Siempre he amado la Navidad. Sin embargo, diciembre se ha convertido en una de las épocas más difíciles y agitadas del año. El tráfico colapsa, andamos de afán con decenas de compromisos y la urgencia de comprar regalos para los seres queridos. El ritmo llega a ser tan desenfrenado que con facilidad nos olvidamos del verdadero propósito de esta celebración. La Navidad es la fiesta de la gratitud. Es el momento de recordar nuestra estrella interior y afianzar nuestro compromiso con la luz.

En las últimas semanas he venido pidiendo más tiempo para mí, para conectarme con lo verdaderamente importante. Y como creo que la solución no es aislarse del mundo, dejar de reunirse con amigos y familiares, y renunciar a los regalos, pensé en tres propuestas que tal vez puedan servirnos para vivir esta celebración con amor y conciencia.

  1. Conectémonos con la gratitud. Es un tiempo para agradecer infinitamente lo que somos, lo que tenemos, lo que nos pasó y lo que aprendimos. En vez de pelear agradece estar en familia, ver a tus amigos, tener la bendición de dar y recibir. Agradecer eleva nuestra vibración y nos conecta con el amor. Regalar, desde la conciencia del amor y la gratitud, es una bendición.
  2. Trata de aceptar el acelere de diciembre y encuentra paz interior en el aparente caos. Date unos minutos todos los días para meditar, hacer silencio y recordar quién eres. Cuando sientas que las situaciones te agobian respira y lleva la atención a tu corazón. No permitas que las emociones y los pensamientos negativos te dominen. Aprende a dominar cualquier situación eligiendo sentirte en paz.
  3. Desecha cualquier idea de sacrificio. La Navidad es alegría y celebración, no exige ningún esfuerzo. No te sacrifiques comprando más de lo que puedes, ni aceptando compromisos por presión social. No te sacrifiques creyendo que eres víctima de las circunstancias ni peleando con el mundo. Ni creas que Dios te exige algún tipo de sacrificio. Disfruta y acepta.

De corazón deseo que estas fiestas te recuerden quién eres. Que la estrella, símbolo de la Navidad, resplandezca en tu interior.

Ritual de transmutación con el rayo violeta.

Los ritos nos ayudan a cerrar ciclos. Límpiate para recibir como es debido la bellísima energía de la Navidad y del año nuevo.

Valor: $30.000

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