“El camino de la sanación con Reiki es un arte único. El verdadero camino del sanador es restablecer la armonía y reconectar con el amor”.

Mikao Usui.

El Reiki es un arte de sanación muy antiguo basado en la transmisión de energía –también llamada prana, luz, Chi o Dios–  a través de símbolos específicos que se envían con las manos y, en el caso del Reiki Unitario, también con el sonido. Reiki significa energía universal de vida y es un sistema de realización por el poder del amor, una vía para conectarse con la Fuente. Su filosofía se basa en seis profundos principios que hoy comparto con ustedes.

  1. En el ahora, yo confío: todo ocurre según la voluntad divina. Cuando me preocupo dudo de Dios. Me abro a un proceso de sanación sin expectativas. Me abro a vivir mi vida sin imposiciones. Confiar es tener fe. Confiar es reconocer nuestra verdad divina.
  2. En el ahora, trabajo con honestidad: Si predico, aplico. Soy honesto conmigo y con los demás. Mi vida es el reflejo de lo que soy, creo y hago.
  3. En el ahora, acepto mis bendiciones: Escucho mi mente recta, la voz que habla por Dios dentro de mí. Acepto que soy digna y merecedora de lo mejor que hay en la vida. Cuando me abro a recibir puedo dar sin limitaciones.
  4. En el ahora, estoy en paz: Estar enojado es estar bajo el control del ego. La paz es una decisión.
  5. En el ahora, respeto toda la vida: empiezo por mí. Me amo y me respeto. Entiendo que el camino del amor es la única alternativa. No juzgo, no critico, comprendo que los demás, al ser un espejo, hacen parte de mí.
  6. En el ahora, no interfiero: (este principio lo agregó el Reiki Unitario) estoy al servicio de la voluntad divina y no interfiero teniendo un “plan de salvación” para los que me rodean.

 Cuando nos entregamos a vivir bajo estos principios y cuando nos abrimos a recibir los beneficios de la terapia Reiki podemos recordar cuál es el verdadero propósito que tenemos en la vida, disminuimos el estrés, fortalecemos la autoestima, producimos mayor alegría y vitalidad, experimentamos un estado de profunda relajación, paz y serenidad, liberamos inquietudes, depresiones, miedos y traumas profundos de esta u otras vidas que han generado adicción, dependencia y autodestrucción. Armonizamos y equilibramos los distintos centros energéticos o chakras, reprogramamos el ADN restaurando los patrones divinos que hay en cada ser y, lo más, importante, recordamos quiénes somos.

Aunque suene romántico o utópico, es el amor el que cura. El Reiki es  uno de los sistemas de sanación alternativa que más ha perdurado en el tiempo y al que cada vez más personas se acercan. Según Mikao Usui –padre del Reiki tradicional Usui– el Reiki nos enseña a volver a la Fuente. Tal vez eso es todo lo que necesitamos, lo único verdaderamente importante.

 

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