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Anoche, a las 11:00 p.m., en la plaza de Soacha, este pecho acompañaba al profesor Moncayo después de caminar con él desde la población de Boquerón. Pasé por todos los grados de temperatura, conocí todo tipo de personajes como la señora de la foto -Gloria Díaz, quien llora sangre y tiene el don de la clarividencia-, dormí en hotel de camionero y compartí cuatro días con los caminantes, gente muy especial a la que le declaro el mayor de mis respetos: Es la gente de mi país, de todas las regiones, que sufre el dolor de la guerra no sólo desde que enmascarados les robaron algún ser querido hace 5, 10 y hasta 14 años, sino porque caminan con ese dolor y lo imprimen en sus pies ampollados.

Por eso desaparecí por varios días y apenas me estoy poniendo en situación. Espero que ustedes, amigos lectores, perdonen esta ausencia. Es difícil pensar en música cuando estás intentando curarte las ampollas, pero a partir del viernes vuelve la Caja de Resonancia con los temas de siempre, y además con los que quieran proponerme.

Un abrazo a todos, se les aprecia. Suerte y mucho pulso.

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