Acerca de un bloguero «primíparo»…

Eso de ser recibido oficialmente en la comunidad de blogueros de EL TIEMPO por alguien como «don Petúfar», lo considero todo un honor; muchas gracias por sus comentarios y sugerencias, así como por la amable propuesta de corrección del texto publicado en la primera entrega del blog CSE, Cualquiera Se Equivoca.

Completamente de acuerdo con sus afirmaciones acerca de la corrección, los  estilos personales y las disciplinas académicas.  Y como corresponde a cada autor de textos utilizar sus herramientas conocidas y favoritas, es eso justamente lo que trato de hacer cuando enfatizo al comunicar mis pensamientos, haciendo uso de los recursos que estimo adecuados y suficientes, vale decir, las comillas, las mayúsculas, los complementos y similares, prefiriendo la abundancia sobre la escasez en aras de lograr que el mensaje sea completo, preciso y correcto.

De lo que se trata aquí es de dar y recibir información útil mediante el intercambio frecuente con los lectores, para así aprender con ellos y sus contribuciones, y para disfrutar todo lo que se logre compartir; de ahí la trascendencia de aportes tan valiosos como el suyo, por siempre bienvenidos.

Y en cuanto a estilos de escribir, me gusta muchísimo el suyo, don Petúfar, por bien fundamentado, por conciso y, ante todo, por provenir de una pluma tan autorizada en el medio; pero el mío, inspirado tanto en mi profesión como en mi oficio, intenta ser enfático sin redundar, y generoso en vocablos cuando sea necesario, y por esas razones, claro, ¡me encanta!.