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En un país como el nuestro, que cuenta con amplios terrenos fértiles y una oferta amplia de frutas, verduras y hortalizas, el campesino es el protagonista para hacer de estas tierras productivas y generar suficientes alimentos para la población, en resumen, logar la tan anhelada seguridad alimentaria de la población.
Sin embargo, lograr la seguridad alimentaria, es un primer paso; el campesinado es indispensable para que los alimentos lleguen a la mesa de muchos hogares dentro y fuera del país y están llamados a mejorar sus procesos y técnicas de producción, para combinarlos con sus conocimientos ancestrales, de esta manera agregar valor a sus productos con el objetivo de alcanzar mayores ingresos para sus familias, para la región y en general para el país.
A lo largo de la historia de nuestro país el campesinado ha sido sinónimo de resiliencia y fuerza. Desde el siglo XIX y principios del XX han sido forzados a trabajar las tierras por un mínimo retorno de su esfuerzo y el acceso a terrenos propias se ha visto restringido por múltiples factores. Por otra parte, la historia del país presenta un conflicto armado que se ha desarrollado principalmente en el campo, producto de diferencias políticas que ha afectado el desarrollo de la agroindustria. No obstante, se puede mencionar que los campesinos del país han aportado desde su rol a mantener las tradiciones de nuestra cultura, a aportar al desarrollo económico de las regiones y llevar alimentos a la mesa de muchos colombianos.
Campesinado joven colombiano
La población campesina joven es muy importante para cualquier país, dado que en sus manos está la producción de alimentos que cada día se consume en los hogares. Según el Banco Mundial la población rural en Colombia viene disminuyendo de forma acelerada, en 1960 era del 54 %, sin embargo, para 2021 tan solo el 21 % de la población es rural. Durante este mismo periodo la población de Colombia se incrementó en un 225.42 %, lo que nos lleva a concluir que, a pesar del gran incremento de la población, la decisión de las personas que nacen y crecen en el campo es migrar a la ciudad, movidos por factores como la violencia, la inseguridad y el desempleo.
Los esfuerzos para adelantar programas específicos para los jóvenes se vienen dando desde hace varios años. Por ejemplo, FINAGRO lleva más de 33 años otorgando créditos a campesinos, el Fondo Emprender se crea en 1990 para impulsar emprendimientos de todos los sectores incluida la línea agropecuaria.
De manera específica el Banco Agrario presenta líneas de crédito para jóvenes campesinos entre 18 y 28 años que presenten sus proyectos productivos como personas naturales. Por otra parte, con el ánimo de formar a los jóvenes en disciplinas agropecuarias, el Ministerio de Agricultura desde 2010 junto con el ICETEX, otorga becas para formación técnica, tecnológica o profesional en carreras afines al agro, esta beca es hasta del 75 % del total, siempre y cuando se presente el acta de grado. También se encuentra el programa de Jóvenes Rurales Emprendedores dirigido desde 2003 por el SENA, pensado para población de 18 a 35 años, este programa ha venido madurando ya actualmente denominado SENA Emprende Rural tiene un enfoque de formación y desarrollo de habilidades y modelos de negocio para el campesinado incluyendo innovación y desarrollo industrial. Este año el presente gobierno lanza otro programa llamado CAMPESENA, para ofrecer todas las rutas de emprendimiento del SENA, como el programa SER, SENNOVA, Formación Especializada para la Economía Campesina y Certificación de Competencias Laborales, de una forma más directa a más de un millón de familias campesinas.
¿Cuáles son los principales apoyos que el Gobierno ofrece a los campesinos actualmente?
El Gobierno adelanta programas a través de instituciones que tienen alcance a la población campesina distribuida por el territorio Nacional. Una de ellas es el SENA, que maneja el programa SER con el objetivo principal de capacitar a las comunidades para llevarlas a la creación de unidades productivas; este es un proceso de formación y creación de empresa, donde pueden optar por recursos de capital semilla al presentarse al Fondo Emprender, todo lo anterior con el debido acompañamiento en cada fase del plan de negocios.
Por su parte, FINAGRO, ofrece líneas de crédito especiales LEC, con tasas de interés blandas, para impulsar la productividad en el campo colombiano, dentro de estas se cuenta con líneas que tienen un fin específico como la Inclusión Financiera Rural: para incentivar a productores que no tengan experiencia con el sector financiero y quieran capital de trabajo para cultivos de ciclo corto, sostenimiento, pecuario, acuícola, apículo, pesca y zoocría y sostenimiento de cultivos perennes y forestales.
La línea de Secado y Almacenamiento de granos donde se financia adecuación de terrenos, o compra y reparación de maquinaria para tal fin. En este grupo también se ofrecen créditos para compra de tierras agropecuarias, desarrollo productivo y reactivación agropecuaria. Otras líneas dirigidas a comunidades o población específicas tales como: comunidades negras, afrocolombiana, raizales y palenqueras, mujer y joven rurales.
Por: Yolanda Rocío Vargas, docente del Centro de Educación e Investigación Financiera del Politécnico Grancolombiano
