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Por A. Moñino

taxi-abuso

 

Como siempre, lo primero que hay que decir es que también hay taxistas honestos, decentes, que cumplen con su trabajo a cabalidad y que prestan un buen servicio; son cada vez más pocos, es cierto, y al parecer son una excepción a la regla que rige a este gremio nefasto.

Dicho esto, vamos a lo que a los ciudadanos nos preocupa más ¿de cuándo a acá un gremio de particulares se cree con derecho a hacer “justicia” por sus manos? ¿en qué momento los taxistas se “preocupan” por la seguridad de los usuarios y lo hacen a crucetazo limpio? ¿a cuenta de qué los gestores de los taxímetros con ‘muñeco’, los que se niegan a prestar servicio, los que manejan como hampones, los que ante los miles y miles de paseos millonarios se quedan callados se volvieron ahora los supuestos defensores de la legalidad?

Nadie le cree a este gremio, nadie confía en ellos (si acaso, los políticos se mueren de miedo ante su intimidación) y sus compromisos por mejorar son chorros de babas, son promesas inútiles, porque cada día es más evidente que lo que quieren es someter a una ciudad, incluso a un país, a punta de intimidación sólo para seguir haciendo lo que se les viene en gana. Y esto no es nada nuevo, por eso los usuarios prefieren cada vez más servicios alternativos donde sí encuentran seguridad, servicio amable, respeto y menos maltrato. Los abusos de los taxistas se incrementan a la velocidad que aumenta unidades un taxímetro adulterado, de esos que tanto les gustan, y con la misma impunidad.

Acá estos criminales ya no nos sorprenden: está en evidencia su talante de matones. Lo que no se puede tolerar es el silencio y hasta complicidad de las autoridades. ¿Por qué no se hace nada para proteger a los usuarios? ¿Por qué tenemos que vernos sometidos a la violencia de estos personajes nefastos? ¿Por qué la policía se vuelve un testigo inepto frente a los abusos de los amarillos?

El fin de semana salió a la luz un nuevo video que evidencia lo que me atrevería a decir podría llegar a ser un secuestro. No soy abogado y poco conozco de leyes, pero por lo que veo esta es una retención ilegal, con un policía de testigo que no es capaz de hacer nada distinto a oír en silencio los madrazos de estos hampones hacia otros ciudadanos.

 

 

Ante esto, reitero la invitación de siempre: no usemos más el servicio de los hampones que ponen en riesgo nuestras vidas, que nos amenazan, nos intimidan y nos roban. Una lástima tal desprestigio con los taxistas decentes, pero si se ven afectados por la desconfianza ciudadana, sería bueno que empezaran a limpiar su gremio desde adentro.

El silencio de los candidatos a la alcaldía y las autoridades no resulta sino desalentador ¿estamos condenados a esta mafia haciendo lo que se le da la gana en las calles?

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