En Twitter: @viajaliviano
Dicen que hay 1 perro por cada 5 humanos en el mundo. Y más allá de la estadística, para muchos de nosotros, la relación con «el mejor amigo del hombre» llega a transcender a la amistad y las vacaciones se convierten en ese temido momento en el que se nos complican las cosas por la decisión sobre qué hacer con nuestras mascotas. Si bien a veces la alternativa es dejar a nuestros perros con alguien de confianza o enviarlos a un hotel canino, también es posible mantener unida a la «manada» y viajar con nuestros peludos.
En nuestro caso, tenemos a Mono. Es un perro de 8 años y 40 kg. Para nuestra fortuna siempre ha tenido muy buen carácter, es tranquilo y obediente, por lo que estamos tranquilos de que podemos llevarlo a todas partes sin que corramos el riesgo de que destroce el lugar o ladre incesantemente durante toda la noche. ¿Cómo hacer más sencilla la experiencia?
Elegir un destino que sea pet-friendly
Así como lo hacen quienes tienen niños, los que tenemos mascotas debemos escoger un destino en el que todos la podamos pasar bien. Claramente la opción no es ir a un parque de diversiones, a recorrer museos o a un hotel todo incluido. Lo ideal es enfocarse en opciones al aire libre, donde no haya restricciones para el ingreso del perro.
¿Cómo llegar?
Es necesario plantearse cómo llegar con nuestro perro. En el caso de viajes aéreos, la mayoría de las aerolíneas tienen una política de transporte de mascotas, algunas más flexibles que otras, lo importante será confirmar con anticipación los requisitos y costos para estar seguro de que todo salga bien. También será necesario preparar a nuestro perro: acostumbrarlo a guacal, solicitar al veterinario su concepto y tener presentes los requisitos de sanidad (en el caso de Colombia consultar con el ICA).
Si el viaje es por tierra y el perro viaja con nosotros es un poco más fácil ayudarlo a estar tranquilo e irlo controlando permanentemente para garantizar que esté cómodo, hidratado y hacer las paradas necesarias para que orine.
¿Dónde hospedarse?
Probablemente sea la parte más difícil, considerando que no muchos hoteles reciben mascotas o tienen limitaciones sobre el tamaño máximo permitido. Para encontrar un lugar apropiado, buscamos en TripAdvisor aplicando el filtro «se aceptan mascotas» y luego confirmamos directamente con el hotel los requisitos para admitir a nuestro perro. Otra buena alternativa es buscar apartamentos en Airbnb (igualmente usando el filtro de mascotas) en cualquier caso siempre haciéndonos responsables de mantener a nuestro perro dentro de las normas exigidas por el lugar.
Para que Mono se sienta más a gusto, le llevamos su cama, comedero y bebedero, e intentamos mantener su rutina cotidiana en cuanto a la hora de comer y de pasear.
Viajar con nuestra mascota es una experiencia que disfrutamos. Indudablemente tenemos que adaptarnos un poco, pero nos gusta explorar nuevos lugares con Mono y nos sentimos tranquilos de tenerlo siempre cerca. Para nosotros es un perro por cada dos humanos, alegrando nuestra vida y por supuesto nuestros viajes.
Te invitamos a leer nuestras entradas anteriores:
– Reinventando las agencias de viajes
Y a leer muchas crónicas más en viajaliviano.com