palabras de Yamid Amat: «Es un paréntesis, un intermedio, porque volveremos pronto».
A todos los periodistas, presentadores, productores, equipo de producción que pasaron por CM& en estos 33 años, gracias, inmensas, pero ¡inmensas gracias!
Lea también:
Colombia ya perdió una isla por el cambio climático
Carta abierta a Zuckerberg, sobre Facebook
¿Cómo preparar a nuestros hijos menores de 5 años para enfrentar la Inteligencia Artificial?
Entrevista a la Inteligencia Artificial (V): Se podrían perder 85 millones de empleos para 2025