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Politécnico Grancolombiano

Una vez se inicia una etapa en nuestra vida en la cual accedemos a recursos de capital, inicia un proceso en el que estamos ante continuas decisiones enmarcadas en ahorrar o invertir estos recursos, teniendo en consideración nuestras proyecciones y expectativas.

En principio, el utilizar nuestros recursos de capital en adquirir productos y servicios se podría entender como una inversión, solo que el retorno de estas “inversiones” es emocional o impulsivo; sin embargo, la inquietud frente a resguardar nuestros recursos mediante ahorro o utilizarlos por medio de inversiones, sigue en constante contraposición a lo largo de nuestra vida.

Todas las personas quieren tener unas mejores condiciones en sus vidas, esto generalmente se acompaña del aseguramiento de recursos, liquidez y sostenibilidad. Para lograr esto, debemos responder a si la mejor opción es ahorrar o invertir en ciertos momentos en los que contamos con excedentes de liquidez o cuando contamos con recursos de capital que hemos obtenido de manera extraordinaria.

Cuando se decide que el mejor camino para una persona es ahorrar y esperar oportunidades, o para adquirir un elemento o servicio, la ruta a seguir es relativamente simple, tomar los recursos que se encuentran disponibles y mantenerlos resguardados por determinado tiempo; el único factor a considerar en este caso es el efecto que tiene la inflación sobre los ahorros, debido a que el dinero pierde valor a través del tiempo y es algo que debemos considerar.

Factores a considerar en una inversión:

Ahora bien, si nos inclinamos por la opción de invertir, ¿cuáles son algunas recomendaciones que debemos evaluar? Lo primero que debemos considerar son las expectativas, ¿cuánto estamos esperando obtener de rentabilidad? ¿Entendemos la rentabilidad como un porcentaje o como un valor absoluto que deseamos recibir por la inversión que vamos a realizar? Al principio puede que no entendamos la diferencia, pero en la práctica no es lo mismo esperar una rentabilidad anual o mensual de 20 %, que recibir anual o mensualmente 2 millones de pesos; esa expectativa es algo que tenemos que definir desde un principio, porque esta primera recomendación está enfocada a nuestra necesidad o interés.

Puede que necesite tener un flujo de caja constante de 2 millones cada mes para cumplir alguna obligación financiera que he adquirido, así como también puede que no tenga una necesidad como tal y la inversión que estoy planeando realizar sea para mejorar mis ingresos y acceder a una fuente alterna de recursos. Esta sería la primera recomendación, evaluar las expectativas y su respectiva relación con las necesidades o intereses perseguidos.

La segunda gran recomendación es estimar los tiempos de recuperación; aquí se habla de que la rentabilidad que deseamos obtener tiene un horizonte de tiempo, y debemos evaluar si estamos dispuestos a esperar ese tiempo, por ejemplo, cuando se invierte en alternativas agropecuarias, el retorno de la inversión puede tardar años, lo que, para algunos inversionistas o personas, no es muy viable.

La tercera gran recomendación al momento de decidir si se realiza o no una inversión, es considerar un gran supuesto: “a mayor rentabilidad, mayor riesgo asociado”; este supuesto encierra muchas orientaciones en nuestras inversiones, debemos recordar que toda inversión tiene un cierto nivel de riesgo asociado, algunas tienen riesgos muy bajos como las alternativas de renta fija, como un bono o un CDT (Certificado de Depósito a Término); algunas otras alternativas encierran un riesgo mucho mayor, como las acciones o invertir en un negocio de comidas rápidas; lo cierto es que toda inversión en teoría asume un riesgo, por lo tanto, siempre cabe la posibilidad de que ganemos o perdamos recursos y que obtengamos o no, una rentabilidad o pérdida en nuestras inversiones.

Por otro lado, el gran supuesto nos recuerda que, si deseamos obtener una mayor rentabilidad, debemos asumir un mayor riesgo, porque aquellas inversiones con un alto nivel de riesgo habitualmente nos ofrecen una mayor rentabilidad esperada. Piensen en una inversión en un restaurante, en una zona que no tiene construcciones alrededor en un par de kilómetros. Este restaurante en principio no tiene demanda o consumidores potenciales, pero puede que dentro de poco inicie la construcción de un complejo habitacional y todo un mercado potencial listo a ser atendido. Las inversiones que tienen un riesgo muy alto tienen la característica de ofrecer o una gran pérdida de nuestros recursos, o la obtención de una rentabilidad por encima de cualquier alternativa posible.

Una vez consideramos el gran supuesto de “a mayor rentabilidad, mayor riesgo asociado”, también debemos entender lo siguiente: el riesgo que debemos o podemos asumir cada uno de nosotros es muy diverso, algunas personas pueden asumir un alto riesgo y por lo mismo asumir pérdidas muy altas, pueden vivir con eso, y puede continuar su camino sin contratiempo alguno; otras personas no. Para muchos, arriesgar un monto de dinero no es algo que puedan tomar a la deriva, analizan el tema y físicamente no pueden asumir un alto grado de incertidumbre, no pueden arriesgar su dinero por algún temor o desconfianza, lo cual es muy comprensible.

Para realizar una inversión debemos evaluar el monto a invertir y, con base en esto y las recomendaciones previamente mencionadas, decidir hasta qué punto estamos dispuestos a arriesgar esos recursos. Muchas personas cometen el error de asumir riesgos sin considerar el escenario negativo, algunas personas solo piensan en lo que pueden obtener y no en lo que pueden perder, entendiendo que perder la inversión en su totalidad puede significar cambiar su calidad de vida y sus comodidades; perder los recursos que teníamos destinados para una casa, puede significar en el escenario menos impactante, en una gran depresión. Asumir riesgos no es para todos, entender qué tanto riesgo podemos asumir, es una tarea difícil, pero se debe hacer antes de evaluar una alternativa de inversión.

Alternativas de inversión:

Teniendo en consideración estas recomendaciones y muchas otras que cada uno de nosotros quiera incluir, es posible evaluar las alternativas de inversión. Generalmente las inversiones pueden concentrarse en proyectos existentes o en desarrollo, como un edificio, un restaurante, la venta de productos por medio de redes sociales o la fabricación de un elemento. Por otro lado, las inversiones también pueden estar orientadas a activos financieros en el mercado de capitales, como bonos, acciones, divisas y criptomonedas, entre otros. Cada una de estas alternativas es diferente, cada una de ellas se analiza de una forma diferente y cada una de ellas puede ser una opción viable o no, dependiendo del tipo de persona que seamos, el riesgo que asumamos y hasta el conocimiento que tengamos en estas alternativas, no todas las personas comprenden en detalle las inversiones en divisas o criptomonedas.

En este sentido, ¿en qué debemos invertir? Si hemos realizado una indagación de las alternativas, conocemos a profundidad de qué se trata y hemos seguido por lo menos las recomendaciones anteriormente expuestas, cualquier alternativa puede ser viable. Hoy en día se habla mucho de inversiones en alternativas algo complejas, como las criptomonedas, Forex y otras opciones, cada una de estas es una buena inversión si se conoce del tema y se entiende cómo funciona, claro está, recordando que toda inversión tiene un riesgo asociado, un riesgo de que puede perderse toda la inversión realizada. Proyectos, bonos, acciones, son alternativas de inversión más tradicionales y más comúnmente entendidas para muchas personas; ¿son éstas las mejoras alternativas de inversión?

La respuesta no es una ciencia exacta, si pudiésemos estimar con plena exactitud una alternativa que genere la mayor rentabilidad posible, sería única y exclusivamente si pudiésemos predecir el futuro, lo cual no es posible. Pero, entonces, ¿en qué debemos invertir?, en una alternativa que comprendamos, en la que nos sintamos a gusto, que realicemos un seguimiento constante y que evaluemos que, si perdemos, no nos afectará gravemente en nuestra condición de vida o la de las personas que nos rodean, nuestras familias o seres queridos. Se debe invertir en lo que se comprende, sabiendo que a mayor riesgo, mayor rentabilidad y que cada vez que diversificamos, disminuimos los riesgos asociados.

 

Por: Néstor Moreno Gutiérrez 

Magister en Administración de Empresas MBA 

Especialista en Finanzas Públicas 

Especialista en Gestión de Portafolios de Inversión y Valoración de Empresas 

Profesional en Finanzas y Relaciones Internacionales 

Docente del Politécnico Grancolombiano

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