Permítanme por favor, estimados lectores, empezar este post con una pregunta: ¿Han pensado al menos un minuto en cómo debe ser la situación de las miles de personas que estaban fuera del país y no han podido regresar a casa por el cierre de aeropuertos?
Desde que Lina y yo nos quedamos varados en Tailandia, cuando declararon la pandemia, no ha pasado un día en el que no agradezcamos nuestra situación mientras pienso en tantos casos que se ven por montones en las redes y los medios de comunicación. Han salido a la luz dramas de todos los pelajes, desde una chica enferma de cáncer en Rusia hasta una mujer abusada sexualmente por la policía de India, pasando por familias que quedaron separadas, personas que perdieron sus trabajos y empresas y otros tantos que han tenido que vivir de la caridad, durmiendo en carpas o en sillas de aeropuertos.
Y es que bajo ninguna circunstancia puede ser bueno quedarse varado al otro lado del mundo, viendo cómo los recursos se acaban, haciendo maromas, endeudándose hasta la última moneda y lidiando con la burocracia y la ineptitud de las autoridades colombianas a la espera de un vuelo de repatriación. Pero he de confesarles que Tailandia, y en especial Chiang Mai, la ciudad en la que llevamos tres meses encerrados, fue para nosotros el mejor lugar del mundo para vivir este momento histórico. Precios baratísimos en comida y alojamiento, clima cálido todo el tiempo, frutas y vegetales en abundancia y sobre todo gente buena y solidaria, siempre dispuestos a interactuar con una sonrisa y gestos de amabilidad
Anoche estuve revisando el canal de youtube de Renunciamos y Viajamos, el proyecto nómada digital con el que Lina y yo viajamos por el mundo desde hace seis años, y quise compartir con ustedes en ocho videos cómo fue la evolución de nuestra pandemia desde que llegamos a Tailandia hace ya cinco meses. Allí dejamos ver cómo pasamos de un viaje emocionante desde el día que llegamos por primera vez a Bangkok, provenientes de Camboya, a pedirle públicamente al presidente Iván Duque que cerrara los aeropuertos para evitar que el contagio se disparara en Colombia, así eso significara quedarnos varios meses sin poder regresar. También cómo era nuestro día a día hasta que fuimos desalojados del hotel dónde estábamos y nos tocó conseguir trabajo a cambio de hospedaje como voluntarios en un refugio de perros rescatados de convertirse en carne en los restaurantes de China y Vietnam.
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La próxima semana vamos subir un video diario contando historias del voluntariado con los 400 perros, cómo era viajar a dedo en Tailandia antes de la cuarentena y otros con consejos viajeros que seguramente te van a servir.
Sin más bla, bla, bla, a lo que vinimos.
Bangkok, así fueron nuestras primeras 24 horas en la capital de Tailandia
El día que grabamos este video cruzamos caminando la frontera entre Camboya y Tailandia con los rostros cubiertos con dos tapabocas rosados que nos dieron en la oficina de Migración camboyana. Andábamos aun con la idea de que el coronavirus era una gripita china con community manager, una exageración mediática que de ninguna manera iba a detener este viaje por el sudeste de Asia que iniciamos en diciembre luego de haber estado en Marruecos, España y Rusia. La aventura empezó rescatando el equipaje de una chica austriaca. La buscamos hasta que la encontramos y le entregamos su mochila intacta.
Presidente Duque, cierre los aeropuertos ya mismo
Habíamos recorrido ya la gran capital, algunas de las islas del sur y viajado a dedo una buena porción del país. Se declaró la pandemia y decidimos regresar a casa lo más pronto posible; pero nos cancelaron los vuelos que teníamos programados y comprar tiquetes de un día para otro era un suicidio financiero. Nos movimos hacia Chiang Mai, la ciudad más al norte del país, en la frontera con Myanmar, y nos encerramos en la habitación de un hotel. Desde allí lanzamos este pedido público al presidente Iván Duque, así supiéramos que lo nuestro se iba a tardar más de lo esperado. Ya vamos en tres mes.
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Coronavirus lejos de casa: viajeros varados por el mundo
Luego de varios días de encierro, lanzamos este llamado de auxilio a las autoridades para que atendieran los casos de los varados. Además, les pedíamos a los viajeros que pararan de moverse para evitar nuevos contagios en los lugares donde se encontraran.
Tailandia: Salimos a hacer mercado en plena pandemia
Dejábamos las cuatro paredes de nuestro encierro autoimpuesto únicamente para salir en busca de provisiones: agua, comida y lavandería. En una de esas salidas, aprovechamos para mostrarles cómo es un mercado tailandés en época de pandemia. Frutas, colores y gente increíble fue lo que encontramos. Ah, y aprovechamos para dar un abrebocas de lo que sería uno de los siguientes videos: los impresionantes templos budistas de Chiang Mai.
Probando Durian, la fruta que huele a alcantarilla
Otro día de mercado nos atrevimos a probar una fruta a la que le hicimos el quite durante todo el viaje por Asia: El Durian, un fruto hediondo con olor a cloaca que aquí les fascina. Nuestra reacción es para matarse de la risa, casi nos vomitamos en plena calle.
Así es nuestra cuarentena en Tailandia
Dos meses y medio dentro de cuatro paredes nos estaban enloqueciendo, pero hacíamos de tripas corazón para conservar la cordura. Empezamos a ejercitarnos con aplicaciones, teníamos un lugar donde cocinar y una lavandería pública que siempre era un buen motivo para salir de la habitación. Bitácora de un encierro que parecía eterno.
Salimos de la cuarentena a explorar templos budistas
Tailandia empezó a aflojar sus medidas de protección y aprovechamos para salir a recorrer lo impresionantes templos budistas de Chang Mai. La pandemia nos dio un regalo: encontramos estos templos milenarios completamente vacíos y en ocasiones pudimos hacer parte de los rituales de los monjes budistas que se portaron amables y atentos con nosotros por ser los únicos extranjeros que se veían en varios kilómetros a la redonda. Las imágenes de este video son impresionantes.
Adiós cuarentena, conocimos el voluntariado cuidando perros en Tailandia
Fuimos desalojados del último hotel donde estuvimos durante el último mes y medio y nos vimos obligados a buscar alternativas para poder sobrevivir. Buscamos en plataformas de voluntariados y fuimos aceptados en un refugio que alberga a más de 400 perros rescatados de ser convertidos en carne en China y Vietnam. El trato es que ellos nos dan hospedaje y nosotros optimizamos sus canales de comunicación para mejorar los procesos de adopción y donación. Ah, y consentir perros también es parte fundamental de nuestro trabajo. En este video les mostramos cómo fue nuestro primer encuentro con los 400 perros.
Si llegaste hasta aquí y no te has suscrito a nuestro canal, te recomiendo que lo hagas ya mismo para que no te pierdas el reto de 7 videos en 7 días que iniciaremos la próxima semana. En los videos que se vienen contaremos cómo evoluciona la situación del virus aquí en Tailandia y la historia de estos dos viajeros colombianos haciendo lo humanamente posible para sobrevivir al otro lado del mundo en medio de la pandemia.
Como viste, esta crisis fue un proceso que nos subió a bordo de una montaña rusa de emociones en medio de este viaje. La paciencia y el amor han sido fundamentales para que ahora estemos viendo la luz luego de un largo túnel de oscuridad. Aunque aún no sabemos cuándo vamos a regresar a casa, seguimos afrontando este momento histórico de nuestras vidas con optimismo y tratando de aprender lo más que podemos, tanto de nosotros mismos como del lugar donde nos encontramos.
Y a ti que me lees, te mando un mensaje de ánimo y fuerza. No importa cuán larga y oscura sea la noche, al final siempre sale el sol.