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Por: Néstor Gandelman

¿Por qué un empresario industrial en Monterrey puede ahorrar un porcentaje mayor de sus ingresos que un trabajador rural en Chiapas? El porqué los ricos pueden  ahorrar más es una cuestión con importantes implicaciones políticas que tiene diferentes respuestas en función de cada país o región. ¿Qué pasa en América Latina? En unanálisis de 14 países de América Latina y el Caribe  encontramos que en 10 de ellos efectivamente los ricos ahorran una fracción mayor de sus ingresos de por vida que los individuos de menores recursos, con algunas variaciones.

Dado que el ahorro y el consumo son dos caras de una misma moneda, la cuestión en sí trae repercusiones directas en materia de bienestar e implicaciones políticas. Si las personas más ricas ahorran más que sus contrapartes más pobres, ¿cuál es el impacto de una reforma fiscal progresiva en el ahorro nacional? ¿Qué ventajas puede obtener un gobierno que enfrenta una recesión y  al considerar un estímulo fiscal se concentra únicamente en los ricos o en los pobres? ¿Cuál es el impacto de una reducción de impuestos sobre la demanda agregada?

En América Latina, los únicos países en los que los más ricos no ahorran más que su contraparte son Bahamas, Chile, Colombia y Uruguay. En los 10 países restantes, los hogares del quintil más alto de ingresos tienen ahorros estadísticamente mayores que los hogares más pobres de por vida. Sin embargo, este segundo grupo presenta varios escenarios.

En Argentina, sólo los más ricos ahorran más. Para el 80% restante de la población no hay diferencias significativas que indican que los más ricos tienen ahorros más grandes que sus contrapartes en la etapa anterior de la escala de riqueza.

En Brasil, Honduras y México, el quintil superior ahorra más que el resto, pero hay al menos otro quintil de ingresos que ahorra más que el anterior.

Para el resto de los países -Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Paraguay y Perú – hay fuerte evidencia de que los ricos ahorran más que los pobres. Sin embargo, en algunos casos, sólo la parte superior, mientras que en otros los más acaudalados ahorran más a lo largo de la distribución del ingreso.

Estos resultados se lograron siguiendo dos estrategias. El primero tiene en cuenta los efectos de ingresos de por vida en las tasas de ahorro. Un cambio de política permanente tendrá efectos a través de las diferentes fases del ciclo de vida de una persona, por lo que es importante tomar en cuenta los ingresos de por vida en lugar de los ingresos corrientes, que se ven afectados por factores temporales. El ingreso de por vida se estima a través del nivel de educación de la pareja del jefe de familia.

En segundo lugar, se construyó un índice de riqueza basado en electrodomésticos y otros bienes duraderos propiedad de los hogares; ser propietario de una casa o un coche, tener un televisor normal o televisor de pantalla plana, nevera, lavavajillas, una conexión a Internet o un ordenador.

En el estudio se utilizaron las encuestas sobre los ingresos y el gasto realizado en las zonas urbanas y rurales, con excepción de Bahamas, Chile, Panamá y Uruguay, donde fueron restringidos a las zonas urbanas. Se incluyeron los jefes de hogar de al menos 20 años de edad. Adicionalmente, para evaluar la solidez de los resultados, se restringió la muestra a personas de entre 30 y 50 años de edad y también utilizamos el nivel de educación del jefe de hogar para estimar los ingresos de por vida.

Estos hallazgos para América Latina están más cerca de los estudios que encontraron que los ricos ahorran más en los Estados Unidos y Australia (Dynan, Skinner y Zeldes, 2004, yChakrabarty, Katayama y Maslen, 2008). Por otra parte, Alan, Atalay y Crossley (2004) llegaron a la conclusión que no era el caso en Canadá.

Los legisladores tendrán que explorar a fondo el escenario particular en cada uno de sus países para elaborar las políticas más adecuadas para hacer frente a las implicaciones de diferentes capacidades de ahorro de entre su población.

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Para conocer más sobre ahorro y distribución de la riqueza visite:  Do the Rich Save More in Latin America?

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