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Aunque suene un poco raro, la realidad es que todos los seres humanos hemos aprendido diferentes asuntos básicos de la vida jugando. Y el tema es que, aunque crezcamos e iniciemos una vida acelerada, llena de trabajo y quehaceres del día a día, jugar es una herramienta clave para el desarrollo de habilidades, capacidades, planeación estratégica, aprendizajes, en fin, un sinnúmero de actividades. Esto lo digo con total convencimiento y experiencia, ya que lo he explorado y vivido en diferentes etapas. En ese sentido, hoy quiero hacer alusión a un tema bien interesante: «jugar para pensar en lo inesperado”, la visión de César Súarez, el único colombiano que es trainer avalado por la Asociación de Máster Trainers de LEGO® SERIOUS PLAY® para formar nuevos facilitadores en la metodología de reactivar empresas jugando.

Esta metodología, de la cual César es el único colombiano avalado para formar nuevos facilitadores, permite aprovechar la conexión que existe entre las manos y el cerebro para desbloquear conocimiento, incentivar la imaginación y la creatividad, potenciar la comunicación y hacer simple lo complejo. Él dice: “Trabajar es cumplir un objetivo u obtener resultados sobre algo, y jugar ayuda a mejorar el proceso. Es por ello que, si en el trabajo se juega seriamente y con un propósito concreto a través de la metodología, seguramente incrementará la posibilidad de tener mejores resultados”.

Teniendo en cuenta lo precipitados que suelen ser los cambios en el mundo y siendo consientes que vivimos en entornos cambiantes, me parece interesante traer a colación este tema. Además, para hacer un llamado a todos los empresarios y emprendedores del país que quieran trabajar en su planeación estratégica o revisar sus diferentes áreas, incluyendo el marketing y comunicación, ya que hay que pensar en la reactivación y buscar alternativas diferenciales que permitan apoyar eficazmente la toma de decisiones según los cambios de la sociedad, el planeta y la economía. Los tradicionales planes estratégicos a largo plazo están generando “reprocesos”, lo cual no es viable en una dinámica de lo inesperado, como sucedió con el Coronavirus.

En línea con esto, y con lo “aburridas” que se tornan esas jornadas de planeación estratégica, me parece oportuno, en el momento en que estamos, trabajar en una metodología que permita planear, hacer, planear, hacer; para que sea mucho más efectivo el proceso, ya que se está retroalimentando de lo que está sucediendo en tiempo real y así hacer ajustes más rápidamente para actuar. César lo llama ESTRATEGIZAR, es decir, construir PRINCIPIOS y GUÍAS SIMPLES que nos permitirán tomar mejores decisiones cuándo sucedan cosas inesperadas.

Ahora bien, retomando el tema de “jugar para pensar en lo inesperado”, hago hincapié en que a nivel mundial sólo hay 14 personas avaladas para formar nuevos facilitadores en la metodología LEGO® SERIOUS PLAY®, y que César es el único entrenador colombiano certificado con más de 600 talleres en 10 países, generando un impacto de más de 10 mil personas; lo menciono para reconocer su labor, pero también para dejar sobre la mesa un tema fundamental en nuestra sociedad: el significado del “trabajo” para las personas, y lo mucho o poco que les apasiona ejecutarlo. En mi caso personal, me considero una apasionada por lo que hago. Investigo, aprendo, y voy por el cumplimiento de objetivos con felicidad total, aunque en el camino encuentre momentos de frustración… y eso que no he aprendido la planeación con el juego. Pero la pregunta es, ¿la sociedad en general, es realmente feliz con lo que hace? Será tema de un próximo post, pero en adelanto, tomando como referencia la historia de César Suárez, quien hace lo que le apasiona, promueve el juego con una metodología seria y le pagan, en cualquier entorno en que nos encontremos, sea como empleado, empresario, emprendedor, ser creativo o innovador – como dice mi referente, “no necesariamente exige ser un investigador de la NASA… lo que si exige es ¡ser valiente!– sólo se logran cosas diferentes al arriesgarse, al probar cosas nuevas, a superar el miedo de lanzarse al vacío antes de poder volar”. Claro que hay riesgo de fracasar, pero qué peor fracaso que ni siquiera intentarlo, y qué mejor si se intenta jugando.

 

Foto: Juego y Estrategia

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