Ximena Stephani Ramos Arana, Magíster en Administración Financiera, programa de Finanzas del Politécnico Grancolombiano.

Desde el inicio de la pandemia la industria automotriz se ha enfrentado a diferentes retos. Según cifras de Andemos, en Colombia la industria registró una caída del 37.7 % durante el primer semestre de 2020 y durante el segundo semestre se registró una lenta recuperación que permite prever un panorama más alentador para el año 2021.

Esta reactivación se enfrenta a retos que no son de fácil manejo. A nivel macro, el alto nivel de desempleo que tiene el país tiene un efecto directo en el consumo de los colombianos y por consiguiente en la demanda de vehículos. La incertidumbre económica y política que estamos viviendo desincentiva el gasto en los hogares, en especial el gasto en los bienes no considerados de primera necesidad.

Sumado a esto hay efectos colaterales de la pandemia que afectan a la industria en la comercialización de vehículos debido a la disponibilidad de auto partes y repuestos, generados por el paro de las plantas de producción en los países ensambladores por la covid-19. También es importante mencionar que desde el segundo trimestre del año 2020 a la fecha se ha presentado un incremento en el consumo de productos electrónicos, que afecta la disponibilidad de los microchip. Hoy en día no se cuenta con la cantidad necesaria para poder abastecer de forma eficiente los sectores que lo requieren, entre estos el automotriz, incluso la situación se ha visto exacerbada por diferentes acontecimientos climáticos en los diferentes países de los proveedores de este insumo como la sequía que enfrenta Taiwán o las tormentas de nieve de Texas, esto agudizará la poca disponibilidad de diferentes líneas de producción por lo menos hasta el tercer trimestre del año.

Los hábitos de compra también han cambiado, los negocios han pasado de la presencialidad a la virtualidad y esta transición demanda una inversión importante de recursos financieros que permitan un esquema de servicio 24/7, administración eficiente de datos, y la potencialización de los canales donde las empresas del sector tienen visibilidad.

También existe una exigencia latente para que la reactivación del sector sea acompañada no solo de una sostenibilidad económica sino de una sostenibilidad ambiental. Se puede identificar la eco movilidad como una tendencia que va en aumento en la cual la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero es fundamental al pensar en la industria automotriz del futuro. En este campo se destacan avances como la utilización de materiales más livianos, mejor uso de los combustibles, motores cada vez más compactos que mejoran la eficiencia en el consumo, la fabricación y comercialización de vehículos híbridos y eléctricos a precios cada vez más accesibles. Sin embargo, en este campo todavía queda un largo camino por recorrer, a pesar de que ya existen marcas que cuentan con un portafolio híbrido o eléctrico estas líneas tienen un porcentaje de participación muy bajo con respecto a las líneas tradicionales.

A pesar de lo anterior, el panorama es prometedor, según cifras de FENALCO, en los primeros cuatro meses del año 2021 se matricularon 3.648 vehículos eléctricos e híbridos, presentando un importante crecimiento con respecto a años anteriores. En este sentido, políticas de movilidad como la excepción del pico y placa y opciones de financiación más flexibles para esta gama de vehículos ayudarán a su crecimiento en los próximos años.

Ante los retos que ha enfrentado la industria automotriz se destaca la resiliencia y capacidad de innovación para generar estrategias que le permitan su recuperación gradual. Desde el inicio de la pandemia a la fecha han logrado diseñar procesos de atención al usuario que permiten estar conectados con los requerimientos del cliente para producir vehículos a su medida, atendiendo a los detalles puntuales e identificando opciones de mejora para lograr productos que mejoren la experiencia y permitan un modelo de conducción mucho más eficiente. Los vehículos tipo SUV, que en la actualidad marcan la pauta en el mercado automotriz, son ejemplo de cómo se han logrado mejores diseños, más eficiencia y mejores experiencias para conectar con el cliente de una manera especial.

En cuanto a la virtualización de los servicios cabe destacar las salas de exhibición 360 diseñadas para tener la experiencia de recorrer una vitrina con las diferentes líneas de vehículos de manera virtual, que de la mano del comercio electrónico han permitido un mayor acceso a clientes de cualquier región de Colombia, con lo cual se ha generado un cambio positivo en los procesos de comercialización.

Se espera que la industria automotriz mantenga la senda de recuperación en los próximos años, lo cual será benéfico para el país, debido a que impulsa el empleo, jalona el desempeño de los sectores que complementan su cadena de valor e incrementa el recaudo tributario. Sin embargo, es importante que las condiciones económicas, políticas y de salubridad del país mejoren de cara a consolidar el crecimiento del sector.