Para muchas personas, como nosotros, viajar es una pasión inagotable que ocupa gran parte de su tiempo y es que, como dicen por ahí, el viaje se vive 3 veces: al planearlo, al vivirlo y al recordarlo. Pero ¿cómo viajar al máximo cuando el dinero no es tan extenso como nuestra lista de lugares por descubrir?

 

1. Definir las prioridades

Aunque para la mayoría un viaje significa descanso, desconectarse del trabajo y pasar un par de semanas al año con la familia, pareja o amigos, entender cuál es nuestra prioridad al viajar es el primer paso para planear apropiadamente el presupuesto. Los objetivos pueden ser diversos: probar la comida local, conectarse con las personas, visitar los puntos turísticos de referencia, sumergirse en la cultura, aprender algo nuevo, explorar los lugares naturales, vivir experiencias de adrenalina… En fin, la lista puede ser tan variada como cada uno de nosotros. Al tener clara la prioridad podremos decidir en qué vamos a invertir el dinero y al final sentirnos satisfechos por la experiencia vivida.

 

2. Elegir el momento adecuado

En general uno de los factores que más incide sobre el costo del viaje será la temporada en la que lo hagamos. Los precios pueden subirse de una manera dramática en temporada alta así es que, si es posible, debemos elegir los meses del año en los que haya menor cantidad de turistas en el destino al que vayamos. Para esto es importante considerar no solo el calendario local, ya que especialmente en los viajes internacionales podemos encontrar que en el lugar de destino las temporadas no coinciden con las nuestras y llevarnos sorpresas. También es importante investigar sobre los sucesos locales, por ejemplo, el clima puede ser un problema (nadie quiere vivir el monzón en el sudeste asiático) o las fiestas religiosas (como el ramadán en los países musulmanes).

 

3. Hacer un presupuesto base

Tener un primer borrador de cuánto dinero nos vamos a gastar es un buen punto de partida para identificar dónde podemos ahorrar. Para esto es ideal indagar con otras personas que hayan visitado el lugar de destino, leer blogs de viajeros o visitar un sitio web como Budget your Trip en el que hay precios de referencia para los diferentes países del mundo según el tipo de viaje.

 

4. Comparar alternativas

Internet ha creado una nueva forma de planear los viajes ya que nos permite comparar las diferentes opciones de una manera muy sencilla. Para esto podemos usar los diferentes metabuscadores (algunos son Skyscanner, Trivago, Expedia, Booking) y después ir directamente a las páginas web de los hoteles, aerolíneas o servicios que estemos buscando, así podemos estar seguros de tomar el mejor precio. Algunos de los metabuscadores tienen ofertas por registrarse o al realizar cierta cantidad de reservas. Dado que no tenemos a un asesor en medio que nos recomiende, es importante leer las reseñas de otros viajeros para estar seguros de la calidad de lo que estamos comparando.

En este punto es donde se hace relevante tener claras las prioridades del viaje y el presupuesto base que hicimos anteriormente. Si nuestra prioridad es descansar, deberíamos elegir un hotel cómodo donde todo esté al alcance de la mano. Si en realidad lo que buscamos son nuevas aventuras, podríamos decidirnos por un alojamiento de bajo presupuesto para destinar la mayor cantidad de dinero a las diferentes actividades (en este post te contamos cómo elegir y qué esperar de un alojamiento económico). Y así cada quién puede establecer en dónde está dispuesto a hacer ajustes para destinar el dinero a lo que sea más importante dentro de su viaje.

 

5. Comprar local

Preferir proveedores locales suele ser una excelente forma de ahorrar cuando estamos de viaje y tiene muchas ventajas adicionales: nos permite consumir productos autóctonos, disminuye la contaminación ya que generalmente se evita el transporte de las mercancías, genera empleos directos a personas del lugar que visitamos y en general puede tratarse de una experiencia mucho más completa. Esto aplica al momento de elegir el alojamiento (un hotel de cadena internacional vs un hostal operado por una familia), contratar un tour (sumarse a otras 40 personas vs recorrer los mejores rincones con un taxista), comer (ir al restaurante de comida rápida que también tenemos en nuestra ciudad vs probar la comida autóctona) e inclusive comprar souvenirs (una bolsa de chocolates en el duty free vs artesanías únicas).

Es muy importante que estemos atentos a que los proveedores locales sigan buenas prácticas para nuestra salud y amigables con el medio ambiente, por ejemplo que observemos que sus técnicas de preparación de alimentos sean las correctas o que en los tour respeten a los animales. Para esto también podemos leer las reseñas de sitios web como TripAdvisor.

 

Otras formas de ahorrar

En cualquiera de los casos es muy útil ir llevando un control de los gastos para estar seguros de que nos mantenemos dentro del presupuesto e ir ajustando para convertir nuestro viaje en la experiencia que siempre querremos recordar.


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