Los economistas han sido protagonistas de los círculos de poder en Colombia. Torres (2006) documentó patrones que describen cómo, en el marco de la guerra fría, el reconocimiento de los economistas y su reputación empezó a crecer. En el caso de Colombia, esta creciente importancia se consolidó en el Frente Nacional y se ha mantenido desde entonces. Muchos de ellos se formaron en universidades de carácter privado (predominantemente en la Universidad de Los Andes) y obtuvieron su posgrado en Estados Unidos, el acceso a estos centros de formación estuvo garantizado por su posición socioeconómica y da muestra de la escasa movilidad social en el país.

Las ventajas con las que cuentan no solo se manifiestan en los cargos que ocupan en entidades de carácter público o de carácter privado (Ministerio de Hacienda, Departamento Nacional de Planeación, Fedesarrollo o Corficolombiana), sino también en términos del peso que tienen sus ideas al interior del debate económico y en la construcción de la política económica. Este desequilibrio en términos del debate teórico se convierte en una fuente concentración de poder al interior de la ciencia económica que tiene grandes consecuencias en la formación de los nuevos economistas, el poder de quienes defienden la ortodoxia. La implicación más directa es la concentración del discurso en un único paradigma, el neoclásico, y la tendencia a desconocer otras miradas de la economía que incluso advirtieron la crisis de 2008 antes de su ocurrencia.

La hegemonía de una tradición teórica en la disciplina tiende a alejarla de la realidad social que debería describir y le dota de una tendencia al pensamiento único en detrimento del pensamiento crítico, que de acuerdo con el Ministerio de Educación Nacional, debe estar en el núcleo de la formación profesional de los economistas. Ante este panorama, en conjunto con Óscar Eduardo Pérez Rodríguez de la Universidad de La Salle, escribimos el libro Formación de pensamiento crítico: reflexiones y métodos en economía. El libro es ante todo una reflexión sobre la formación de economistas en el país y la tendencia que hemos creado a reforzar discursos y a privilegiar algunas perspectivas teóricas en detrimento de otras que han mostrado mejor respuesta a los retos de las coyunturas económicas actuales.

El libro reta la sabiduría convencional que, según John Kenneth Galbraith, corresponde a un factor que incrementa la resistencia social e institucional al cambio y señala rutas para que quienes se forman para convertirse en economistas, usando la historia y la observación de la realidad como herramienta, construyan rutas alternativas a las propuestas por los poderosos economistas para la solución de problemas. La obra documenta además experiencias en el aula aplicadas en varias Universidades del país y demuestra que el aprendizaje de los estudiantes se transforma positivamente cuando se aprovecha el variado acervo teórico de la disciplina económica.

Probablemente, el descontento generado por las medidas económicas que hemos advertido en los últimos meses se pudo evitar con una discusión más abierta y desconcentrada. El reto para el país es doble, no solo debe ampliar la participación en el debate económico y romper con las barreras invisibles creadas hasta ahora en los centros de decisión del país, sino que además debe intensificar la búsqueda por un conocimiento más plural en una disciplina que, como el país, tiene más diversidad que la que se observa en sus círculos de poder.

Estas ideas y las posibilidades metodológicas y teóricas de la economía hacen parte de la obra editada por el Politécnico Grancolombiano en 2020 que puede ser consultada en este enlace (https://journal.poligran.edu.co/index.php/libros/issue/view/178) en ella no solo se da cuenta del discurso de los economistas y las prácticas pedagógicas, también se ofrecen reflexiones sobre las tendencias de investigación en el área, la enseñanza de las matemáticas y las posibilidades de transformación del campo de conocimiento.

Por: Claudia Milena Pico Bonilla, docente Asociada del Politécnico Grancolombiano