La tristeza no es lo mismo que la depresión. La tristeza es una emoción primaria y necesaria en todos los seres humanos, ya que cumple una función adaptativa. Sin embargo, cuando esta se extiende en el tiempo y nos causa un malestar significativo en diferentes áreas de la vida (como el trabajo, las relaciones interpersonales, nuestra educación, entre otras), debemos estar atentos.
Durante el embarazo, la dopamina (neurotrasmisor encargado de la regulación de la emotividad y la afectividad) aumenta de forma significativa. Sin embargo, después de la experiencia de dar a luz, en la que nuestro cerebro ha segregado mucha dopamina, el nivel de estrógenos desciende y los efectos de la prolactina y la oxitocina se hacen más prominentes, estas dos últimas hormonas son esenciales para la generación de vínculos en las primeras etapas de vida. Es entonces cuando todo comienza a volver a la normalidad y el organismo deberá adaptarse nuevamente.
Este cambio y adaptación del proceso hormonal es lo que puede causar la depresión posparto. Este tipo de depresión aparece en un porcentaje importante en las mujeres y ocurre en los primeros 12 meses después del parto y se encuentra dentro de un espectro de diagnósticos psiquiátricos relacionados con el embarazo.
¿Cuáles son los síntomas de este tipo de depresión?
Las adaptaciones corporales, psicológicas y sociales, tales como el cambio de rol a nivel familiar, el vínculo con el bebé, la nueva responsabilidad asumida y los cambios en el cuerpo, pueden alterar el estado de ánimo y producir una depresión posparto como se mencionó antes. Este tipo de depresión incluye los síntomas depresivos que duran más de dos semanas después del parto y cumplen los criterios del trastorno de depresión mayor descritos en el DSM-5. Algunos son:
- Cambios de humor repentinos, irritabilidad, ansiedad, disminución de la concentración, insomnio, ataques de llanto.
- Insomnio o sueño excesivo.
- Pérdida o exceso del apetito.
- Irritabilidad e ira.
- Cefaleas y dolores corporales.
- Cansancio extremo.
- Preocupaciones poco realistas sobre el bebé o desinterés.
- Una sensación de ser incapaz de cuidar el bebé o de ser inadecuada como madre.
- Temor de dañar al bebé.
- Culpa por sus sentimientos.
- Ideación suicida.
- Ansiedad o ataques de pánico.
¿Cómo se puede prevenir la depresión posparto?
La depresión posparto puede ser prevenida desde un enfoque biopsicosocial. Desde allí se proponen las siguientes medidas desde un enfoque preventivo. Lo primero es prepararse para la maternidad, tener psicoeducación; reconocer cuáles son las etapas, procesos y cambios a nivel físico y emocional, esto facilitará la adaptación al proceso. También es importante legitimizar las emociones, es importante reconocerlas y que sean validadas en su entorno, no ignorarlas.
También es muy importante evitar el alcohol y las sustancias recreativas, ya que estas pueden empeorar los cambios del estado de ánimo. En ese sentido, es importante dedicar tiempo a cuidar de sí mismo y reservar un tiempo propio, tener una alimentación saludable y actividad física. Además, se recomienda hablar con otras mamás, tener expectativas reales del proceso de maternidad. Y lo más fundamental: pedir ayuda cuando la tristeza y el estado de ánimo sea recurrente.
¿Qué hacer en caso de presentar este diagnóstico?
La primera recomendación siempre va a ser el auto cocimiento y la búsqueda de ayuda de manos de un profesional de la salud mental. Una vez identificados los síntomas posparto mencionados anteriormente, el primer paso en el manejo de una mujer con depresión posparto; es una valoración para determinar la gravedad de su depresión y para determinar si representa una amenaza para sí misma o para otros.
Por:
Leidy Andrea Guzmán
Docente
Escuela de Estudios en Psicología, Talento Humano y Sociedad