Popularmente se ha pensado que el Tarot es adivinación. Incluso algunos sectores religiosos más extremistas lo consideran brujería, un tema del que hablé en otro de mis artículos y que, por supuesto, no tiene nada que ver con la verdadera esencia del Tarot. Sin embargo, para muchas personas interesadas en una lectura de Tarot, esta sigue siendo, por antonomasia, una herramienta de adivinación.
Los consultantes se acercan con el propósito de saber sobre su futuro. Y, como no hacerlo, si es la única función que desde hace muchísimos años se le da el Tarot. ¿Es que acaso hay algo más? ¿El Tarot sirve para otra cosa? La respuesta es sí. Ahora voy a explicártelo desde mi punto de vista y desde el de los maestros del Tarot que me han guiado.
El Tarot es sagrado, es una herramienta de autoconocimiento poderosísima, es un camino de autorealización. Depende de ti usar bien o no esta herramienta. El Tarot se lee en el presente y, por eso, yo no vaticino el futuro. No soy adivina y no puedo determinar con total seguridad qué va a suceder en tu vida. Si lo hiciera, te estaría engañando. Claro que en una lectura se pueden ver posibles futuros, pero siempre dependerá de ti. El Tarot en el que yo creo es el que te hace tomar responsabilidad sobre tu vida, tus decisiones y tus relaciones. Es un Tarot para viajar más profundo dentro de tu inconsciente. Es un Tarot que te pone a trabajar, que se aleja del facilismo y la charlatanería.
Ahora te voy a dar mis cinco razones para no enfocar una lectura de Tarot únicamente en el futuro:
1. Cuando nos leen el futuro quedamos con un montón de información. Una parte de esa información nos emocionará y otra, tal vez, nos preocupará. Lo cierto es que, sea cual sea el caso, no tendremos que hacer nada por nosotros mismos. Porque, si ya sabemos todo lo que va a pasar y lo que nos depara el destino, poco importa lo que haga o deje de hacer. ¿O me equivoco?
2. Nos ponemos en una posición muy facilista en la que le pedimos el tarotista que nos diga, que nos hable, que nos confirme cosas. Estamos pasivos, en silencio, probando qué tanto sabe o puede ver el tarotista de nosotros y recibiendo información que nuestro inconsciente capta rápidamente y que podemos convertir en realidad. No nos atrevemos a preguntar en qué estamos fallando, por qué se repiten ciertas situaciones, qué debemos aprender, cuál es la lección detrás de lo que está sucediendo.
3. Cada vez que te leen el Tarot tu inconsciente se abre totalmente, por eso es tan peligroso dictaminar futuros rígidos y establecidos. Lo que el tarotista te diga tu mente lo recibe, lo cree y lo atrae. Lo que estás haciendo ahí es darle todo tu poder al tarotista a quien, por supuesto, le creerás de ahora en adelante todo lo que te diga.
4.En este tipo de consultas, en el que el único interés es adivinatorio, las preguntas tienden a ser cerradas. Me va a salir la visa o no, me van a despedir del trabajo o no, le gusto a María o no. Creo que en el Tarot no hay absolutos. Si te dijo sí o no, qué cambia, cómo crece tu consciencia con un sí o con un no. Por qué no atreverse a preguntar por qué me da miedo cambiar de trabajo, por qué no he podido tener pareja, para qué estoy viviendo una crisis económica, por qué atraigo siempre hombres infieles, etc. Queremos preguntas y respuestas fáciles que no nos comprometan con nuestro propio proceso.
5.Es más importante enfocarse en lo que te está sucediendo ahora que en lo que te va a suceder. Es desde el presente que sanas tu pasado y que puedes cambiar las lecciones que te depara tu futuro.
Foto: Álvaro Delgado. www.alvarodelgado.com
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