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Si pensáramos en una de las tecnologías que está transformando los negocios actualmente, sin duda, nos referiríamos a la inteligencia artificial (IA). Piense por un momento como ha cambiado su vida en los últimos años. Seguramente ya no tiene la necesidad de llamar a su doctor de preferencia para obtener una cita médica, o quedarse pegado el teléfono durante una hora para solicitar un extracto bancario de sus últimas compras.
Ahora las máquinas han aprendido a automatizar los procesos y comunicarse con las personas en un lenguaje humano, haciendo más rápidas y eficientes las tareas. Este y otros casos de aprendizaje automático que han ido tomando fuerza en el mundo de los negocios han sido un factor determinante en la retención de talento pues, si bien 85 millones de puestos pueden verse desplazados por un cambio en la división del trabajo entre humanos y las máquinas para 2025, otros 97 millones de nuevas funciones pueden surgir durante el mismo período, según el Foro Económico Mundial.
La inteligencia artificial ha traído grandes beneficios para las compañías proveyendo mayor eficiencia y productividad para las operaciones y siendo una nueva herramienta inseparable, no solo para los equipos de TI, sino para todas las áreas de trabajo. Es por eso que, en la actualidad, aquellas empresas que logren retener talentos que puedan trabajar de la mano de la IA y las tecnologías de aprendizaje serán las que se destaquen en el mercado. Y es que sus múltiples aplicaciones la han catapultado como una de las prioridades empresariales de nuestros días. De hecho, se estima que, para el 2025, su mercado alcance los 1.400 millones de euros invertidos.
Lo anterior no es para menos pues está siendo una tecnología determinante para la automatización de procesos empresariales, el mejoramiento de la atención al cliente, la gestión de inventario y muchas otras actividades operativas, ahorrando tiempo y recursos. También ha sido clave para analizar datos avanzados que permitan tomar mejores decisiones de negocio y entender las preferencias de los clientes, y una herramienta fundamental para optimizar la cadena de suministro y de producción.
Pero al campo de juego también ha entrado otra tecnología que ha ido tomando fuerza en los negocios como un sinónimo de experiencia simulada o inmersiva. Se trata de la realidad virtual, con la cual donde los usuarios pueden interactuar con un entorno generado por computadores. Es más, en algunos casos se están utilizando dispositivos como cascos o gafas especiales para bloquear la percepción del mundo real y sumergir al usuario en un entorno virtual tridimensional.
En un contenido en este mismo blog ya había expresado que: ni siquiera deportes como el fútbol escapan a su influencia. Algunos equipos en Europa la están usando para que los jugadores mejoren sus habilidades técnicas con el balón, e inclusive, en la toma de decisiones dentro de la cancha en momentos de intensidad durante el juego frente a situaciones apremiantes.
Un famoso fabricante de vehículos de lujo británico ya ha comenzado a mejorar la experiencia de compra de los clientes desde la realidad virtual inmersiva. Ahora usted puede entrar a cualquier tienda, ponerse unos visores y decirle al vendedor cuál es la referencia de vehículo que le gustaría revisar a detalle. En instantes, podrá abrir la puerta e ingresar como si tuviera el carro frente a sus ojos, en tiempo real, y observar toda la carrocería en 360 grados, como también el interior del vehículo y cada una de sus características. No obstante, no solo se ha beneficiado el sector automotor, la realidad virtual ha tenido un impacto significativo en diversas áreas de los negocios como el entretenimiento, el turismo, la educación, el diseño, la arquitectura y la simulación.
Pero ¿estas herramientas pueden complementarse o trabajan de manera independiente en el mundo empresarial? Podríamos decir que ya son casi como hermanas. La combinación entre cada una de ellas está permitiendo desarrollar experiencias más interactivas, personalizadas y realistas para favorecer a las empresas y las forma en la que los consumidores interactúan.
Por ejemplo, la IA permite personalizar las experiencias de realidad virtual según las preferencias y necesidades de cada usuario; mediante el análisis de datos y el aprendizaje automático, se está logrando adaptar los entornos virtuales, las tareas y los desafíos en tiempo real, proporcionando una experiencia más relevante y personalizada. De igual forma, la IA puede crear paisajes, escenarios, objetos y eventos más rápidamente, lo que amplía y enriquece la oferta de realidad virtual sin la necesidad de que este proceso se haga de manera manual y exhaustiva. Así también está beneficiando a la industria gamer gracias a características más reales e inmersivas para los jugadores, como también una mayor diversidad de contenido.
Aunque la implementación para las pequeñas y medianas empresas puede ser, quizás, un golpe al bolsillo, los beneficios que están generando en materia de rentabilidad, ahorro y optimización de procesos son ideales para la eficiencia de las organizaciones. Aunque son diferentes, están trabajando de la mano para transformar a los negocios y abrir un amplio abanico de posibilidades para todas las industrias que están dándole paso al desarrollo tecnológico como una herramienta clave de su estructura organizacional.