Dentro de los análisis internacionales de educación, de acuerdo con los datos de ERCE 2019, las condiciones sociales, económicas y culturales en las que se desenvuelven los estudiantes de Colombia tienen una asociación significativa sobre sus logros de aprendizaje “estudiantes de familias de alto nivel socioeconómico presentan ventajas en su aprendizaje no solo por esta condición, sino al asistir a escuelas en que se concentran estudiantes de un nivel socioeconómico similar” (Ministerio de Educación Nacional de Colombia, 2021, pág. 56), esto da cuenta que el análisis sobre las desigualdades y su relación con la educación implicaría el reconocimiento de las condiciones de las y los estudiantes, sumado a las que tienen las escuelas; es decir, una relación dialéctica individuo/institución/sociedad. Según el Ministerio de Educación Nacional, las causas de la deserción escolar pueden ser variadas y complejas, entre las cuales se encuentran “atomización en la oferta (instituciones que no ofrecen el ciclo completo), que obliga a los niños a cambiar de institución al término de cada ciclo escolar y a tener que adaptarse a modelos educativos diferentes, lo que dificulta su tránsito a lo largo del sistema; las dificultades socio-económicas; la falta de motivación de los niños para permanecer en las instituciones al no encontrar intereses afines entre lo que reciben y lo que esperan en cuanto a contenidos y a su propio contexto[1]”.

Se reitera entonces que hay factores que se podrían gestionar desde el sistema educativo, pero hay otras que requieren intervención del Estado en un nivel de acción mucho más amplio que el escolar. Con relación a lo anterior, Emilio Tenti Fanfani (2008) indica que los esfuerzos por aportar a la disminución de brechas de desigualdad no se pueden dar por esfuerzos solo de la escuela “La política educativa no alcanza los objetivos que normalmente se propone sin una adecuada articulación con las políticas económicas (productivas y distributivas) y sociales (resdistributivas)” (pág. 72), de esta manera, los análisis en sobre la educación implica comprensiones que incluso se salen de su marco de acción pedagógica, por ejemplo, la estructura económica.

Cabe señalar el conflicto armado, la corrupción que impide dar cumplimiento cabal a los propósitos diseñados en las políticas públicas, sin contar con las altas tasas de desnutrición que padece nuestra infancia en los territorios de la Colombia profunda.

En este sentido, para fortalecer el apoyo académico y socioemocional para los estudiantes en riesgo de repetir un año escolar, las escuelas y comunidades colombianas pueden implementar estrategias basadas en teorías educativas, sociales y psicológicas que promuevan un enfoque integral del aprendizaje y el bienestar estudiantil. A continuación, se detallan algunas estrategias:

La teoría del aprendizaje social sostiene que los estudiantes aprenden no solo a través de la instrucción directa, sino también por la observación e imitación de modelos en su entorno. En este sentido, se recomiendan los programas de mentoría entre pares y la participación de tutores más experimentados puede ser una estrategia efectiva para apoyar a los estudiantes en riesgo.

Los padres y la comunidad desempeñan un papel esencial en la implementación de apoyos académicos y socioemocionales para mejorar los resultados educativos de los estudiantes, especialmente aquellos en riesgo de repetir un año escolar. Su participación es clave porque crean un entorno de apoyo externo a la escuela que complementa y refuerza el proceso de aprendizaje y desarrollo. Desde un enfoque teórico, varios autores y modelos resaltan la importancia de la colaboración entre la escuela, la familia y la comunidad. La implicación de los padres en la vida educativa, como el seguimiento de tareas, la participación en reuniones escolares y el fomento de hábitos de estudio, puede fortalecer los logros académicos.

¿Cómo fortalecer el apoyo académico y socioemocional para los estudiantes en riesgo de repetir un año escolar?

La familia y las comunidades juegan un papel clave en la problemática planteada, ampliando los fines del empoderamiento desde las aulas, desde los estudiantes, pasando por sus familias y las comunidades, dando a conocer las herramientas constitucionales y legales que tienen los ciudadanos para reclamar sus derechos, para que de esta manera no solo adquieran un estatus político en la definición de las políticas que los comprometen, sino también promuevan desde la base las acciones pertinentes en aras de alcanzar dichos derechos consagrados en la normativa nacional.  Dicho empoderamiento y conciencia pueden alimentar un nivel importante de aliento tanto para los estudiantes como para las familias, de quienes depende la sostenibilidad de los procesos educativos.

 

Por: Equipo de docentes de la Licenciatura en Educación Básica Primaria del Politécnico Grancolombiano.

 

REFERENCIAS

Fanfani, ET (2008). Dimensiones de la exclusión educativa y políticas de inclusión. Revista Colombiana de Educación, (54), 60-73.

Ministerio de Educación Nacional de Colombia. (2021). Informe Nacional de Resultados Colombia: Estudio Regional Comparativo y Explicativo ERCE 2019. ICFES. https://www.icfes.gov.co/documents/39286/1218080/Informe_colombia_final_LA_FA_ERCE_2019.pdf/2d608a64-7eaa-b46f-3b19-bde8b10bc8b8?version=1.0&t=1661968040720

[1] Recuperado de: https://www.mineducacion.gov.co/1621/article-87969.html