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«Eres bonita, pero debes ir al gimnasio».

«Entre mis amigos y tú, escojo mil veces a estar con mis amigos».

«Eres la novia más gorda que he tenido».

«Jamás te he amado y nunca lo haré».

«Te falta madurez para estar en una relación».

«Pareces una psicópata».

«Nunca te amé, solo fuiste un puente para estar donde siempre quise y con quien siempre soñé».

«Estoy contigo mientras me llega la vieja con la que me casaré».

«Siendo 10 una vieja, para mí tú serías un 6.5, máximo 7».

«Con todo respeto, mi amor, pero es que la vecina está muy buena».

«Ellas son muy churras, tú solo eres bonitica».

«Gana más una secretaria que tú».

«No tiene sentido que te compres esa camiseta que dice Athletic cuando tú no eres nada atlética».

«¿Para qué lloras? Yo vi llorar a mi mamá toda la vida y nunca arregló nada».

«Cualquier otro man estaría aburrido de tu ansiedad, menos mal me tienes a mí».

«Es que lo que tú me cuentas no es tan importante como lo que te estoy contando yo».

«Deberías dejar de usar blusas cortas porque ya no tienes el cuerpo de antes y se te ven los gordos».

«Tu solo sirves para complacer».

«No salgo contigo si te pones vestido, porque eso es de putas».

«No te adelgaces porque tú, sin cola, no eres nada».

«No tienes nada interesante que mostrar».

«El día que nos separemos nadie te va a tomar en serio porque ya tienes 3 hijos».

«Tú no necesitas que te acompañe, mi mamá sí. Si a ella le pasa algo me preocupo, si te pasa a ti, allá tú».

«No eras nadie antes de conocerme».

«Mírate al espejo y agradece que todavía estoy contigo».

«Esa falda está muy corta para una señora que tiene hijos».

«¿Cómo me voy a embarazar? Ya que sé que él es tacaño, no me gasta siempre, pero al menos sus papás tienen dinero para mantenerme».

«¿Estás en tus días?».

«¿Dónde aprendiste eso? Conmigo no fue».

«¿Para qué tacones? Las mujeres gordas se ven más gordas en zapatos altos».

«Deberías vestirte como mi hermana. Mírate, en jeans, con marido y una hija».

«No sirves ni para besar».

«Me fastidias».

«Gorda, al fin y al cabo».

 

Después de revivir las frases, una y otra vez, por fin entendimos que las palabras que nos dijeron nuestras parejas no habían sido culpa nuestra.

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