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Por Cristhian González Beltrán, graduado de Comunicación social – Periodismo del Politécnico Grancolombiano. Periodista especializado en deporte, miembro del equipo fundador de POLIDEPORTES, emprendedor e inmerso en el mundo de la comunicación digital. Cofundador de la empresa BRIME CONNECTION potencializadores de ideas. Soy #Diferencer Poli.

Cristhian Gonzalez Beltran

Hoy en día los jóvenes queremos tener nuevas experiencias, cumplir nuevos retos y establecer relaciones con nuevas culturas.

Eso fue lo que hace dos años me impulsó a tomar la decisión de salir a conocer, de cambiar de país para poder ampliar mi conocimiento, pero, también, de tener nuevas vivencias con otras culturas, personas y lugares.

Así es como un colombiano tomó la decisión de venir a España. En dos años ocurren demasiadas cosas, unas buenas y otras no tan buenas, pero al fin y al cabo era una de las metas conocer y tener nuevas experiencias.

Llegué a España y me inauguré de manera graciosa, me dijeron que íbamos a salir temprano al día siguiente de mí arribo, como buen colombiano, cuando se trata de paseo, me levanté tipo seis de la mañana, gran error, porque para los españoles temprano es muy a las nueve de la mañana. Lo que hizo que desde el primer día ya estuviera aprendiendo algo, lo único que pensé en ese momento fue que hubiese podido dormir un poco más.

Acá uno se da cuenta de la poca cultura ciudadana con la que contamos en Colombia, algo muy sencillo y que se cuenta en Latinoamérica como una anécdota, fue mi segunda experiencia, que para mí fue muy impactante.

Ese primer día fuimos alquilar un coche, acá en España se le dice coche y no carro, luego de tenerlo alquilado me dispuse a manejarlo, hasta ahí todo iba bien, pero de repente mi copiloto, que era un familiar de mi novia, me dijo que debía frenar en cada paso de cebra. Yo pensé que lo tenía controlado, lo que no fue así y por poco estrello a un señor en el primer día.

Con el paso del tiempo y de los kilómetros fui aprendiendo y logré meterme en la cabeza que la prioridad la tienen los peatones en la vía; evidentemente, es lo lógico y el derecho de las cosas, pero sabemos que en Colombia esa lógica no funciona.

Luego viene el asunto de las comidas, esto ya lo había escuchado, pero es diferente vivirlo en carne propia, entrar a una cafetería muy de mañana y pedir a la hora del desayuno un tinto, que más esperaban del que viene del país cafetero, un buen tinto para el desayuno, el problema es cuando te hacen la mala cara y ahí recuerdas las historias y resuena en la memoria que acá se debe pedir un café, lo otro corresponde a un vino tinto.

Hay que tener cuidado con lo que pides y con lo que hablas. Al igual que se debe quitar la manía de decir: “me regala…”, ya que al encontrar un español con carácter te puede decir que no regala nada y te “echa la madre”.

Pero no todo es malo y está sujeto a una advertencia, el cambio cultural y la adaptación trae cosas satisfactorias, si tienes pensado viajar a Europa, principalmente a España, lo mejor de ir a las cafeterías es que al pedir algo puedes recibir otra cosa de más, porque tu pides un café, un refresco (gaseosa) o una cerveza y, automáticamente, te traen algo para comer, tu piensas que eso te lo van a cobrar y no sabrás como decir que no, pero a la hora de pagar te das cuenta que no es así, que aquí regalan un acompañamiento para picar mientras estás hablando o tomando con alguien.

Para muchos el vivir en España es muy bueno, y vas a ver y sí, pero también tiene su costo. Por ejemplo, en Madrid es mucho más costoso un arriendo que en Bogotá, la comparación puede parecer desproporcionada porque algo que es evidente es que el contraste se hace entre un país desarrollado y uno subdesarrollado, porque sí, Colombia es un país subdesarrollado, pero la diferencia no radica en eso.

La diferencia es la calidad de vida que se puede llegar a tener, hay mayor seguridad y tranquilidad al estar caminando en las calles, también tienen un orden mayor en las ciudades con un buen sistema de transporte, un sistema de salud gratuito, educación gratuita para residentes o estudiantes con buena calificación y encuentras comida económica, entre otros beneficios.

Otro error que se comete al estar en otro lugar, no como turista sino ya como estudiante o como residente, es estar convirtiendo los precios o los valores a nuestra moneda, todo se te va a hacer mucho más costoso, pero ya al residir y poder trabajar mientras estudias ya se debe pensar que ganas en euros y gastas en euros y ahí, al hacer la equivalencia, no la conversión, puede resultar más económico.

Acá me encuentro, dos años después, tratando de explicar brevemente las vivencias por las que he pasado y lo que deberían tener en cuenta si desean levantar el vuelo para tener nuevas experiencias y salir a estudiar a otro lugar o residir en otro país.

La diferencia en el estudio

Al estudiar fuera de Colombia, conocerás nuevas maneras de aprender y nuevas culturas. Por ejemplo, la primera vez que comencé a estudiar en España fue en Vigo, ciudad costera de Galicia. Allí aprendí que el modelo educativo de acá era más pensando en lo teórico que en la práctica.

Eran muy pocos los ejemplos reales que nos daban y nos hacían realizar las prácticas durante la universidad. Sin embargo, no es el caso de la universidad en la que estudié. Allí estábamos en clase, pero también teníamos ejemplos y prácticas.

Por ejemplo, en mi carrera la primera vez que tuve clase de radio, de una vez fue frente a un micrófono, mientras que en España te explican primero todo en un salón de clase y las prácticas las tendrás que realizar al final de la carrera.

Por eso, piensa bien en qué modelo educativo deberías centrarte y si te gusta más la teoría o la práctica en tu carrera universitaria, lo mejor sería un equilibrio entre las dos. Dependiendo de eso podrás escoger el modelo educativo de Colombia o el europeo.

Para mí ha sido mucho más útil la formación que recibí en Colombia, es la que me ha servido para trabajar y la que mejor se adapta a mi manera de aprender; es decir, me ha sido más valioso, pero eso sí, las experiencias y el intercambio cultural es incomparable y no se cambia por nada.

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