Por Nicolás Castillo, graduado de Comunicación social – Periodismo del Politécnico Grancolombiano. Radialista apasionado por la música; actualmente productor cultural en Radiónica y ejerciendo la dirección de comunicaciones. Soy #Diferencer Poli.

Han pasado 19 años desde el lanzamiento del primer trabajo discográfico de Gorillaz, agrupación formada por Damon Albarn (artista musical) y Jamie Hewlett (artista visual), trabajo que ve la luz a finales de los noventa.

La acción creativa de esta producción rompió los parámetros de realización musical, al compartir una casa en Westbourne Grove (Londres) y estar viendo MTV, Albarn y Hewlett sintieron que hacía falta algo y de ahí emerge la idea de una agrupación con caricaturas. De allí sale una particularidad y es la presentación de Gorillaz como una banda virtual, la cual nos muestra cuatro integrantes animados con características diferentes, 2-D como el cantante, Noodle en las guitarras, Murdoc a cargo del bajo y en la batería Russel.

Los videos musicales de este disco se hicieron famosos rápidamente, llegando a canales de televisión de todo el mundo. El impacto se generó en grandes y chicos; incluso, cuando algunos de sus contenidos eran para mayores de edad.

Aunque en la industria musical ya existían precedentes de las caricaturas o animaciones en bandas como: A ha, The Beatles y Pearl Jam, entre otros; Gorillaz impulsa la creación de un nuevo concepto que consistía en que los mismos dibujos animados que salían en sus videos fueran los encargados de dar el espectáculo en sus conciertos.

Para las presentaciones de Gorillaz se usaban pantallas gigantes para mostrar a los cuatro integrantes como si estuviesen allí, cantando, tocando los instrumentos, viendo al público, sintiendo ese momento. Esto hacía que el montaje y el proceso de preproducción de un concierto requiriera más dedicación, animaciones sincronizadas con la banda que en realidad tocaba y que el espectáculo demostrase realidad.

Todo este conjunto de ideas se sumaba a la gran experimentación sonora de Albarn con el uso de sintetizadores, la melódica y la mezcla de varios géneros en una misma canción; rap, rock, reggae y de más. Trabajo con el que lograron que fuese rápidamente un álbum de éxito comercial, abriendo las puertas a un proyecto con muchos años de vida.

Superaron las expectativas de la idea inicial y aunque se hicieron famosas canciones como ‘Clint Eastwood o 19 – 2000’, hubo una colaboración que algunos pudimos pasar desapercibida y que hoy es una joya; ‘Latin Simone’.

Durante la grabación de este primer álbum, Damon Albarn tenía en mente una canción que mezclara ópera, allí crea la letra de ‘Latin Simone’; en ese momento recibe una llamada de su productor Ry Cooder quien le propone que cante Ibrahim Ferrer, cantante que hizo parte de Buena Vista Social Club, agrupación de músicos cubanos con importantes temas como Chan Chan, El Cuarto de Tula y Dos gardenias.

Ferrer viajó a Estados Unidos, donde se estaba grabando el álbum, recibió la letra de la canción, la modificó para su versión final y logra darle ese toque de son cubano. Un año más tarde, sale a la venta un compilado de remixes y grabaciones que no se publicaron en el Gorillaz, allí se conoce ‘Latin Simone’ con la voz de Albarn

Ibrahim Ferrer nunca cantó en vivo con Gorillaz, pero en el documental Bananaz de 2008 se conoce el proceso de grabación de este tema, también fragmentos de las animaciones de la banda a cargo de Jamie Hewlett

El álbum Gorillaz de Gorillaz, sin duda, fue un gran inicio de un proyecto que hoy en el 2020 sigue ofreciendo producciones a la escena musical, mantiene sus integrantes virtuales y dan shows de alta talla: Gorillaz visitó Colombia por primera y única vez, hasta el momento, en el 2018, haciendo parte del cartel del Festival Estéreo Picnic, aunque ha cambiado su concepto en las presentaciones, dieron uno de sus mejores shows en la historia del festival; hicieron un recorrido por los mejores éxitos de su discografía, tocaron junto a invitados de la talla de Kali Uchis y De la Soul y lograron convertir la lluvia en una parte de su presentación.

Gorrillaz es ejemplo de innovación, en donde se respeta la producción musical de alta calidad que se refleja en la acogida que tiene en el público, es ejemplo de la integración de la tecnología y el aprovechamiento de las oportunidades audiovisuales para generar historias desde lo musical y lo visual.