Uno de los sectores más impactados por la pandemia, sin dudarlo, fue el de la educación superior. El reto para las instituciones fue seguir brindando una educación de calidad, incluso en áreas en las que la presencialidad se contemplaba como indispensable.

El cambio era necesario y la adaptación fue fundamental en el proceso. La tarea inicial del docente consistió en ajustar el proyecto de aula para alcanzar los objetivos del curso, partiendo de la nueva realidad de contacto con el estudiante. La aplicación de una estrategia de aprendizaje basada en problemas, se convirtió en la clave.

Esta estrategia pedagógica presenta a los estudiantes una situación real y controvertida, con el objetivo de que ellos, a través del trabajo autónomo y en equipo de forma colaborativa, desarrollen y lleven a cabo los razonamientos críticos necesarios para resolver un problema planteado. Esta estrategia se sustenta sobre el principio de utilizar los problemas como punto de partida para la adquisición e integración de nuevos conocimientos.

El reto para los estudiantes va desde llevar a cabo proyectos de consultoría en el que solucionaran una problemática existente de acuerdo con las herramientas dadas al interior de las clases, hasta plantear propuestas de mejora o crear productos con un carácter diferenciador en el mercado. Antes de la pandemia, las consultarías se solían realizan de forma presencial en las empresas, pero durante la pandemia esto se modificó por el aprendizaje basado en problemas.

Un claro ejemplo fue el trabajo realizado en la Escuela Opina del Politécnico Grancolombiano, especialmente dentro de la asignatura de Organización y Métodos dirigida por mí, Alix Gaffaro, en el que enfoqué el proyecto de aula a generar ideas de negocio, articulada con el Centro de Emprendimiento, ya que los estudiantes no podían visitar a las empresas, logrando así participar en escenarios académicos nacionales como internacionales, como se puede ver en el siguiente link: https://semillerorgaymetop.wixsite.com/my-site

El éxito de este modelo fue contundente y se centró principalmente en la importancia de la relación entre los dos agentes protagonistas del proceso de
enseñanza-aprendizaje: el docente y el estudiante. A partir de esta relación se desarrollaron habilidades de pensamiento crítico y creativo; habilidades para el aprendizaje como la observación, generación de estrategias, definición de problemas, análisis y comunicación; y habilidades lecto escritoras.

Se evidenció una mayor motivación en el estudiante, que generó un aprendizaje significativo al interactuar con la creación de ideas de negocios que se vieran reflejados en escenarios fuera del aula, resultados notorios, que desde el 2021 en el Politécnico Grancolombiano se decidió organizar una feria empresarial virtual cada semestre, liderada por el Centro de Emprendimiento, donde se presentaron varios proyectos y hasta el pasado 19 de mayo, se realizo la primera feria presencial, donde se evidencio el gran trabajo realizados por los docentes y se presentaron proyectos innovadores.

Esta experiencia y estrategia pedagógica implementada en el proceso de pandemia aún continúa siendo aplicada con el regreso a la presencialidad, ya que el proyecto contribuye a que se desarrollen competencias de emprendimiento en los estudiantes, tales como la identificación de oportunidades de negocios, habilidades en negociación, diseño de modelos de negocio, validación de productos y/o servicios, entre otras.

Sin dudarlo, esta experiencia es una muestra de los grandes aprendizajes que dejó la pandemia y la transformación que trajo a la educación superior.

Por: Alix Johana Gaffaro García, docente de la Escuela de Optimización, Infraestructura y Automatización (OPINA) del Politécnico Grancolombiano.