La eficiencia energética es un tema que ha cobrado cada vez más importancia en los últimos años en Colombia y en el mundo. Esto se debe a la creciente demanda de energía, el impacto ambiental de su consumo y la necesidad de reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
En Colombia, el consumo de energía ha crecido constantemente en las últimas décadas. En 2022, el consumo total de energía eléctrica fue de 74.9 teravatios hora (TWh), un aumento del 3.7 % respecto al año anterior, impulsado principalmente por el crecimiento económico y la expansión de la cobertura eléctrica.
Sin embargo, el país enfrenta desafíos significativos en este ámbito. Según el Consejo Colombiano de Eficiencia Energética (CCEE), solo el 31 % de la energía generada se utiliza eficientemente, lo que implica un desperdicio del 69 % y consecuencias ambientales y económicas negativas.
Valga decir que, este desperdicio tiene un impacto negativo en el medio ambiente, ya que contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero. También en lo económico, pues los consumidores pagan más por la energía que consumen. En los últimos años, el diálogo sobre eficiencia energética en Colombia ha abordado varios temas, como:
- La necesidad de una política nacional de eficiencia energética: Colombia no cuenta con una, esto ha dificultado la implementación de medidas para promoverla en el país.
- El papel del gobierno: Durante los últimos años se han venido tomado una serie de decisiones en esta dirección, entre ellas, la propuesta de regulación de los equipos eléctricos y electrónicos, el desarrollo de incentivos fiscales y financieros y la promoción de la educación sobre la eficiencia energética. Sin embargo, se considera que se podría hacer más en esta materia.
- El sector privado: Las empresas también se han movido en este sentido, promoviendo la eficiencia energética a partir de la adopción de tecnologías eficientes, la implementación de sistemas de gestión de la energía y la educación a sus empleados sobre la eficiencia energética.
Ahora bien, se han registrado avances notables, como el desarrollo de una nueva regulación de eficiencia energética en el Plan Energético Nacional 2022-2032. También se destacan los planes para la sustitución de bombillas incandescentes por LED, contribuyendo a la reducción del consumo de energía según el Plan de Acción para la Eficiencia Energética 2023-2027 del CCEE. Además, la implementación de sistemas de gestión de la energía en empresas ha identificado y corregido ineficiencias en el consumo.
Por su parte, las regiones de Colombia, están llevando a cabo una serie de iniciativas para aumentar la eficiencia energética. Estas, en su mayoría, han sido promovidas por los diferentes niveles de gobierno en los últimos años, las empresas privadas -sustitución de equipos obsoletos por equipos eficientes, implementación de sistemas de gestión de la energía, inversiones en energías renovables- y las organizaciones de la sociedad civil -campañas de sensibilización, asesoría técnica, promoción de políticas públicas, como el Proyecto de Ley 223 de 2023.
A pesar de estos logros, persisten desafíos significativos. La falta de una hoja de ruta nacional integral de eficiencia energética dificulta la implementación de medidas efectivas, la escasa información y educación sobre este tema complica la toma de decisiones informadas, y la ausencia de incentivos suficientes representa una barrera para la adopción de tecnologías eficientes.
En resumen, la eficiencia energética es crucial para el desarrollo sostenible de Colombia. El país debe intensificar sus esfuerzos para mejorar la eficiencia, reducir el consumo, proteger el medio ambiente y disminuir la dependencia de los combustibles fósiles. La eficiencia energética no solo es un desafío sino también una oportunidad para fortalecer la economía, mejorar la calidad de vida y prepararse mejor para eventos climáticos extremos como los fenómenos del como El Niño o La Niña.
Por:
Alejandro Toca
Docente
Administración Pública