En Colombia, la industria de la moda está basando sus procesos creativos en alianzas multidisciplinarias que unen sus conocimientos y talentos con el fin de diseñar ropa y accesorios novedosos, esto gracias a la exploración que se hace de diferentes poblaciones en la sociedad.
Profesionales que vieron una oportunidad de negocio en las casi 3’500.000 personas con discapacidad del país, es decir, en el 7,2% de la población según el último censo realizado en el 2018 por el Dane, se convierte en un sector altamente aprovechable para el campo de la moda.
Wilmer Báez, diseñador gráfico, junto a Carlos Martínez, experto en mercadeo y administración, fundaron hace casi 10 años Bastón Blanco. Según Martínez, gerente de la microempresa, la idea surgió en la búsqueda de “todo tipo de inclusión para personas ciegas, con baja visión, sordos y con discapacidad física”. Ellos empezaron a diseñar ropa y accesorios que se ajustan a la necesidad o a lo que busca comunicar cada persona: estampados con lengua de señas, camisas en alto relieve y en diferentes materiales, manillas con braille, entre otros.
Moda a ciegas
En cuanto a las personas con discapacidad visual, aunque ellas no ven, sí le dan gran relevancia a los colores y al diseño de la ropa (independientemente de si nació con la discapacidad o la adquirió a lo largo de su vida). “Yo puedo tener veinte blusas, veinte pantalones, pero yo sé cuál es cuál. Puede ser cualquier bordecito, cualquier estampado”, afirma Esley Ospina, deportista ciega. Precisamente, para que una persona invidente identifique la ropa, no solamente lo puede saber por medio de la textura o preguntándole a alguien, sino que también con el apoyo de algunas aplicaciones que indican los colores.
“Verse bien es sentirse bien. Que aunque no veas, no tienes que verte mal, ni estar menos que las demás personas”, señala Esley Ospina.
Yeraldín Tovar, estudiante con discapacidad visual, destaca la importancia de “combinar la ropa y estar actualizada con la moda del momento”. Igualmente, resalta aspectos como el cuidado de las uñas, el peinarse bien o el maquillarse: acciones que pueden realizar de forma autónoma aplicando distintas técnicas que han adaptado.
Una meta accesible
Aunque en los últimos años se ha mejorado mucho entorno a la accesibilidad y la moda, aún faltan aspectos por cambiar. Diversos elementos que se idealizan en búsqueda de un futuro mejor.
Mariana Moreano, estudiante de ingeniería agronómica y usuaria de silla de ruedas, afirma: “hacen falta más diseños accesibles para quienes tienen movilidad reducida”. Por ejemplo, prendas que sean más fáciles de poner. En cuanto a las tiendas de ropa, indica que aún hay mucho por mejorar: “Siempre voy acompañada a comprar ropa porque nunca he visto un probador accesible, de esos que son un poco más grandes y tienen barras de apoyo antideslizantes”, relata la estudiante.
Rompiendo estereotipos para la discapacidad
En el proceso de adaptar los espacios, los diseños y la ropa es fundamental acabar los estereotipos. Según Laura Agudelo, ‘la pesada de moda’, lo que la sociedad tiene que hacer es “resetearse la cabeza”. “Si se sigue pensando que en la belleza —que en lo estético— hay un estándar, pues nunca se va a salir de ahí”, afirma.
Ella lleva 15 años trabajando en moda para personas de talla grande y hace nueve años tiene un blog llamado La pesada de moda. En dichos espacios busca visibilizar la diversidad, dado que, según ella, “lindos y lindas hay en todas las tallas, colores, estaturas y pesos”.
La discapacidad con estilo no es un tema aislado a lo social. Los diferentes procesos de la humanidad están avanzando en el campo de la inclusión y la diversidad. Las personas con discapacidad hoy no se quedan en casa y, por el contrario, están siendo parte activa de los diferentes sectores económicos, sociales y políticos, esto exige la moda, el estilo, la presentación personal y un camino abierto a la inclusión a todo nivel.