El BID, la OCDE, el FEM, y la OMS coinciden en la importancia de potenciar habilidades transversales o blandas, que implica aunar esfuerzos de diferentes actores, entre ellos familia, academia y empresas, con el fin de crear espacios de aprendizaje para formarlas, desarrollarlas y potenciarlas, de tal forma que contribuya a formar personas integrales.

Una de las habilidades blandas más requeridas en este momento es el liderazgo, con un enfoque personal, organizacional y social. Un líder o lideresa integro o integra, transformacional, 360, consiente de su realidad, con oportunidades de mejora en habilidades conceptuales, técnicas o sociales que le permitan desempeñarse de forma eficiente y eficaz en cualquier rol del ecosistema. En resumen, se requiere seres humanos que inspiren a otros con sus acciones, que convoquen y gestionen el cambio.

Sin duda, esta pandemia marcará un hito. 2020 será recordado como uno de los años más desafiantes de la historia, donde nos enfrentó a esta nueva realidad, a adaptarnos a los cambios y lo más importante, a ser parte del cambio. Estas son las enseñanzas que como sociedad, organizaciones y personas tuvimos que enfrentar.

Las transformaciones están dejando aprendizajes y exigen de las personas un enfoque orientado hacia lo humano. También convirtieron las industrias 4.0 en un aliado de cara al futuro, enfocado en las necesidades del mercado laboral, como respuesta a las nuevas dinámicas organizacionales y sociales.

Es importante que las empresas desarrollen estrategias que aborden problemas sociales, de tal forma que contribuyan a mejorar la productividad y el rendimiento. Las organizaciones que lo hagan, estarán a la vanguardia y tendrán la oportunidad de construir capital social y convertirse en voz líder de temas que se consideran claves en la actualidad. Lo que está en juego es nada menos que la reputación, las relaciones y, en última instancia, el éxito o el fracaso de una organización.

La época de pandemia dejó grandes enseñanzas en cuanto a conformar súper-equipos de alto rendimiento, conectados en red, que una a las personas con la tecnología y donde prevalezcan la confianza y la determinación. Dejó grandes retos para quienes asumen roles de liderazgo: pensar, actuar y reaccionar diferente, donde la transformación cognitiva, conductual y emocional los lleve a lograr resultados que impacten positivamente a sus grupos de interés. Seres humanos con capacidad de transformar sus entornos, donde la adaptación e innovación conlleve a nuevas formas de trabajar y operar en entornos turbulentos. Lo importante aquí no es sobrevivir sino prosperar, ser resiliente ante el constante cambio, desafiar el quehacer diario, salir de statu quo.

El líder organizacional que considere que la incertidumbre ofrece oportunidades en lugar de amenazas y tome medidas clave para afrontar un mundo desconocido, podrá lograr ventaja competitiva al consolidar su empresa y posicionarse en el mercado. Convertirse en un líder transformacional o 360 implica crear un futuro donde sus grupos de interés progresen, con un enfoque centrado en las personas como aliados estratégicos para enfrentar los desafíos que surjan y un cuestionamiento que es de gran ayuda para guiar la toma de decisiones estratégicas. Finalmente, el líder debe analizar las implicanciones éticas de sus acciones frente a sus grupos de interés.

De la misma forma, el líder organizacional afronta la crisis mediante la reinvención de la fuerza de trabajo y será quién porte la habilidad de capitalizar el potencial como de generar una experiencia significativa para el trabajador, creando cargos significativos que impulsen el valor organizacional, liderando con un alto grado de inteligencia emocional y empatía.

El estudio de Tendencias de Capital Humano del año 2020, elaborado por la firma Deloite, indicó que a medida que los trabajos se vuelvan más dinámicos, el panorama de las habilidades cambia drásticamente, presentando retos para definirlas. Es sorprendente que solo el 17% de los encuestados considerara que su organización podría anticipar en gran medida a las habilidades que necesitarán en tres años; por lo tanto, el líder debe diseñar una estrategia para desarrollar la resiliencia organizacional para la reinvención de los colaboradores y la adaptación a esta nueva realidad, con un futuro incierto.

¿Es posible llegar a ser un líder transformacional o un líder 360?

Del ecosistema laboral se espera que el Líder o lideresa ayude a las personas y organizaciones a construir la resiliencia mediante el desarrollo de habilidades transversales, que aprovechen la capacidad de aquellos con personalidad “exploradora” para invitarlos a pensar críticamente, a resolver problemas presentes y futuros de su comunidad u organización y demandar fortalecer el aprendizaje a través de la experiencia. De la misma forma, deben enfocar sus fuerzas en desarrollar habilidades y capacidades de los miembros del equipo de tal forma que respondan a las necesidades de su organización, de sus colaboradores, de sus clientes y de la comunidad en la que trabajan.

Las organizaciones están buscando líderes y lideresas agentes del cambio, que sean resilientes, que ayuden a enfrentar la incertidumbre con capacidad de exploración para hallar oportunidades en estos momentos de crisis. Un líder transformacional orientado al pensamiento estratégico, a entender el entorno, a ajustar la estructura organizacional, a generar productos o servicios acorde a las necesidades que estamos viviendo. Esta persona está convencida de liderar con el ejemplo, de inspirar e influir en otros para que las cosas sucedan; no busca ser el mejor líder o lideresa en el entorno que actúa, sino al servicio de su familia, de su comunidad, de su empresa u organización.

En 1978, James MacGregor Burns, describió por primera vez la Teoría del Liderazgo Transformacional.

Éste se centra en los seguidores (empleados), desarrollando sus capacidades y con ello, fomentando su autoestima. Por lo tanto, guía a sus seguidores y los inspira, estableciendo desafíos y una motivación basada en el desarrollo personal de quienes lo siguen.

En efecto, el líder transformacional conduce al logro de estándares de excelencia, individuales y colectivos, a través del establecimiento de una visión y una misión compartida. En la misma dirección, Jhon C. Maxwell (2006) en su libro “El Líder de 360 grados”, refiere que basta con que aprendan ciertos principios del liderazgo “hacia arriba, a través y hacia abajo, capaces de influir sobre la gente a cualquier nivel de la organización».

Retomando los dos planteamientos a escenarios actuales, un líder 360 es aquel que influye en sus grupos de interés, comenzando por sí mismo hasta transformar el entorno en el cual está inmerso. El E-book “7 estilos de liderazgo en tiempo de crisis (2021) muestra que históricamente existen casos de Lideres transformacionales como Mahatma Gandhi o Martin Luther King Jr., quienes lograron cambiar la realidad de todo un país. En el ámbito empresarial, se encuentra Elon Musk, director general de SpaceX, de Tesla Motors, presidente de SolarCity y copresidente de OpenAI.

Deloite (2021), en sus informes sobre Tendencias de Capital Humano, encontró que más de un cuarto de los líderes de negocios globales encuestados están utilizando juegos y simulaciones para atraer, evaluar y desarrollar líderes potenciales. Adicionalmente afirman que en esta economía abierta de talento, la tecnología le permitirá a las personas moverse con mayor libertad, de un rol a otro rol, dentro y fuera de la empresa.

Por otra parte, en el año 2021 demostraron que los trabajadores pueden desarrollar todo su potencial cuando se ponen a prueba, tal como está ocurriendo en estos momentos de crisis. El 60% de los ejecutivos encuestados afirmaron que el liderazgo era importante para prepararse de cara a futuros desconocidos, siendo ésta, la prioridad mejor valorada.

Para asumir estos grandes retos que nos deja la pandemia y responder a las necesidades, El Politécnico Grancolombiano lanza el próximo 12 de agosto de 2021 el Centro de Liderazgo 360 que trabajará el Ecosistema del Liderazgo en tres líneas. La primera es el Autoliderazgo o liderazgo personal, a través del programa de habilidades blandas que desde hace tres años viene trabajando en el aprendizaje significativo o experiencial orientado a la acción, utilizando MOOCs, tutorías, asesorías, mentorías, coaching y assessments. La segunda es el liderazgo Organizacional, a través de sus módulos de Liderazgo y Pensamiento Estratégico, Diagnóstico Organizacional, Habilidades Gerenciales y Prospectiva, apalancado en softwares para determinar ciertas habilidades en los participantes, invitándoles a generar un plan de acción individual, en equipo u organizacional según las necesidades. Y por último, el Liderazgo Social enfocado a identificar necesidades en la comunidad, mediante Polispeaker por Colombia, foros, mesas sectoriales y debates que conlleven a identificar necesidades de la comunidad en temas económicos, sociales, ambientales, legales, y tecnológicos que puedan aportar a la construcción de un mejor país.

Un líder es aquel que conoce el camino, va por el camino y muestra el camino”, John C. Maxwell.

Crédito: Maria Gloria González MolinaPor: Maria Gloria González Molina, docente de la Facultad de Negocios, Gestión y Sostenibilidad. Lidereza programa de habilidades blandas. Escuela Administración y Competitividad – Programa de Administración de Empresas Virtual del Politécnico Grancolombiano