Sebastián Chacón Marín 
Director Escuela de Negocios y Desarrollo Internacional  del Politécnico Grancolombiano

Toda operación económica posee como variable indispensable el tiempo. Atendiendo a esta premisa, debemos tener en cuenta cómo lo concebimos y en qué lo gastamos o invertimos.

Puede pensarse que el tiempo “bien utilizado” es el que se destina para la producción, pero no necesariamente es cierto; el tiempo destinado para compartir en familia, el ocio y la recreación cobran cada vez más relevancia en la actualidad, como camino importante para el bienestar.

Tres breves planteamientos sobre la relación entre el tiempo y la economía:

  1. Hace más de un siglo las personas que tenían más tiempo para el ocio eran los dueños de la tierra y del capital, sus ocupaciones daban cuenta de los negocios, las relaciones sociales, el estudiar, el compartir en familia y, muy importante, la recreación. Mientras que los obreros debían incurrir en largas jornadas de trabajo haciendo que el tiempo para el ocio o compartir en familia fuera escaso.

En la actualidad la concepción del uso del tiempo en las clases sociales ha cambiado. Los dueños de la tierra, altos ejecutivos y empresarios, se precian de estar ocupados trabajando la mayor parte del tiempo, por lo que el ocio y el descanso cada vez tienen menor participación en sus vidas. Mientras que las clases menos favorecidas, gracias a reglamentaciones en pro de los derechos de los trabajadores, han visto reducida su jornada laboral, con el objeto de aprovechar más el tiempo en familia. Pero las estadísticas indican que, verdaderamente, ese tiempo es utilizado en las labores del hogar que no son reconocidas salarialmente como lavar, cocinar,etc.,  actividades realizadas principalmente por mujeres (Encuesta Nacional de Uso del Tiempo – DANE).

  1. Cuando se adquiere algún bien o servicio no estamos pagando con dinero, realmente pagamos con el tiempo que gastamos o invertimos en la obtención de ese dinero. Por ejemplo, cuando compramos el celular de moda por valor de tres millones de pesos, para algunos será el salario de una semana de trabajo, para otros el del mes, para otros será el de varios meses. Cada vez que compremos o planeemos adquirir un bien o servicio, pensemos cuanto tiempo laboral debemos sacrificar para obtener esa suma dinero, esto nos podrá ayudar a tomar decisiones financieras más sensatas.
  1. Cuando se habla del tiempo y la economía, es importante también referirse al “costo de oportunidad” el cual indica el costo de ocupar más tiempo en actividades productivas dejando al lado la familia y el ocio, o al revés el tiempo que comparto en familia y en el ocio en vez de ser utilizado en alguna actividad productiva o laboral que se traduzca en dinero. Un ejemplo son las personas que decidieron, por costos, vivir en las afueras de las grandes ciudades, pero deben gastar tres o cuatro horas al día transportándose para asistir a su lugar de trabajo, tiempo que puede ser utilizado en el cuidado de la familia, ocio o actividades de producción.

 

La relación del tiempo y la economía descrita en este artículo invita a reflexionar sobre nuestras actividades diarias, trabajo, ocio, familia y calidad de vida. Revisemos: ¿gastamos o invertimos nuestro tiempo?

 

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