El acceso a educación superior de calidad representa uno de los mayores retos que tiene el país. Según cifras del Ministerio de Educación Nacional (MEN) y el Sistema de Información de la Educación Superior (SNIES), solo el 42 % de los colombianos logra acceder a la universidad y solo el 18 % de ellos logra culminar el programa que eligió. Esto lo reafirman tanto las instituciones públicas como privadas, quienes notaron una disminución en el número de estudiantes matriculados y en la demanda de formularios de inscripción para postularse a diferentes carreras universitarias.

La tasa actual de cobertura de la educación superior es del 53,9 %, y el actual gobierno nacional busca aumentarla al 60 %. Para apoyar esta meta, muchas instituciones de ecuación superior (IES) le han apostado a implementar la educación virtual como una de las soluciones para garantizar el acceso a la educación superior, pues son conscientes de que una de las causas de la falta de cobertura son las tendencias demográficas, el difícil acceso de poblaciones en territorios donde no hay IES o tienen escaso acceso a servicios de internet, por lo que los jóvenes que quieren estudiar deben migrar hacia las grandes ciudades.

Juan Fernando Montañez, rector del Politécnico Grancolombiano, una universidad pionera con más de 16 años de experiencia en este modelo de aprendizaje, explica que, “la virtualidad se vuelve una modalidad y una herramienta completamente pertinente en un país tan diverso y desigual como el nuestro, porque brinda a las personas la oportunidad de formalizar una carrera y tener acceso a educación superior de calidad en la región, sin tener que desplazarse a los grandes cascos urbanos”.

Para el rector Montañez, el sistema siempre ha visto la lógica del acceso desde la posibilidad de pagar un semestre y de presentar un examen que permita acceder a un cupo, pero las razones por las que muchas personas no estudian van mucho más allá, como su edad, sus compromisos, su trabajo, el desplazamiento, sus responsabilidades familiares… y mucho más. “Por eso el Poli ha implementado un modelo educativo con una oferta académica basada en la flexibilidad en las horas de estudio; encuentros sincrónicos con compañeros y profesores que se adapten a las formas de aprendizaje de los estudiantes; y seis momentos para matricularse al año, esto permite que más colombianos vean la virtualidad una opción que garantiza acceder a la educación sin abandonar sus responsabilidades”.

No hay que apartar que la diversidad de estudiantes que acoge la educación virtual y a distancia se debe a que se cambió la idea de que los universitarios son solo jóvenes. “En el Poli tenemos 18 mujeres por encima de los 70 años y nos sentimos completamente orgullosos de ayudarles a cumplir su sueño. Seguramente esas personas no van a trabajar, pero su sueño siempre fue poderse graduar. Por eso la virtualidad es darle la posibilidad a la gente que jamás pensó que podía ser posible”, afirmó Montañez.

Por otra parte, Nicolás Arias, docente de la Escuela de Educación e Innovación del Politécnico Grancolombiano, afirma que, “las IES tuvieron que pensar la educación no solo desde la facilidad de ingreso a una institución, sino también desde la permanencia de sus estudiantes, por lo que necesitaron brindar diferentes apoyos y becas en procesos académicos, psicológicos, pedagógicos y económicos”. Por eso, el Poli, desde su programa Huella Grancolombiana, cada año busca recaudar fondos para apoyar a la población estudiantil de todo el país.

“En otras palabras, la cobertura y la permanencia en la educación superior se debe en gran medida a las acciones de política pública generadas desde el Gobierno, pero también a la generación de este tipo de herramientas que implementan y las ayudas que generan las Instituciones de Educación Superior para apoyar a los estudiantes y a sus familias”, concluyó el docente Arias.