La desigualdad de género es una problemática a nivel mundial que vulnera los derechos para la mitad de la población representada por las mujeres. Por esta razón, es fundamental que desde el Estado y las diferentes organizaciones promuevan la igualdad de género y el empoderamiento económico de las mujeres. Se reconoce a la fuerza laboral de las mujeres como agentes de cambio y generadoras de crecimiento y el desarrollo en sus diversos roles. Propender por una sociedad equitativa contribuirá a la reducción de brechas de género que, adicional, va en concordancia con el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS, puntualmente el ODS 5 igualdad de género, ya que se construyen y promueven condiciones de equidad para la sociedad en su conjunto.

Investigar la brecha de género, es un tema que ha venido cobrado relevancia por lo que puede significar la contribución de la fuerza laboral de las mujeres a la economía y precisamente nos ha llevado a lo largo de estos dos años a colocarlo como tema central de estudio en el Simposio adelantado por el Politécnico Grancolombiano, en asocio con EAFIT Social. En la versión 2021 se denominó “La equidad de género al interior de las organizaciones”, y se desarrolló un debate en torno al análisis de la equidad de género al interior de las organizaciones que concluyó en la importancia que tienen las organizaciones para promover esa equidad de género.

Desde las organizaciones, las políticas de responsabilidad social empresarial RSE son determinantes, pues cada vez son más las empresas que asumen estas políticas y esto se ve reflejado en esas buenas prácticas y los indicadores de productividad. Desde este ámbito, las organizaciones contribuyen a reducir las brechas de género y a fomentar oportunidades de equidad, seguridad y dignidad humana para hombres y mujeres en condiciones igualitarias. Se destacan casos como los de PEPSICÓ, DIAGEO, PROCOLOMBIA, CONFIAR, los cuales se pueden tomar como referente del trabajo que adelantan para contribuir a la equidad de género.

De igual manera, se reconoce el papel que juegan las instituciones de educación superior, como aporte desde la responsabilidad social universitaria RSU y el compromiso que se debe generar en torno al desarrollo y formación profesional, a partir de las necesidades y problemáticas, en particular las brechas de género, y cómo pueden aportar a la construcción de una sociedad más igualitaria. Desde las aulas, la importancia debe ser formar a los futuros profesionales en conocimientos transversales a todas las formaciones y, por ende, las organizaciones, de manera que al momento de ejercer puedan contribuir a la promoción de estas políticas.

La II versión del Simposio Internacional, celebrado en el mes de agosto, que se denominó “II SIMPOSIO INTERNACIONAL “La equidad de género en el mercado laboral Latinoamericano Post COVID 19”, buscaba reflexionar en torno al impacto que significó el COVID 19 en el mercado laboral y es allí donde se valida que la participación masculina sigue siendo superior a la participación femenina; las mujeres realizan la mayor parte de los trabajos no remunerados y del cuidado en el hogar y, cuando tienen un empleo remunerado, presentan barreras de ascenso y permanencia, hecho que se agudizó en la pandemia COVID 19, impactando fuertemente a las mujeres en las regiones. Su tasa de desocupación para el 2020 fue del 12,4 %, manteniéndose al 2021, esto en razón a que los sectores más afectados corresponde a hotelería, restaurante, actividades de servicios y del sector de los hogares OIT(2021). Mientras tanto, en el campo empresarial las mujeres ocupan solo el 15 % de cargos directivos y solo el 14 % son dueñas de sus empresas, BID, (2021).

En particular, en Latinoamérica las fallas del mercado y la discriminación en el mercado laboral reducen las posibilidades de las mujeres para conseguir un empleo en condiciones salariales adecuadas y la representación femenina en los altos cargos y entre los empresarios, es baja. A nivel mundial, en 2021 solo el 43,2 % de las mujeres en edad de trabajar estarán empleadas, frente al 68,6 % de los hombres en edad de trabajar.

De esta manera, el Simposio de Economía “La equidad de género en el mercado laboral Latinoamericano Post COVID 19” permitió el análisis y la reflexión en torno a la equidad de género en el mercado laboral en América Latina y El Caribe, la importancia de estudio de estos temas radica en que las estadísticas son claras al demandar precisamente acciones desde el Estado y las organizaciones. Informe del Global Gender Gap Report 2020, del Foro Económico Mundial señala que se necesitaran 99,5 años en promedio para dar fin a esta inequidad, esto con relación a los 107 países que hicieron parte del estudio.

De los dos días de trabajo del simposio, es clara la existencia de políticas por parte del Estado que buscan promover esa equidad. Para el caso colombiano, tanto el gobierno saliente como el entrante promueven dichas políticas. En el caso del gobierno del expresidente Duque, promovía la participación del 50 % del gabinete fueran mujeres, pero no alcanzó dicha representatividad.

El gobierno actual del presidente Gustavo Petro, le apuesta a la paridad de género, desde su plan de Gobierno, con la promesa “el cambio es con las mujeres”. En ese sentido, se deben ocupar mínimo el 50 % de los cargos públicos, por tanto son políticas que están alineadas a los objetivos que se buscan en términos de equidad de género en el mercado laboral, lo cual deja entender la importancia que estos cargos estén ocupados por mujeres y sean parte de la agenda institucional. Sin embargo, este es apenas el inicio, así que el objetivo será hacer seguimiento a la continuidad de estas políticas, pues no solo basta con los nombramientos, sino cómo pueden contribuir a un proceso de transformación y permear más organizaciones, tanto públicas como privadas.

En términos de acceso al mercado laboral, se reflexionó en torno al papel que juegan los emprendimientos, impulsados por las mujeres, los cuales se presentan como una oportunidad para que las mujeres puedan conciliar ese tiempo entre las labores del cuidado de los hijos, las labores del hogar y romper con una serie de estereotipos marcados por la sociedad, pero es importante dejar de “romantizar los emprendimientos de las mujeres” y potencializarlos para que sean fuente de productividad, aporte al crecimiento económico, y fuente generadora de empleo.

El reto es ahora, en materia de metas por cumplir, es importante hacer seguimiento a esas políticas por parte del Estado, en el caso Colombiano, está dentro de la agenda política, pero se requiere continuidad, y que no solo sea representatividad, sino, que sea una política de Estado que reconozca en la participación de las mujeres un aporte al crecimiento económico, de parte de las instituciones de educación superior nuestra tarea continuar visibilizando, reconociendo y promoviendo los avances en materia de equidad de género, de acuerdo a WEConnect International (2022) Investigaciones del Banco Mundial de las Naciones Unidas, las mujeres son los motores de la economía como líderes de negocios, empleadas, consumidoras y emprendedoras; producen el 66% del trabajo mundial, el 50% de los alimentos, pero ganan sólo el 10% del ingreso y son dueñas del 1-2% de las propiedades.

 

Por:

Marisol Salamanca Olmos
Docente programa Negocios Internacionales
Politécnico Grancolombiano
Economista
Magister en Dirección y Administración de Empresas