Por:
Elizabeth Montoya Vélez
Docente de la Escuela de Diseño
Politécnico Grancolombiano – Sede Medellín
Desde el año 2020 se celebra mundialmente el Día Internacional del Diseño, sin embargo, aunque dicha efeméride data originalmente de 1995, surtiendo cambios en su denominación, gracias a las preocupaciones por los retos de la profesión en un mundo en permanente cambio y apostando por el abordaje de la reflexión en torno a los consensos entre las disciplinas del diseño: Día Mundial de los Gráficos (1995), Día Mundial del Diseño de la Comunicación (2012), Día Mundial del Diseño (2015) y Día Internacional del Diseño (2020). Esta fecha conmemora tanto la fundación del Consejo Internacional de Diseño -ICoD– en 1963, como las funciones e incidencias del diseñador -en su concepto amplio de aplicación- en la sociedad, y un llamado “a encontrar soluciones innovadoras a las necesidades locales utilizando el diseño como un vehículo para honrar la diversidad, trascender fronteras y mejorar la calidad de la vida” es la invitación el ICoD para celebrar esta fecha.
La década de los 60’s, época en la que se fundó el Consejo Internacional de Diseño, fue un periodo marcado por agitaciones sociales, un momento histórico que llamó a la reflexión en el mundo sobre las formas de relacionamiento, las preocupaciones marcadas por las guerras precedentes, los fenómenos de inclusión social y la defensa de los derechos humanos dando pie para que la comunidad “Hippie” planteara su invitación a la paz y el amor, “Peace. Love. Design!” es la motivación para celebrar el Día Internacional del Diseño en 2023, en torno a la conmemoración de los 60 años del ICoD. Un pretexto para el cuestionamiento sobre los retos y aportes de las disciplinas del diseño en torno a los acontecimientos del siglo XXI.
Recientemente el fenómeno de las Inteligencias Artificiales -IA- ha llamado la atención en el mundo, generando controversias y especulaciones acerca del futuro de las profesiones. El diseño no ha sido ajeno a estos cuestionamientos y sobre éste ya recaen preguntas sobre la creación, tales como ¿quién tiene la capacidad de crear en diseño?, ¿qué implica la capacidad de procesar información para construir nuevas formas de comunicar y expresar?. Pues bien, tales interrogantes fueron similares con el posicionamiento de la cámara fotográfica, la litografía, el telar de Jacquard, entre otros, en las primeras décadas del siglo XIX.
La principal preocupación giró en torno al futuro de la creación, cuando una máquina tendría la capacidad de hacer en menos tiempo lo que la mano humana ya hacía, sin embargo lo que derivó de allí fue el replanteamiento de la función del creador, y tuvieron que pasar cerca de cien años para dimensionar las cuestiones éticas, intelectuales, afectivas y experienciales de la revolución industrial. Gracias a esta se desencadenaron posibilidades creativas como las expuestas por los movimientos artísticos del siglo XX y el reconocimiento del diseño como una disciplina propia.
Hoy asistimos a la revolución tecnológica y si la revolución industrial trajo consigo -entre otras- la capacidad de reducir los tiempos de formalización de la producción, hoy la transformación nos cita a preguntarnos: ¿Quién diseña?, ¿Qué es diseñar?, ¿Para qué y para quién se diseña?, ¿Cómo se diseña hoy?, quizás son justamente los cuestionamientos ontológicos acerca del diseño, en una apuesta optimista por el futuro, lo que nos permita vislumbrar el devenir del rol del diseñador, y quizás, nos lleven de nuevo a la conclusión de que son las ideas las que imperan en el proceso de creación, que las máquinas y las herramientas que se han transformado siempre con el tiempo, funcionan y se hacen efectivas por la activación de la capacidad humana de interrelacionar ideas para crear algo nuevo, y de que es la máquina y la herramienta la que nos permite concretar la capacidad perceptiva, sensible, afectiva e intelectual de la experiencia humana.
De tal manera, “Paz. Amor. Diseño!” es quizás la invitación de ICoD a celebrar en 2023, justo a partir de las preguntas sobre las preocupaciones de lo humano en la actualidad y el futuro: la sostenibilidad ambiental, la equidad social, los movimientos colectivos y los cambios radicales, temas centrales en la agenda del diseño actual. ¿Con qué creamos y cómo somos responsables y aportantes en la trasformación material y el cambio climático?, ¿para quién creamos y cómo aportamos al imaginario colectivo en la construcción social? ¿qué se dice a través del diseño y cómo aportamos en las apuestas por la equidad y la justicia?, todos estos son los grandes interrogantes y retos que demandan ser analizados y discutidos por aquellos que tienen la capacidad de reconocer el mundo como su material de creación y que apuestan por el poder comunicativo y transformador del Diseño.